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La crisis en Asia central

EEUU, dispuesto a congelar cualquíer medida de desarme con la Unión Soviética

Estados Unidos podria «congelar» todo avance en materia de negociaciones sobre desarme con la URSS, como una medida más de presión contra Moscú por la invasión por tropas soviéticas de Afganistán. Las conversaciones para un desarme mutuo y equilibrado (MFBR), actualmente en curso en Viena, y la posible continuidad del proceso de limitación de armamento nuclear (SALT), en una tercera fase, podrian verse afectadas.

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Citando fuentes de la Agencia para el Desarme, el diario New York Times comentaba que el presidente Jimmy Carter ordenó en un memorándum que se impidiera todo avance efectivo en materia de desarme entre Estados Unidos y la URSS. El portavoz del Departamento de Estado, Hodding Carter, desmintió la información del periódico neoyorquino, aunque añadió que continúan actualmente los análisis de eventuales nuevas normas de presión contra la Unión Soviética. Añadió también que cuentan con la garantía de los países europeos occidentales de «sostener» a Estados Unidos y no exportar a la Unión Soviética productos que puedan sustituir a los que figuran en la «lista negra» de EEUU contra la URSS.La opinión del portavoz del Departamento de Estado no parece coincidir exactamente con la realidad. Washington prepara una reunión para mañana, sábado, con los principales países exportadores de trigo. Canadá y Australia han confirmado su asistencia y su apoyo al embargo norteamericano. Sin embargo, Argentina, otrode los grandes países productores de cereales, anuncia que no seguirá la política de embargo a la URSS marcada por el presidente Carter. Puede ser una simple maniobra del Gobierno de Buenos Aires para obtener, en contrapartida, que Carter sea menos «exigente» con la dictadura del general Videla en lo que concierne a la violación de los derechos humanos en Argentina.

Entre tanto, los norteamericanos continúan aplicando su política de limitación de ventas de productos a la URSS. Después del grano, las pesqueñas y el boicot a los barcos soviéticos en puertos norteamericanos, se abre ahora el capítulo de prohibiciones a los productos de alta tecnología y varios alimenticios. Se incluye en estos últimos la anulación de exportaciones de Coca-Cola y otras bebidas refrescantes a los soviéticos.

Jimmy Carter ordena el corte inmediato de ventas de maquinaria de alta tecnología, incluyend los ordenadores, productos metalúrgicos, automóviles, telecomunicaciones y productos químicos. Se suspenden las licencias de exportación y se congelan los pedidos confirmados. Las nuevas normas tendrán vigor entre cuatro y seis semanas, plazo que se fija la Administración Carter para valorar la evolución del conflicto en Afganistán, origen de toda la ac tual política de restricciones.

Las firmas afectadas por el embargo, cifrado en unos cuatrocien tos millones de dólares, podrían reclamar compensaciones a la Administración por la pérdida del mercado soviético. Jody Powell portavoz de la Casa Blanca, dijo que no se ha decidido todavía ningún proyecto para cubrir las pérdidas comerciales. Es probable que se llegue a un compromiso análogo a las ayudas financieras que se darán a los agricultores por las pérdidas que supone el embargo de diecisiete millones de toneladas de grano que tenían vendidos a la URSS.

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A pesar del apoyo político de los países europeos y Japón a la estrategia de Estados Unidos, existen serias dudas de que las compañías comerciales europeas y japonesas participen en el boicot del mercado soviético, sobre todo si la crisis adquiere una larga duración.

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