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EDUCACIÓN

Mañana comienza el IV Congreso Iberoamericano de Educación

Once ministros de Educación y una veintena larga de significados representantes de otros tantos países iberoamericanos estarán presentes en las sesiones de trabajo del IV Congreso de la Oficina de Educación Iberoamericana, que se inicia mañana en Madrid.

El subsecretario de Educación, Juan Manuel Ruigómez, explicó ayer a la prensa la trascendencia de este acontecimiento, que puede suponer la redefinición de la OEI, «un organismo que desde su fundación en 1947 ha llevado una vida bastante precaria».Representantes de los medios informativos de varios países iberoamericanos coincidieron con el señor Ruigómez en «la considerable reticencia con que viene contemplándose la existencia de este organismo, debido al sentido "folklórico" que ha caracterizado la política iberoamericana de España».

El subsecretario de Educación reconoció que el Gobierno español había llegado a plantearse incluso la posibilidad de su desaparición, pero que tanto España como la mayoría de los países miembros han coincidido en que, al margen de su anodina historia, la OEI puede contribuir en el futuro a afianzar los lazos culturales entre los pueblos de Iberoamérica, «sin paternalismos, sin folklorismos y dentro, desde luego, de la nueva concepción que el Rey y el Gobierno español tienen de las relaciones con dichos pueblos».

Por su parte, el secretario general adjunto, Renán Flores Jaramillo, precisó que, aun reconociendo los numerosos errores del pasado, tampoco había que ser demasiado reticentes con la OEI, puesto que no sólo este organismo es actualmente objeto de la crítica y de la exigencia de su renovación. Citó como ejemplos a la OEA, la FAO, la propia Unesco y en general todos los organismos intergubernamentales creados hace ya mucho tiempo, que tienen, como la Oficina de Educación Iberoamericana, la ineludible precisión de revisar su eficacia y plantearse su actualización.

Entre los temas a tratar en las jornadas de este congreso figuran la posibilidad de establecer un bachillerato iberoamericano, la convalidación de títulos docentes, los métodos de enseñanza a distancia y, en el contexto del nuevo espíritu que quiere dársele a la OEI, la revisión de contenidos de los textos de historia, en donde determinados acontecimientos no tienen el tratamiento adecuado.

De cualquier modo, el problema de mayor trascendencia que habrán de afrontar los países congresistas es el del sostenimiento económico de la OEI, puesto que gran parte de las dificultades del pasado han sido consecuencia del incumplimiento de sus obligaciones económicas por parte de algunos de los países miembros.

En relación con el tema económico, el señor Ruigómez manifestó que, «pese a las dificultades por las que atravesamos, España está dispuesta a aumentar sus aportaciones, en coherencia con la política iberoamericana preconizada por su Gobierno ».

México y Brasil estarán representados por primera vez en un congreso de la OEI, en calidad de invitados especiales.

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