_
_
_
_
Tribuna:SPLEEN DE MADRID
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

No somos nadie

Yo no digo que seamos una democracia vigilada ni vigilante. Lo que somos es una sociedad a la defensiva. Antes de Tejero nos decían (los Gobiernos) lo que éramos o íbamos a ser.Ahora sólo nos dicen lo que no somos o no son. Los visitantes del Banco Central de Barcelona no son patriotas ni antipatriotas, ni civiles ni guardias, ni guardias civiles, pero tampoco está muy claro qué sean, porque un chorizo/ anarco/ macarra /ácrata/ navajero/ cenetista es especie inencontrable entre los caracteres de Buffon. Lo que pasa es que no hay que preguntarlo. La informática y la gobernática nos dicen lo que esos cuarenta principales (diez u once) de los domingos terroríficos de la SER no son. En cuanto a lo que son, eso ya es preguntar sobre la esencia y la existencia. Habría que llamar a Zubiri, porque me parece que son pura «inteligencia sentiente». Espíritu puro. De modo y manera que, por esta regla de tres o prueba de los nueves, la neumonella atípica tampoco es un virus industrial provocado ni una peste aviar de la ecología del terror, sino otra cosa, un cuerpo/ anticuerpo que no hay que preguntar lo que es, porque da el retrato/robot del doctor Muro, con patitas de piojo verde (las dictaduras empiezan o terminan por el piojo verde, que es su «heraldo negro»). Cuando un señor muere de un bicho, el cadáver está pululante de tales bichos, y los médicos no tienen más que cultivar, mirar, averiguar y curar. Pero resulta que la atípica no deja bicho en el cadáver, o sea que no hay manera de averiguarla. Es el crimen perfecto, como el bocata/huevos duros. Ahora, los de Le Monde Diplomatique me piden un comentario sobre lo de Barcelona. Estos chicos me van a hacer universal. Tendré que sostener frente a Europa y en varios idiomas la sorprendente tesis (por influencia del latinoché, hay muchas glorias nacionales que escriben «sorpresiva») de que los asaltantes eran unos atracadores que no tocaron un duro. Es igual, a Europa le gustan estas paradojas y las traducciones simultáneas ayudan mucho. En Cannes no les han dado nada a Berlanga ni a Luis Escobar, porque nuestro cine no se define ahora por ser más europeo, sino por no ser ya franquista. No somos nadie, como en los entierros,donde el único que es alguien es el muerto. No somos nada. Nos definimos por lo que no somos. Dice Vázquez-Montalbán, en Triunfo, que, si triunfase Tejero, entre otras peculiaridades de gobierno, a mí se me prohibiría la oración compuesta. Yo sin la oración compuesta, sin compostura estilística en la oración, no soy nadie. El Abc y Joy / Eslava preparan un homenaje a Evita Perón y Paloma San Basillo. Habría que invitar a Videla por el detalle democrático de rechazar el hospedaje de Tejero. Me entrevistan en la revista Nigth, de Pachá, y resulta que defino Madrid por lo que no es Madrid: Azca. Raúl Morodo me invita para el verano cultural y santanderino de su Meriéndez-Pelayo, pero no como periodista ni como escritor, ni pomo macarra, ni como nada. Me invita por lo que no soy, no por lo que

SOY.

Los vecinos de Moratalaz me cuentan que don Mariano Nicolás, gobernador civil, les ha suspendido (no sé qué pasaría al final) una fiesta por la libertad y la Constitución. Es aconstitucional manifestarse por la Constitución. Moratalaz no es Moratalaz. De momento, todos debemos abstenernos, en solitario y en barrio, de ser los que somos. Una pintora amiga me dice que desde el 23-F no es pintora, no puede pintar. José Ramón Alonso me invita a cenar con los populares de Pueblo, pero no soy popular de Pueblo. Esto que tenemos no es una dictadura, pero resultaría tendencioso decir que es algo, y llamarlo democracia me parece ya intoxicación informativa. No somos nadie.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_