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La obra "Concerto grosso", de Juan Ramón Zaragoza, ganó el Nadal de novela

Jordi Solsanedas obtuvo el Josep Pla de las letras catalanas

El premio nadal de novela Juan Ramón Zaragoza, alto cargo de la Delegación de Sanidad en Sevilla, de 42 años, radiólogo del Hospital Universitario hispalense, fue sorprendido ayer leyendo una novela de Graham Greene, uno de sus ídolos, cuando le fue anunciada desde Barcelona la adjudicación de aquel trofeo, uno de los más importantes y tradicionales de la literatura en castellano de nuestro país. Zaragoza obtuvo este premio por la obra Concerto grosso.

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Un premio clásico en las letras españolas

Tanto este premio, el Nadal, como el Josep Pla de novela en catalán, obtenido por Jordi Solsanedas, están dotados con 200.000 pesetas. Ambos son convocados anualmente por la Editorial Destino, que publica las obras premiadas. La noiam de la sorra (La muchacha de la arena), de Jordi Solsanedas, obtuvo el galardón previsto para la novela catalana.El jurado del Premio Nadal estuvo compuesto por Francisco García Pavón, Lorenzo Gomis, Juan Ramón Masoliver, Antoni Vilanova y Josep Verges. El jurado del Pla lo integraban Joan Teixidor, Pere Gimferrer, Antoni Comas, Joan Perucho y Josep María Castellet.

Resultaron finalistas del Nadal Ramón Airoa, con Notas para la aclaración de un suicidio, y Jorge López Aranguren, con En otros parques donde están ardiendo.

El ganador del Nadal, Juan Ramón Zaragoza, es también catedrático de Radiología de la Universidad de Sevilla, ciudad donde reside desde hace diez años. Concerto grosso, la obra premiada, es la primera que Juan Ramón Zaragoza presenta a un premio literario, aunque no la única que ha escrito, puesto que desde hace muchos años se dedica a la pasión de la literatura. Según dijo él mismo ayer a EL PAIS, tiene pendientes «dos novelas y media».

Concerto grosso tiene una primera parte que se basa en la historia de la época de Vespasiano; su segunda parte es un análisis del siglo que viene tal como él considera que se produciría en Estados Unidos, y en tercer lugar Zaragoza hace un análisis de la Ilustración en tiempos del siglo XVIII.

Tal conglomerado de tiempos y actitudes no ha sido conseguido por Zaragoza con facilidad, según declaró. Afirmaba el novelista -nacido en Valencia, pero identificado hasta el máximo) con la zona de España en la que v¡ve-, que el logro de un tema común como reflejo de estas tres actitudes de la civilización. le había sido impuesto por una idea: la posibilidad de la emergencia de una sitaación en la que la Humanidad ro sepa qué hacer ante la presencia de un hecho sobre el que no ha investigado.

El descubrimiento de la máquina de vapor, que desconocían los omanos, pero que él atribuye a estos, es fundamento principal de la ficción trabada por el escritor valenciano, que ha ganado uno de los premios que más raigambre tienen en la literatura de lengua castellana.

Sobre la tarea del novelista, el autor de Concerto grosso decía anoche: «Es una tarea que no puede disociarse del entretenimiento, la distracción y la eficacia». Según él, «los rollos» son los elementos novelescos que de mejor manera alejan al lector de la narrativa que se hace hoy en España.

Anoche Zaragoza reivindicaba como lector esa posibilidad de diversión: leía, cuando le llamaron de Barcelona para notificarle su premio, El tercer hombre, de Graham Greene. «Me produce un placer enorme». «Pero ¿no encuentra usted que está pésimamente traducido?». «No importa. Greene supera todos esos traumas».

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