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Aparece la primera edición gallega del "Nuevo Testamento"

El arzobispo de Santiago, Angel Suquía, y los representantes de la editorial Sept presentaron al público la primera edición del Nuevo Testamento en gallego, que aparece encuadernado en volúmenes de tela y rústica bajo el título de O Novo Testamento. Desde hace varios años, un equipo de biblistas y traductores que dirigió el teólogo Andrés Torres Queiruga vino trabajando en la puesta a punto de esta edición, que atravesó abundantes dificultades económicas, biblísticas y lingüísticas.

Un grupo de cristianos galleguistas se puso en contacto inicialmente con el arzobispo compostelano, que, a su vez, los comunicó con Roma, desde donde los dirigieron a un instituto alemán de publicaciones de la Biblia en distintos idiomas. «Allí se nos dijo», informó Alfonso Zulueta, «que no podían hacer nada por Galicia, ya que sólo se ocupaban de los países en vías de desarrollo».Fue así como, posteriormente, pusieron manos a la obra con, más entusiasmo que medios, a partir de una comisión lingüística que tuvo que rehacer su trabajo hasta cuatro veces, ante la inexistencia aún en Galicia de criterios únicos de normalización del uso del idioma gallego. Los promotores de la traducción recurrieron a todos los biblistas gallegos, entre ellos algunas figuras notables, como González Núñez, en medio de la enorme dificultad que suponía la no existencia de una facultad gallega de Teología o de Institutos Bíblicos.

Los libros del Nuevo Testamento fueron traducidos al gallego por José Fernández Lago, José M Rodríguez, Andrés Torres, José A Miguélez, Emilio Losada, José Maritiño, Jesús Ferro, Bernardo Regal, Francisco Pérez y María del Carmen Enríquez. Su trabajo lingüístico fue supervisado por una comisión que integraron los escritores Ramón Piñeiro, Carlos Casares, José Luis Franco y Alvaro Cunqueiro.

Según manifestó el arzobispo compostelano, monseñor Suquía, «se aunaron hombres y conjuntaron voluntades para ponerlos al servicio de una obra tan bella e importante como esta».

Explicó también que O Novo Testamento es un paso fundamental para conseguir la futura normalización del idioma gallego en la vida interna y en la liturgia de la Iglesia. Por su parte, el coordinador de la edición, Andrés Torres, manifestó que «la Iglesia gallega tiene, ahora más que nunca, la obligación y el derecho de plantear el uso del gallego».

A pesar de todo, la situación de Galicia sigue siendo, en lo que a textos bíblicos se refiere, inferior a la de Cataluña o al País Vasco.

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