Moderado optimismo en EE UU ante la oferta soviética
"Es un paso en la buena dirección", dijo Edwin Meese, principal consejero del presidente Ronald Reagan, al comentar la contrapropuesta expuesta en Bonn por el presidente de la URSS, Leónidas Breznev, para una reducción de armamento nuclear en Europa, cuyas negociaciones comenzarán el próximo lunes, en Ginebra, entre norteamericanos y soviéticos.La postura moderadamente optimista de la Administración Reagan tiene el valor de indicar que Washington ha cambiado el tono de sus relaciones con Moscú.
Nadie esperaba en la capital norteamericana que Breznev aceptara tal cual la propuesta, lanzada el pasado miércoles por el presidente Reagan, de cancelar la instalación de nuevos misiles nucleares en Europa occidental, siempre y cuando la URSS desmantelara la totalidad de sus misiles de medio alcance que apuntan sobre objetivos en Europa occidental.
En Bonn, durante la cena ofrecida por el canciller Helmut Schmidt, el líder soviético, Leónidas Breznev, manifestó su buena disposición para una reducción sustancial de misiles soviéticos SS-20 si los norteamericanos congelaban, a su vez, sus programas de fabricación e instalación en cinco países europeos miembros de la OTAN de la nueva generación de misiles Pershing 2 y Cruise.
Cada bando esgrime sus cifras para demostrar el desequilibrio en la balanza del terror nuclear. Obviamente, las cifras nunca coinciden, y cada uno se siente con desventaja en su posición estratégica. Tocará a los expertos en Ginebra iniciar, a partir de la próxima semana, el largo y complejo mecanismo de negociaciones para, cuando menos, intentar limitar el potencial de destrucción nuclear que poseen las dos superpotencias y, en menor medida, Francia y el Reino Unido.
A la espera de los resultados en Ginebra, que no llegarán rápidamente y que están supeditados al futuro de las negociaciones entre Washington y Moscú en materia de misiles intercontinentales (negociaciones SALT o START, como desean denominarlas en el futuro), las declaraciones del presidente Ronald Reagañ y de Leónidas Breznev marcan un nuevo camino hacia la distensión.
Lejos de las críticas tradicionales de Washington hacia Moscú, el discurso de Breznev es juzgado como "signo esperanzador que permitirá comenzar las negociaciones con buena fe", añadió Meese, en declaraciones a la emisora de televisión CNN.
Es probable que el propio presidente Reagan, actualmente recluido en su rancho californiano tras su batalla presupuestaria con el Congreso, que peligró de dejar a la Administración norteamericana técnicamente en la bancarrota, reaccione también con un prudente optimismo a las declaraciones del líder soviético Leónidas Breznev.
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