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Escasas garantías electorales

La mayor parte de la oposición chilena piensa acudir a las urnas a votar en contra, aunque haga manifestación pública de la falta de garantías. En esta decisión ha influido también una cuestión táctica: quien no acuda a votar se expone a sesenta días de cárcel o a una multa de 6.000 pesos (unas 12.000 pesetas), además de no tener marcado su carné de identidad, lo que puede costarle la expulsión del puesto de trabajo o la negativa a cualquier trámite oficial.La falta de garantías electorales ha sido puesta de manifiesto por toda la oposición, mientras que el Gobierno hace públicas promesas de honestidad en el escrutinio y desde todos los frentes asegura que es imposible falsear los resultados, ya que cualquier chileno Puede asistir al escrutinio.

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La oposición, por su parte, declara que no se pueden garantizar los resultados, desde el momento en que es la propia Administración la que designa a los miembros de las mesas electorales y realiza el escrutinio, sin que se haya autorizado ningún control autorizado.

En este sentido, también la conferencia episcopal dio a conocer días pasados su punto de vista, que coincide con el de la oposición. El presidente de los obispos chilenos, José Manuel Santos, dijo que no existían plenas garantías de limpieza en el proceso electoral. A esta objeción, la Iglesia católica chilena añadiría que no se puede someter a un sí o a un no tal diversidad de contenidos: Constitución, artículos transitorios y elección del presidente por otros ; nueve años.

Mientras la oposición pone el acento en que esta Constitución supondría para Chile la eternización del poder personal del general Pinochet, el Gobierno militar trata de ganar el voto del miedo, para lo que ha llamado, a través de toda la propaganda oficial, «la Constitución de la libertad». El rechazo de esta Constitución supondría, según las propias palabras del presidente, la «vuelta al caos de 1973 ».

En esta línea se mueven los argumentos del régimen para ganar votos de última hora, que podrían ser necesarios si resultase cierta la encuesta realizada por Gallup, a petición del Gobierno, según la cual el 60% de los encuestados estaría en contra de la Constitución, que será votada mañana en medio de un estado de emergencia que, entre otras cosas, sigue manteniendo el toque de queda de dos a cinco de la madrugada cinco años después del golpe de Pinochet.

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