_
_
_
_

Granada, una pequeña del isla del Caribe, en el punto de mira de Ronald Reagan

Soledad Gallego-Díaz

El Gobierno norteamericano ha abierto un nuevo frente de intervención política en América Latina. Después de Nicaragua y de El Salvador, le ha tocado el turno a la pequeña isla de Granada, en El Caribe, que cuenta con un régimen de izquierdas y que pretende construir un gran aeropuerto con la ayuda de varios países europeos, árabes y latinoamericanos. Washington ha pedido a alguno de sus aliados europeos que no participen ni ayuden en la financiación de este aeropuerto. Argumento: el régimen de Maurice Bishop mantiene buenas relaciones con La Habana, y Cuba aportaría su ayuda para la construcción de las pistas.

Granada, con 344 kilómetros cuadrados, 100.000 habitantes y un producto nacional bruto algo superior a los cincuenta millones de dólares (más de 4.000 millones de pesetas), es uno de los Estados más pobres entre los firmantes del acta de Lomé, el acuerdo mediante el que la Comunidad Económica Europea concede un trato de favor a numerosos países africanos, del Pacífico y del Caribe. Para ayudarle a mejorar su infraestructura y los mecanismos de producción de cacao y plátano, los únicos productos de exportación, la CEE destina anualmente la cantidad de 3,3 millones de unidades de cuenta (unos trescientos millones de pesetas). El 48 %, aproximadamente, se invierte en el capítulo genérico de «transportes y comunicaciones».El Gobierno de San Jorge decidió construir un gran aeropuerto en las cercanías de la capital. Dado que el presupuesto era de cincuenta millones de dólares cantidad que sobrepasa ampliamente los fondos comunitarios, se acordó celebrar el próximo mes de abril en Bruselas una conferencia de países interesados en el proyecto. Prometieron su asistencia los diez, Irak, México, Venezuela y Cuba. El régimen de Fidel Castro está dispuesto, al parecer, a facilitar ocho millones de dólares (unos 664 millones de pesetas).

Control estricto

La llegada a la Casa Blanca de Ronald Reagan, con su política de estricto control en América Latina ha descabalado los planes de Granada. Reagan desconfía de las buenas relaciones entre La Habana y San Jorge y, más aún, de las grandes proporciones del proyectado aeropuerto. ¿Acaso podría tener un día, utilizacíón militar?, se preguntan los expertos del servicio de inteligencia estadounidense.

Por si acaso, Washington se ha apresurado a pedir al Reino Unido y a la República Federal de Alemania que no intervengan en la financiación del aeropuerto caribeño.

La política norteamericana de intervención en Centroamérica y la exigencia de apoyo por parte de sus aliados europeos causa cada día más,preocupación en las capitales de la Comunidad Económica Europea. Las presiones de Washington han logrado ya, si no la suspensión de la ayuda al pueblo de El Salvador, sí que esa ayuda se retrase considerablemente. La Comisión, que prometió en su día mantener el programa de ayuda humanitaria a la república centroamericana, se rnantiene aún a la espera de un informe de la Cruz Roja Internacional para asegurarse de que esta organización es capaz de garantizar que los alimentos y medicinas no llegan a manos de los guerrilleros combatientes. El comisario Claude Cheysson, encargado de los países en vías de desarrollo, deberá recibir hoy en Bruselas a los directivos de la Cruz Roja.

Otro tanto espera obtener la Administración estadounidense en relación con el régimen sandinista de Nicaragua.

La Comisión Europea aprobó ya un programa de ayuda para 1981, pero se encuentra sometida a las presiones de Washington, dispuesto a cortar todo tipo de sostén a los sandinistas «si continúan colaborando con los guerrilleros de El Salvador». El Gobierno de Nicaragua, que teme el «bloqueo» norteamericano, se ha apresurado a pedir a la Comisión Europea que «garantice el respeto al compromiso contraído».

Ayuda cubana

Cuba ha aportado ya quince millones de dólares para la construcción del aeropuerto, según informa la agencia France Presse desde La Habana, en boca de Richard Jacobs, embajador de Granada en Cuba.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_