El Festival de Cine de San Sebastián acude a pueblos y barrios guipuzcoanos

El Festival de Cine de San Sebastián extiende sus actividades fuera de la capital que le da nombre, gracias a la organización de Pueblos y Barrios. Durante la presente edición se realizan proyecciones en una treintena de localidades, la mayoría guipuzcoanas, aunque en la lista se encuentran también Pamplona, Burlada y Tudela.

La pérdida de la categoría competitiva, el pasado año, provocó problemas en la sección de Pueblos y Barrios. Hasta ese momento, la Federación Internacional de Asociaciones de Productores de Filmes (FIAPF) no permitía la exhibición de las películas presentadas a concurso fuera de las salas de proyección oficiales del festival, en la ciudad sede. Desde 1980, esta limitación se extiende a todas las películas que forman parte de cualquier sección o ciclo integrado en la muestra. La organización de Pueblos y Barrios se ha visto obligada a recurrir a filmes ajenos a la programación oficial.«Hemos pasado de presentar una programación especial de ciclo de arte y ensayo paralelo y con mayores posibilidades de llegar a un público masivo a ofrecer películas disponibles en el mercado español, que presentan interés y que no han sido estrenadas en Guipúzcoa, en su mayoría», manifestó a EL PAIS Maite Berradre, representante de la comisión organizadora de Pueblos y Barrios en la comisión permanente del festival.

La sección de Pueblos y Barrios ha tenido una existencia precaria desde el punto de vista económico, a partir de su nacimiento, en 1977, por iniciativa de los cine-clubes y las asociaciones de vecinos. Por primera vez, en la presente edición cuenta con un presupuesto modesto, de medio millón de pesetas, que ha permitido invitar a siete críticos especializados de diversos puntos de España, para que presenten películas y animen los debates posteriores. Gracias a esa cantidad, y a las pequeñas subvenciones de algunos ayuntamientos, que vienen a sumarse a las condiciones especiales en que facilitan las películas los distribuidores, ha podido mantenerse el precio de las localidades en cien pesetas.

El éxito de público, en la mayoría de los casos, hace pensar a sus responsables que esta modalidad de participación en el festival puede tener mayor importancia en el futuro para garantizar que el acontecimiento cinematográfico no quede restringido al ámbito de la ciudad de San Sebastián.