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Profunda preocupación del sector conservero ante la caída de las exportaciones a Europa

Una delegación formada por altos cargos de la Administración española intentará convencer al Gobierno de París para que se revoque la prohibición para importar conservas y aceites españoles. Mientras, en los sectores conserveros españoles cunde una profunda preocupación ante las graves repercusiones económicas derivadas de un boicoteo en Europa, oficial u oficioso, de los productos alimentarios españoles y la caída de las exportaciones como consecuencia de los controles y la psicosis derivados del envenenamiento masivo ocasionado en España por el aceite de colza desnaturalizado. La Comisión Europea espera en Bruselas una comunicación francesa sobre las medidas tomadas. Por su parte, la República Federal de Alemania ya ha anunciado oficialmente que no impondrá limitaciones a estos productos, aunque reforzará los controles sanitarios, actitud preventiva que se espera que se generalice en los demás países.

Hasta ahora solamente Italia junto a Francia, mantiene una prohibición a los productos alimentarlos españoles, especialmente los conserveros y los derivados del aceite.Al tiempo que el boletín oficial francés publicaba ayer tarde el decreto sobre la suspensión durante tres meses de la importación de aceite y de conservas españolas que contengan aceite, una delegación española partía rumbo a París para discutir el problema con las autoridades galas.

La delegación, formada por el director general de Exportación, el director general de Sanidad y otros altos cargos de los ministerios de Economía y Comercio y de Trabajo mantendrán conversaciones para establecer las acciones a tomar para que no se vean afectadas las exportaciones españolas al país vecino.

Desde principios de septiembre, ante el constante aumento del número de intoxicaciones en España, el Ministerio francés de Consumo había solicitado de los Servicios de Represión del Fraude, en colaboración con los de Aduanas, efectuar controles sistemáticos de los aceites y conservas españoles, así como verificar las existencias importadas con anterioridad.

El decreto de suspensión de las importaciones, firmado por siete ministros, se compone de dos artículos. En el primero se especifica que, a partir de la fecha de publicación y durante tres meses, se suspende «la importación de aceite y productos preparados con él originarios de España y destinados al consumo humano».

«Las disposiciones del presente artículo», añade, «no se aplican al aceite de oliva virgen y al aceite puro de oliva, bajo la reserva de que estos productos vengan acompañados de una atestación del Servicio Oficial de Inspecciones del Ministerio de Economía y Comercio, garantizando su pureza».

Según informó a Efe un portavoz de la oficina comercial de la Embajada española en París, la ministra Lalumière ha prometido que dentro de poco se examinarían de nuevo las circunstancias de estas importaciones.

Fuerte descenso de las exportaciones

Mientras que círculos comerciales españoles en Francia valoran en unos 65 millones de pesetas las pérdidas ocasionadas por la suspensión de la exportación de aceite a Francia, la Agrupación Española de Exportadores de Aceite de Oliva han informado que las exportaciones han descendido bruscamente durante la presente campaña, situándose en 44.785.831,14 toneladas. frente a las 115.872.398,13 toneladas de la campaña anterior.

«La simple duda sobre la calidad de los productos españoles puede perjudicar incalculablemente y tener una trascendencia imposible, de prever por la actual psicosis del consumidor», declaró a Hoja del Lunes de Barcelona Josep María Figueras, presidente del Consejo Superior de Cámaras. «Aunque la Comunidad Económica Europea (CEE) no adoptase unas medidas drásticas en este asunto, sólo con que el ama de casa belga u holandesa recelara de un producto made in Spain puede ocasionar un daño tremendo a nuestro país».

Más optimista se muestra Rafael Serrano Altimiras, director general de Industrias Alimentarias, al señalar a Efe que «probablemente Francia suspenderá esta medida, por lo que existen esperanzas muy fundadas de que no se producirá un hundimiento de la industria española de conservas».

Rafael Serrano opina que la medida francesa no se ampliará a otros países, ya que diversos organismos continentales han podido comprobar la inexistencia de productos tóxicos en las conservas españolas que hay en Europa.

Por su parte, el presidente de la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores, Clemente Muñiz, en relación con estas medidas restrictivas y la caída de la demanda en el mercado español de conservas, a raíz del escándalo del aceite de colza manifestó ayer a EL PAIS que «el sector está profundamente preocupado porque nos afecta directamente. Somos un sector extractivo, cuyos excesos de producto absorbe el sector transformador, los conserveros».

Respecto a la supuesta utilización de aceite de colza en la producción de latas de conserva, Clemente Muñiz aseguró estar «convencido de que ninguna empresa que se titule fabricante de conservas ha consentido en hacer conservas de túnidos con ese tipo de aceite. Y baso mi afirmación en que mi experiencia me asegura que una exportación no realizada con aceite puro de oliva es sistemáticamente rechazada por los países de la CEE. Y no creo que los exportadores se arriesguen a tales ligerezas».

El presidente de la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores declinó cualquier comentario acerca de las posibles medidas que puede adoptar el Estado español frente a las restricciones comunitarias. «Yo sustituiría», subrayó, «la palabra colza por política económica. España es importadora y habrá de tomar medidas. Creo que deberíamos, en definitiva, ponernos en nuestro sitio».

Finalmente, la agencia norteamericana de drogas y alimentos (FDA) divulgó ayer una advertencia a los turistas y viajeros que se dirijan a España para que eviten consumir productos cocinados con aceite de colza. La FDA indica que los viajeros que se dirijan a España «corren serios peligros de enfermedad y muerte» si consumen «un aceite adulterado que ha sido vendido en España fraudulentamente como aceite de oliva».

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