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Cultura intensificará su apoyo a los festivales de cine

El subsecretario de Cultura, Eugenio Nasarre, a quien acompañaban el director general de Promoción del Libro y de la Cinematografía, Matías Valle, y el subdirector general de Cinematografía, Carmelo Romero, inauguró oficialmente ayer la 25º Edición de la Semana Internacional de Cine de Valladolid. «Nuestra presencia aquí», dijo Eugenio Nasarre, «demuestra que el Ministerio de Cultura apoya al certamen vallisoletano, porque este es un acto cultural de primera dimensión que ha conseguido una identidad propia. En la España democrática que estamos construyendo», agregó, «la vida cultural tiene que intensificarse y por eso hay que impulsar certámenes como este».El alcalde de Valladolid, Rodríguez Bolaños, aseguró que «con la creación de una fundación municipal que da cobertura jurídica la continuidad de la Seminci está ya garantizada

En el segundo día ya se han puesto en marcha todos los ciclos programados. Uno de los que más interés está despertando es el dedicado al turco Yilmax Guney. La mujer, el hijo y los principales colaboradores del realizador otomano, que cumple una condena de dieciocho años en la prisión de Ankara por un delito no probado, se encuentran ya en Valladolid.

Entre los críticos, periodistas y hombres de cine que han conocido la situación actual de Guney ha surgido la idea de redactar un escrito, avalado con las firmas de los participantes en la Seminci, dirigido al Gobierno turco, en demanda de libertad para Guney.

En el orden puramente cinematográfico hay que resaltar en el primer día de proyecciones el estreno de dos películas controvertidas: Tú estás loco, Briones, de Javier Macua, y El nacimiento de una bruja, del alemán Wilfred Minks.

La primera de ellas es un intento de comedia que no ha cuajado, pese a disponer de un guión consistente. Hay destellos, gags divertidos, pero falta uniformidad y coherencia. Sobre el Nacimiento de una bruja, obra rodada en varias localidades de Castilla-León y ambientada en la Alemania medieval, también hay diferencia de opiniones. Mientras unos han juzgado la obra como interesante, otros señalan que los anacronismos presentes en la película y la excesiva influencia del tratamiento teatral que se da a numerosas secuencias han hecho perder fuerza al filme.

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