Los trabajadores del grupo Mundo prefieren la quiebra y el seguro de paro

Esta mañana tendrá efecto una asamblea de los seiscientos trabajadores del grupo Mundo, actualmente afectados por un lock out. Su principal finalidad es optar entre volver a negociar con la empresa el pago de los salarios adeudados o bien instar la quiebra del grupo.

Según fuentes laborales, CCOO parece inclinada a buscar una nueva negociación, capaz de permitir la supervivencia del grupo, cuya desaparición, además de la pérdida de lugares de trabajo, sería desfavorable políticamente a la izquierda, en especial en la perspectiva inmediata de las elecciones al Parlamento catalán. Pero gran número de redactores de los periódicos del grupo, decepcionados por el incumplimiento de anteriores pactos con la empresa, proponen que simplemente se inste la quiebra, para así obtener el seguro de paro.El pasado viernes se había logrado un acuerdo, en presencia de la autoridad laboral, entre los trabajadores y la empresa. Pero éste ha resultado incumplido por parte empresarial. Según aquel acuerdo, el presidente del grupo, Sebastián Auger, debía haber pagado antes de medianoche del pasado miércoles la mitad de los salarios adeudados.

El total de los sueldos impagados es actualmente de unos cien millones. Corresponden a la mitad de la paga de noviembre, la de diciembre, la extra de Navidad y once días de enero. Según fuentes directas, la empresa no posee los cincuenta millones que debía de haber pagado en cumplimiento de aquel pacto ahora roto.

Con todo ello llega también a su fin un intento de mediación de la Generalidad, de fuerte contenido político. En efecto, el consejo ejecutivo de la Generalidad debatió hace unas semanas una propuesta del consejero socialista Joan Reventós, de crear un fondo de ayuda a la prensa, por un total de 250 millones. Esta propuesta, según informaron fuentes muy directas, fue de inmediato apoyada por el consejero comunista Antonio Gutiérrez.

Jordi Pujol se sumó a la iniciativa socialista argumentando que la ayuda también debía alcanzar de pleno al diario en lengua catalana Avui (Hoy), cuyos problemas financieros son bien conocidos.

El consejero de Economía y Finanzas, Eduardo Punset (UCD), se opuso a la iniciativa de la izquierda, que consideró fuera de las posibilidades reales de la institución. Como alternativa, que fue aceptada, propuso que la Generalidad gestionara un crédito de 120 millones para Sebastián Auger, quien debería, no obstante, aportar garantías suficientes para responder del mismo. El crédito no fue obtenido debido a que Sebastián Auger no aportó las garantías.

Con la probable desaparición definitiva del grupo Mundo, la prensa de Barcelona queda situada, en su conjunto, muy claramente a la derecha de la realidad social y electoral catalana. Este desplazamiento es visto con inquietud por socialistas y comunistas, en general muy bien tratados por la prensa de Auger cuando ésta existía.