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El Centro Dramático Nacional dedicó un homenaje a José Bergamín

Un homenaje multitudinario al escritor José Bergamín, que, como era previsible, no estuvo en el Acto, se celebró el pasado lunes en el teatro María Guerrero, de Madrid. Con esta celebración de la obra del fundador de la revista Cruz y Raya se clausuró el ciclo de Análisis del teatro español que ha venido siendo organizado por el Centro Dramático Nacional para divulgar la obra de autores españoles marginados. En esta ocasión se dedicó el análisis a José Bergamín, de quien se representó Medea la encantadora, y se leyeron algunas escenas de Melusina y el espejo. Intervinieron diversas personalidades del teatro, como Dahd Sfeir, que representó por primera vez esta pieza teatral en Uruguay; José Martín, que estrenó la misma obra en el Dido, Pequeño Teatro, en 1963, en Madrid, y los actores Nuria Espert, Julieta Serrano, Marisa Paredes, María José Hoyos y Francisco Guijar. Rafael Alberti y José Monleón intervinieron también en el homenaje.

No estuvo presente allí, en el teatro María Guerrero, José Bergamín, el esqueleto vivo que he sido siempre, como dice al principio de sus memorias, aún no publicadas, el gran ensayista. Quizá para mantener su actitud fantasmal y que nadie pueda saber quién es, dijo, en broma, José Monleón. También Monleón afirmó que García Lorca, Alberti y Bergamín rechazaron la visión naturalista del mundo para dar importancia a la imaginación, al juego poético. Efectivamente, la visión teatral de Bergamín es más espectacular que realista. Su teatro sobresale por su imaginación trascendental y no por los conflictos dramáticos que plantea. Vamos a oír lo que se dice, lo que se piensa, a través de la boca del escenario. Porque, en oposición al teatro poético tradicional español, vacío, retórico y hueco, la poesía teatral de García Lorca, Alberti y Bergamín está. llena de riquezas asombrosas, de pura poesía pensante o ensoñadora, pero sin hermetismos.Luego intervino Rafael Alberti Y evocó en un poema la figura de su compañero de generación José Bergamín, el fantasma más fantasmal, el viejo verde más verde (acotemos que Bergamín dice, con mucho ingenio que más vale ser un viejo verde que un viejo podrido), el más terrible burlón, el mayor castigador del idioma, el extraño creyente, y ha sido el escritor más, vilipendiado, a veces olvidado, de esa generación del 27, hoy tan manipulada. Recordó Alberti su amistad con Bergamín y sus encuentros en casa de Juan Ramón Jiménez, el gran maestro preocupado por nuestro futuro, pero quisquilloso cascarrabias, que disputó con Bergamín sobre puntos y comas que se enredaron en el diálogo hasta convertirse en riña total. Evocó Alberti el trabajo en colaboración de ambos durante la guerra civil en la Alianza de Intelectuales Antifascistas y en la revista Mono Azul.

Por último, Alberti recordó la fraternidad amistosa que unía a todos los miembros de la generación del 27, en comparación con los odios de los clásicos, como los que se profesaron entre sí Lope, Quevedo y Góngora. Bergamín fue el teórico lúcido y el cimentador del grupo, su verdadero estructurador. Afirmó el valor profundo de la poesía de sus obras teatrales, que descubrió cuando el estreno de Medea en Montevideo. Luego, Nuría Espert y un grupo de actores, ya citado, leyeron con verdadero sentido interpretativo algunas escenas de Melusina y el espejo, ese drama romántico alemán del, dramaturgo español.

La representación escénica reveló con absoluta claridad la riqueza de alma de Melusina, su dispersión aterradora, multiplicidad que acongojaba al poeta-novelista Achin von Arnim. Siguió la representación de las escenas fínales de Medea la encantadora, que interpretó magistralmente la actriz uruguaya Dahd Sfeir. Se comprobó, una vez más, la naturaleza divinamente implacable de Medea y la frase final: «¡A ti, padre, celeste, voy! i Tú el Solo, guíame! ¡Voy a probar tu eterna soledad divina de humana soledad de amor!», que el público, puesto en pie, coronó con una ovación entusiasta.

"Medea", en el Ateneo

Por otra parte, el grupo Teatro de Cámara Góngora inicia hoy las representaciones de la obra Medea la encantadora, de Bergamín, en el salón de actos del Ateneo de Madrid, a la diez y medía de la noche. La sesión se repetirá mañana, jueves, y el viernes, a la misma hora. El montaje ha sido dirigido por José Luis Yzaguirre, y en el mismo participan siete intérpretes.

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