El Ejército soviético lanza una ofensiva general contra la guerrilla musulmana en Afganistán
Una división de élite del Ejército de la URSS desencadenó ayer una ofensiva general contra la resistencia musulmana en la región de Paktia, situada a unos 150 kilómetros al sur de Kabul, y otras informaciones señalan combates en Jalalabad, al este del país, y en Herat, el oeste. El primer objetivo de la ofensiva soviética consistiría en cerrar las fronteras afganas con Pakistán e Irán para evitar que por ellas transite la ayuda material a la guerrilla.
En previsión de un posible cierre de la frontera, varias decenas de miles de afganos se han refugiado en Pakistán a principios de semana. Se calcula que entre los antiguos y los nuevos exiliados el número de afganos en Pakistán asciende ya a cerca de medio millón de personas, es decir, a un 2,5% del total de la población afgana.Una nueva estimación de la OTAN calcula que las fuerzas soviéticas en Afganistán oscila entre 35.000 y 40.000 hombres.
En su progresión a través del país, las fuerzas soviéticas han bombardeado con napalm a los guerrilleros musulmanes, según informa la prensa de Karachi.
Las tropas soviéticas en Afganistán son dueñas de la situación en la capital, Kabul, y otros centros urbanos, pero se enfrentan con una cierta resistencia por parte de los guerrilleros musulmanes, que acosan al Ejército de la URSS para proteger al grueso de los insurrectos, que parece reagruparse en zonas inaccesibles para hacer frente a la nueva situación.
Tras desarmar y acuartelar después del golpe que derrocó al presidente Amin a unidades del Ejército presuntamente rebeldes, el Ejército soviético prosigue su ofensiva en las provincias.
En cuanto a la liberación de los presos políticos en Afganistán, anunciada por la agencia de prensa soviética Tass, fuentes de la oposición afgana señalaron que hasta ahora se había limitado a los encarcelados del Parcham, ala del Partido Comunista, a la que pertenece el nuevo presidente.
El secretario general del Partido Social Demócrata de Afganistán, Amin Wakman, afirmó ayer, en Nueva Delhi, que el líder del partido, Ghulam Mohammed Farhed, permanece aún en prisión.
El nuevo presidente de Afganistán, Babrak Karmal, que todavía no ha sido visto en público, declaró ayer por radio que seguía contando con la ayuda soviética e incluso tenía la intención de pedir ayuda a Vietnam, Cuba, Etiopía, Angola y a los palestinos para aplastar a los «rebeldes».
En Teherán tuvo lugar ayer una segunda manifestación ante la embajada soviética, y en Nueva Delhi estudiantes afganos asaltaron la sede diplomática soviética, que abandonaron posteriormente.
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