Freno mundial a la "promoción agresiva" de productos lácteos para bebés
En una reunión especial de Unicef y la Organización Mundial de la Salud (OMS), realizada el año pasado, con los fabricantes de leche para bebés que sustituye a la leche materna, éstos consintieron en eliminar las prácticas comerciales agresivas. En ese momento, el acuerdo pareció una victoria para quienes durante diez años habían luchado por frenar la promoción de esos productos.Ese producto crea serios problemas para los bebés cuyas madres no tienen acceso a un equipo de esterilización y a agua limpia para preparar la fórmula.
El resultado es la mala nutrición, una incidencia de diarreas y algunas veces la muerte. Las madres, estimuladas a emplear esta leche en polvo en lugar de amamantar, se ven obligadas a continuar una vez que empiezan, debido a que la leche materna se retira en cuestión de días si es que no dan de mamar.
Sin embargo, a lo largo de los años, los fabricantes de leche en polvo han promovido agresivamente su producto, empleando a mujeres para que visiten a las madres en las maternidades, para incitarlas a que usen las fórmulas en lugar de amamantar.
Se proporcionan a las madres muestras gratis, y a los trabajadores de la salud en los hospitales se les proporcionaban, libres de coste, material médico, viajes gratuitos y una variedad de otros alicientes, con el fin de que promuevan la leche en polvo para bebés.
Unicef y la Organización Mundial de la Salud pidieron poner fin a estas prácticas agresivas de promoción, y urgían a las compañías a limitar sus contactos con personal de salud y limitarse a dar «información ética» sobre sus productos. El año pasado concordaron en acatar esas recomendaciones.
Doug Clements, de la red de acción internacional sobre alimentos para bebés, recorrió recientemente países del Caribe y América Central, donde comprobó la existencia de carteles y anuncios radiales o televisivos que promueven la fórmula para bebés. En conversaciones con trabajadores de la salud, dice Clements, encontró numerosos ejemplos de madres que son visitadas por personal con uniformes de enfermeras. Estas «enfermeras de la maternidad», como la compañía las llama, inducen a las mujeres a no amamantar, sino a recurrir a las fórmulas.
Clements dice que su organización ha recibido asimismo carta de un médico de Suráfrica, que informó que cuando se negó a permitir el acceso de personal a las pacientes de su maternidad fue visitado por un representante de la compañía, quien le ofreció un viaje gratis, una nueva clínica pediátrica y un empleo si es que cambiaba de política.
Luego, las empresas contrataron a William Rogers, ex subsecretario de Estado, para que las representara. La influencia de Rogers en los círculos gubernamentales fue empleada para prevenir toda legislación que pudiera restringir las prácticas de las compañías en Estados Unidos.
«Han tratado de estructurar el debate sobre cuestiones científicas de la desnutrición infantil», afirmó Le Ah Marculies, de la Organización Mundial de la Salud, «para tener un problema que sea de la exclusiva competencia de expertos, pero éste es un asunto de sentido común. Sabemos que las leches en polvo para bebés son hechas para producir ganancias, y que el amamantamiento no produce ganancias. Nos agravia la incursión de corporaciones en busca de ganancias en estas áreas, tan íntimas de nuestras vidas».
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