Los países "pobres" han incrementado en un 7% sus importaciones de alimentos desde 1970
Los países en vías de desarrollo han aumentado en casi un 7% anual sus importaciones de alimentos durante los años transcurridos de la década de los setenta. Este porcentaje, más del doble del contabilizado durante el decenio anterior, se verá incrementado en 1980 de una manera considerable, a causa de la esperada disminución productiva (especialmente de cereales) en los países importadores. Incremento que, a su vez, arrastrará un mayor comercio internacional de productos agrícolas, cuyas dificultades e importancia están siendo estudiadas en Roma por la FAO.
Durante los últimos tiempos, la principal característica del comercio internacional de productos agrícolas ha sido, sin duda, la progresiva demanda de trigo y cereales secundarios. Actualmente se prevé que las importaciones de trigo aumentarán desde un total estimado de 71,5 millones en 1978-1979 a 76 millones en 1979-1980, y las de cereales secundarios pasarán de 83 a 89 millones de toneladas. Es decir, las importaciones de cereales alcanzarán en 1979-1980 cifras sin precedentes.Probablemente, este aumento se hará más patente en los países menos desarrollados, con el curioso contraste de la URSS. Según las estimaciones del organismo de las Naciones Unidas, las necesidades de importación de la URSS podrían aumentar de catorce millones de toneladas en 1979-1980 a veinte millones en la campaña siguiente (incluidos trigo y cereales secundarios). A tenor del acuerdo de compra a largo plazo que los soviéticos han firmado con Estados Unidos, la URSS no puede adquirir anualmente más de ocho millones de toneladas de trigo y maíz durante el período 1976-1981 sin acuerdo previo de ambos Gobiernos. Dicha cifra ya se elevó a quince millones en las dos últimas campañas, y se espera tomar rápidamente una decisión para esta, apenas se conozcan los resultados.
Suben los precios
Las malas perspectivas para la campaña 1979-1980 han hecho aumentar rápidamente, desde el pasado mes de mayo, los precios de exportación de todos los cereales. Durante la primera semana de julio, Estados Unidos aumentó los precios de exportación de su trigo en un 26% (179 dólares por tonelada); los del maíz, en un 22%, y los del sorgo, en un 25%. Argentina, Australia y Canadá también subieron los suyos. Pero, no obstante este encarecimiento, el miedo al posible desabastecimiento que producen las perspectivas para la próxima campaña han propiciado un sustancial crecimiento de los fletes.La FAO, preocupada por el futuro, ha denunciado con inquietud la creciente dependencia exterior de los países en vías de desarrollo para abastecerse de alimentos. Durante el decenio 1961-1971 el volumen de importaciones de alimentos de estos países «pobres» (excluido el pescado) aumentó un 2,7% al año; es decir, a un ritmo mucho menor que el de los países desarrollados. Posteriormente, durante el período 1970-1977, las cosas cambiaron radicalmente: el volumen de importaciones de los primeros aumentó a un ritmo del 6,9% anual, muy por encima del registrado en los países grandes.
Mientras que para los países exportadores de petróleo este aumento de importaciones de productos alimenticios no plantea problemas serios de pago, la creciente dependencia del exterior en este aspecto supone un problema crítico para el resto de los países (que representan, en conjunto, las dos terceras partes de las importaciones alimentarias mundiales). Y aunque por el momento se espera que las importaciones de trigo y cereales secundarios aumenten sólo ligeramente en estos países, los más pobres se verán especialmente afectados por la preocupante escalada de precios. Más que nunca, asegura la FAO, las necesidades de ayuda alimentaria serán especialmente importantes.
Ingresos por exportaciones agrícolas
El valor de las exportaciones agrícolas mundiales (considerado a precios medios) aumentó a un ritmo moderado durante los años sesenta, tanto en los países desarrollados como en los en vías de desarrollo. Pero desde el comienzo de este decenio, sobre todo en el período 1972-1974, la trayectoria ha sido sorprendentemente ascendente. Si se tiene en cuenta que el volumen de las exportaciones de productos agrícolas mundiales aumentó durante la pasada década sólo en un 3% anual y que en esta ha sido del 3,3%, buena parte del aumento de los ingresos mundiales derivados de estas exportaciones corresponden al aumento de los precios.¿Por qué se dispararon, tan vertiginosamente estos precios? Varios factores confluyeron en su determinación. Especialmente, la grave insuficiencia de producción de varios productos durante dos años consecutivos (1971 y 1972) y el lento aumento, en relación con la demanda, de la producción de varios de ellos relacionados entre sí (trigo, arroz, cereales para piensos, harinas de pescado o algunas tortas oleaginosas). La disminución de la producción determinó un rápido crecimiento de la demanda (especialmente, compra masiva de cerales por parte de la URSS y China) y sustanciales reducciones de sus existencias.
Tras año y medio de recesión continua, la economía mundial empezó a recuperarse en el segundo semestre de 1975, y ello se reflejó en la demanda de productos agrícolas, pesqueros y forestales, que en 1977 alcanzaron una cifra estimada de 18.700 millones de dólares, con un aumento del 12% respecto de 1976.
La relación de intercambio entre las exportaciones agrícolas y los productos manufacturados ha mostrado una constante inestabilidad durante los años setenta, especialmente en los países poco desarrollados. En el caso de los países desarrollados, la disminución del precio de exportación de los cereales ha contribuido a un gradual deterioro de su relación de intercambio agrícola en los últimos cinco años. Aunque los aumentos generalizados de los precios de productos agrícolas (en especial, de las bebidas aromáticas tropicales) determinaron una importante mejora de la relación de intercambio de los productos agrícolas durante los años 1976 y 1977. También han influido considerablemente el café, el té y el cacao.
Las primeras estimaciones sobre 1978 recogidas por la FAO sugieren un deterioro general de la relación de intercambio entre las exportaciones alimentarias y agrícolas y los artículos manufacturados. En este sentido, el 15% de aumento registrado en el índice de las Naciones Unidas sobre precios de exportación de productos manufacturados es superior al de la mayoría de los productos agrícolas de exportación.
Asistencia exterior
Según estimaciones de la OCDE, y la FAO, las asignaciones de asistencia exterior para el sector agrícola de los países en desarrollo se han duplicado aproximadamente, a precios constantes, desde, 1973. Tras haberse reducido en 1976, volvieron a recuperarse muy notablemente en 1977. Las primeras indicaciones de 1978 arrojan un aumento aproximado del 10% sobre los precios corrientes, pero con una ligera disminución a precios constantes.Las primeras estimaciones sobre ayudas indican que las asignaciones del Banco Mundial aumentaron el año pasado en un 46%; las de la FAO, el 26%, y las de instituciones multilaterales de la OPEP, en un 15%. El Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), que inició sus operaciones en 1978, le dedicó entonces 59 millones de dólares. Se calcula que, en ese año, el 64% de todas las asignaciones oficiales destinadas a la agricultura procedió de organismos multilaterales, y el 50%, aproximadamente, fue sólo del Banco Mundial.
En junio-julio de este mismo año, la FAO realizó una consulta técnica sobre cooperación económica entre países en vías de desarrollo relativa a los sectores agrícola, alimentario, pesquero y forestal. Dicha consulta sugirió la necesidad de un programa de acción encaminado a conseguir la autosuficiencia alimentaría global de los países pobres. Recomeridó también algunas medidas institucionales para la realización de un programa de acción por parte de los países desarrollados, sus agrupaciones de cooperación, las organizaciones del sistema de las Naciones Unidas y, particularmente entre ellas, la FAO.
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