La CEE duplicará su ayuda a Ios paises menos avanzados
Los 31 países más pobres del mundo es posible que no se mueran de hambre en los próximos años. Los diez países que integran la Comunidad Económica Europea (CEE) y, en menor medida, las demás naciones más o menos ricas les han prometido doblar su ayuda. Esta es la conclusión esencial de la Conferencia de los Países Menos Avanzados (PMA), iniciada el pasado día 1 del presente mes y cerrada ayer en la sede de la Unesco, en la capital francesa.
Según las Naciones Unidas, existen 31 países en el mundo que viven al borde del sepulcro. De ellos, veintiuno son africanos, y los demás, asiáticos. Bajo la égida de la ONU, con Francia como país anfitrión, durante las dos últimas semanas, representantes de esos pueblos, del Grupo de los 77 (los países del Tercer Mundo que se encuentran en vías de desarrollo) y de los países ricos, han intentado formular de manera concreta los medios de ayuda para salvar a los 31 de lo que constituye problema esencial: el hambre. El tercermundismo con el que el Gobierno del presidente francés, François Mitterrand, pretende colorear su acción internacional y el realismo norteamericano, consistente en valorar la situación mundial en términos de relación de fuerza, han presidido las negociaciones, pero al final no ha habido vencedores ni vencidos, y se ha llegado a un compromiso. Según este último, en los próximos años, todos los países que colaboran en la ayuda a los PMA doblarán la aportación.
A pesar de la oposición inicial del Reino Unido y de la República Federal de Alemania, Francia ha conseguido que la CEE sea más generosa. Los diez, en efecto, regalarán a los PMA el 0,15% de su producto nacional bruto (PNB). Debido a las reticencias de los dos países precitados, apoyados por EE UU y Japón esencialmente, no han podido cifrarse las fechas de realización de ese aumento de la contribución de los países ricos, pero se supone que, en conjunto, para 1985, los PMA recibirán una ayuda equivalente al doble de la que han recibido en los últimos cinco años.
El acuerdo firmado por todos los países participantes estima que el resultado final es "muy constructivo" y que permitirá a los PMA alcanzar los objetivos de sus programas nacionales. Francia, concretamente, se felicita de haber comprometido muy paticularmente a la CEE en una acción que permitirá a Europa afirmar su voluntad política respecto a toda la problemática mundial. Esto último, subrayan los galos, es importante en vísperas del inicio del llamado diálogo NorteSur.
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