José Luis Gómez recibe plena autonomía para dirigir el teatro Español
Comienza la temporada de la primera sala del Ayuntamiento de Madrid
Las directrices de la política municipal respecto al funcionamiento del teatro Español, y las líneas concretas de programación en esta nueva etapa de su historia bajo el auspicio directo del Ayuntamiento de Madrid, fueron los dos temas que se trataron ayer en la conferencia de Prensa convocada por Enrique Moral, concejal de Cultura, y José Luis Gómez, director del teatro Español, con motivo de la apertura de la temporada del Español con el estreno, el jueves pasado, de ¡Cuidado con los zepelines!, del director francés Didier Flamand.
Dar plena autonomía al director del teatro en materia de programación y obtener su máximo rendimiento, «sin que ello vaya en detrimento de la sala», son las dos directrices que destacó Enrique Moral en la política municipal con relación al teatro Español.«No nos vamos a supeditar a la gran programación oficial dedicada casi en exclusiva al teatro clásico», dijo Moral. «Creemos que debe ofrecerse simultáneamente una serie de obras de tipo menor compatibles con el programa oficial».
«Por otra parte», añadió, «se está estudiando la posibilidad de recuperar una vieja tradición de este teatro dedicando un día de la semana, que podría ser el jueves, al público infantil».
La trascendencia de que el teatro Español vuelva a funcionar como teatro municipal, concebido como un servicio público para los ciudadanos, fue subrayada por José Luis Gómez, quien apuntó que «desde hace unos dos años se ha extendido una toma de conciencia en este sentido, de forma que a la puesta en marcha del Español seguirá la de otros teatros municipales en diversas ciudades españolas -Bilbao, Sevilla, Málaga, Córdoba, Cádiz, etcétera-, lo que representa la posibilidad de un fructífero intercambio y un hito cultural cuyo alcance todavía no vislumbramos».
En cuanto a los aspectos concretos de la programación, José Luis Gómez definió sus criterios según un modelo que llamó de bloques dramatúrgicos, consistente en emparejar cada gran obra del teatro clásico español con otra de teatro contemporáneo que encaje escenográficamente en la primera y mantenga cierta relación con ella.
La vida es sueño, de Calderón, y Ñaque, o de piojos y actores, de José Sanchis Sinisterra, por el Teatro Fronterizo, son los dos títulos anunciados para mediados y finales de este mes que integran el primer bloque, «las dos caras de la moneda del Siglo de Oro español», apuntó Gómez.
En el segundo bloque programado aparece una obra de Fernando Fernán Gómez, Las bicicletas son para el verano, Premio Lope de Vega, junto a una pieza, todavía por elegir, que será de Fernando Quiñones, García Pintado o Fermín Cabal, y refleje los problemas de la sociedad española en las últimas décadas.
Sobre La vida es sueño, en cuyo montaje trabaja desde hace siete meses, José Luis Gómez indicó que la había escogido «por ser la obra que todos hemos leído y todos desconocemos»; un texto que trasluce un Calderón ambiguo y atormentado.
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