La resignación del finalista

El finalista del Premio Nadal de novela Ramón Airoa, autor de la obra Notas para la aclaración de un suicidio, recibió la noticia en el mismo salón donde se fallaban los premios, y su humor fue en todo momento inmejorable, pese a haberse quedado a un paso de la victoria.

Ramón Airoa es ingeniero de minas y reside habitualmente en Madrid, pero en la actualidad reside circunstancialmente en Bilbao.

Airoa es lo que puede llamarse una vocación tardía en el campo de la novela, ya que empezó a escribir en 1976 «y de casualidad», como él mismo manifestó a Efe. «En real¡dad», dijo, «estaba leyendo un libro de minas muy mal escrito y me di cuenta de que yo tenía algo que hacer en el campo de la narrativa. Desde entonces he participado en varios concursos, y siempre quedé entre los finalistas».

Al preguntársele la razón por la cual se encontraba anoche precisamente en Barcelona, el finalista del Nadal contestó: «Por una razón muy sencilla, me enteré esta mañana por el diario que era finalista, y sin pensarlo tomé un avión y me vine a Barcelona, porque me gusta esta clase de ambientes».

La novela de Airoa está considerada por el jurado como de gran calidad, y trata la clásica trama de¡ grupo de matrimonios, pero con el ingrediente de un suicidio que altera sus relaciones. Airoa opina que su novela está dividida en dos partes: la primera, muy posible, «con hechos que se dan todos los días», y la segunda, de completa ficción.

Asistieron a la cena en que fueron concedidos los Nadal y Pla el presidente de la Generalidad, Jordi Pujol; el ministro para las Relaciones con la CEE, Eduardo Punset; el alcalde de Barcelona, Narcís Serra, y numerosos políticos, entre los que se encontraban el portavoz de la Minoría Catalana en el Congreso de los Diputados, Miguel Roca, y los consellers Trías Fargas y Max Cahner.