Importantes hallazgos prehistóricos en Asturias

El Departamento de Prehistoria de la Universidad de Oviedo investiga, en medio de una gran discreción, unos yacimientos prehistóricos de gran valor situados en zonas próximas al río Nalón y a Oviedo. Los dos grandes yacimientos: una cueva cuya existencia se mantenía en secreto y un abrigo, fueron visitados ayer por los participantes en el Simposio Internacional de Arte Rupestre, organizado en España con motivo del primer centenario del descubrimiento de pinturas rupestres en la cueva de Altamira.El periódico La Nueva España publicaba unas declaraciones del doctor Gómez Tabanera, según las cuales el descubridor de las cuevas de Altamira fue el asturiano Modesto Cobielles y Pérez, nacido el 15 de junio de 1820 en Celorio. «Modesto Cobielles», afirma Gómez Tabanera, «trabajaba como jornalero a destajo de Marcelino S. Sautola, y en el terreno común yjunto al prado llamado de Juan Mortera, a unos treinta kilómetros de Santillana del Mar, descubrió la cueva. Comunicó su descubrimiento a Sautuola, y éste, ante el descubrimiento y llevado de la curiosidad científica, y con su hija María, fortuitamente, localizaron el panel policromado, hoy patrimonio artístico de la Humanidad. Esta va a ser la noticia del simposio, y sin menoscabo de la intervención del hidalgo montañés Sautuola.»

Por su parte, Asturias Diario Regional publicó un reportaje con motivo de la llegada a Oviedo de los componentes del Simposio Internacional de Arte Rupestre, en el que informa que los descubrimientos de una cueva próxima a Las Caldas, a escasos metros del río Nalón, sobre cuyas paredes se sitúan tres grupos compactos de figuras o paneles profusamente grabados. A la entrada, en la pared izquierda, se distinguen las siluetas de algunas figuras de caballos, ciervos y vulvas femeninas. El segundo grupo presenta como figura más destacada una gran silueta de bisonte, de gran precisión en el trazado. En la pared derecha se encuentra el tercer grupo, con varias figuras incompletas, con las líneas dorsales y las patas de algunos animales: caballos y ciervas.

Se supone que estas figuras corresponden al ciclo solutreo-magdaleniense. Algunas son incluso anteriores, posiblemente de la época auriñaciense o auriñaco-perigordiense.