Mitin multitudinario contra el régimen de Pinochet en Santiago de Chile
Decenas de miles de personas asistieron el miércoles, por la noche (madrugada del jueves, hora española), al primer mitin político autorizado por la Junta de Gobierno militar y en el que Eduardo Frei, ex presidente de la República y líder de la Democracia Cristiana chilena, expresó su rechazo al referéndum constitucional que se celebrará el próximo 11 de septiembre, y pidió la formación de un Gobierno de transición cívico-militar que sustituya al actual régimen.Bajo el lema «Reunión de los chilenos libres», unas 100.000 personas, según los organizadores; unas 50.000, según observadores imparciales, se congregaron el miércoles en el teatro Caupolicán, de Santiago, y en sus alrededores para escuchar canciones de Violeta Parra o poemas de Pablo Neruda y gritar enfervorecidos eslóganes hostiles al régimen militar, como «Gobierno, asesino». «Ayer, Somoza; hoy, Pinochet». «Abajo el tirano», y «Pinochet, cabrón, fascista y maricón», que un servicio de orden temeroso intentó rápidamente acallar.
El número de asistentes al acto puede ser considerado como elevado, dado que un impresionante dispositivo policiaco cumplió en torno al teatro una función disuasiva. Al finalizar el acto hubo conatos de manifestación y enfrentamientos con los carabineros, produciéndose una docena de arrestos.
La presencia, entre los participantes en el acto, de partidarios de la Unidad Popular quedó puesta de manifiesto por algunos vivas al derrocado presidente Allende, que la mayoría de la asistencia cubrió con gritos de «Unidad», y «El pueblo, unido, jamás será vencido».
Tras una breve intervención de Manuel Sanhueza Cruz, ex ministro de Justicia de Allende, que denunció «el cerdo y absurdo plebiscito» organizado por el general Pinochet, Eduardo Frei abundó en el mismo sentido, afirmando que «el proyecto constitucional no es ni siquiera un intento de transición, sino una prolongación y continuación del actual poder personal».
El ex primer mandatario, que desempeñó un papel controvertido en la caída del presidente Allende, aseguró que el proyecto constitucional sólo ofrecía «la prolongación de una situación represiva».
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Frei rechaza el referéndum constitucional organizado por el régimen militar chileno
Viene de primera página
El proyecto constitucional, que será sometido a referéndum al cumplirse justamente el séptimo aniversario del golpe militar que derrocó al Gobierno legal del presidente Allende, entrará en vigor en 1990, cuando los comandantes de las fuerzas armadas y carabineros propongan la ratificación, por referéndum, de la persona que deberá asumir el cargo de presidente por otros ocho años (hasta 1999) y que podría ser el propio general Pinochet.
El cómputo, de votos del referéndum del próximo 11 de septiembre estará, en sus dos primeras fases, exclusivamente en manos de las autoridades. Los ciudadanos que opten por la abstención, como forma de protesta, se arriesgan a sesenta días de cárcel o 6.000 pesos de multa (unas 12.000 pesetas), así como a la expulsión de su trabajo sin indemnización, ya que no tendrán marcado su carné de identidad con el correspondiente sello.
Al no poder preconizar la abstención, por obvias razones, Eduardo Frei se mostró partidario en su discurso del «"no" al plebiscito mismo y a todo lo que significa», al tiempo que propuso una «verdadera alternativa», consistente en la formación, por dos a tres años, de un Gobierno de transición cívico-militar encargado de organizar la elección de una Asamblea constituyente, que a su vez elaboraría una Constitución que sería sometida a referéndum. Todas las libertades públicas serían restablecidas inmediatamente.
Estas declaraciones de la máxima figura de la oposición chilena fueron percibidas por los observadores como un limitado acercamiento del líder democristiano a la izquierda, que desde hace tiempo preconiza la formación de un Gobierno de transición, aunque sin componente militar, y podrían constituir un primer paso para una futura colaboración entre la tolerada Democracia Cristiana y la clandestina Unidad Popular.
Por su parte, en un comunicado difundido el martes desde la clandestinidad, el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) afirmó que es necesario «luchar activamente por el derrocamiento de la dictadura, el establecimiento de un Gobierno provisional de todos los sectores populares y democráticos y la convocatoria a una Asamblea constituyente».
Críticas de la Iglesia
Pero más aún que la oposición a la Constitución por parte de la Democracia Cristiana, de la izquierda o de numerosas personalidades e intelectuales sin vinculaciones políticas partidistas, lo que de verdad indispone al régimen militar es la crítica efectuada por los treinta obispos que integran la Conferencia Episcopal chilena de las condiciones en que se desarrolla la consulta popular.
Prueba de ello es que en Copiapó, a ochocientos kilómetros al norte de Santiago, Augusto Pinochet lamentó la actitud de «un grupo espiritual al que siempre se ha respetado, y que no ha reparado un instante en ofender, al poner en duda la honorabilidad de este plebiscito».
La autorización dada por la Junta Militar para la celebración del mitin de la Democracia Cristiana sólo constituye, como lo señaló el propio Eduardo Frei, «una excepción, muy limitada y condicionada» con que el régimen intenta dar una apariencia democrática al referéndum.
Pero tanto la radio como la televisión estatal, cuya difusión llega a todo el país, se hicieron escaso eco del acto electoral, al tiempo que Radio Portales, la principal emisora privada de Santiago, tuvo que anular, a causa de las presiones, su retransmisión del mitin y el diario progubernamental La Nación titulaba ayer en primera página: «El marxismo empuja a los tontos útiles y demagogos».
Las corrientes de opinión no oficiales no tienen prácticamente acceso a los medios audiovisuales para poder exponer sus puntos de vista sobre el referéndum constitucional.
"El proyecto de Constitución es ilegítimo"
«Es un caso de ciencia-ficción o una burla votar un proyecto de "Constitución ilegítimo en su origen, inconveniente en su texto, que va a entrar a regir dentro de diez años», afirmó el ex presidente Eduardo Frei en el mitin del teatro Caupolicán de Santiago. A continuación ofrecemos los párrafos más destacados de su discurso, recogidos de la agencia IPS.«Por casi un cuarto de siglo el pueblo chileno será mantenido en interdicción cívica, privado de sus derechos ciudadanos. Quienes tenían dieciocho años en 1973 podrán elegir a sus autoridades, por primera vez, cuando hayan cumplido 43 años».
« El plebiscito carece de validez y lo rechazamos porque no reúne las condiciones mínimas que garanticen su legitimidad».
«No se puede llamar a un plebiscito cuando el país está en estado de emergencia, no hay un sistema electoral, no existen registros electorales -destruidos hace siete años-, quienes hacen los recuentos de votos son partidarios del Gobierno, están proscritos los partidos políticos, no existe libertad de reunión ni de manifestaciones públicas y esta (refiriéndose al mitin) es una reunión limitada y condicionada».
«El plebiscito no es válido porque existe la permanente amenaza de detenciones, relegaciones o secuestros».
«El jefe del Estado no se ha limitado sólo a presentar una Constitución, sino que, además, ha asumido el papel de definir lo que es la alternativa en el caso de que el referéndum no se apruebe. Según él, sí se rechaza esta Constitución se retrotrae al país al 10 de septiembre de 1973, con lo cual se pretende decir a los chilenos que quien vota no está conduciendo a Chile al desorden y al caos».
«La verdadera alternativa no es volver al 10 de septiembre de 1973. sino encontrar un camino que nos permita ser lo que fuimos: una patria libre y democrática, con instituciones renovadas de acuerdo a las nuevas realidades y exigencias».
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