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Pla o la razón descriptiva

Sesenta años de escritura torrencial, incesante; más de veinte mil páginas impresas; 35 volúmenes aparecidos de sus Obras Completas, en una edición que todavía no ha terminado. La obra de Josep Pla es inmensa, al menos en lo que a la cantidad se refiere. Es, según Joan Fuster, un escritor «profesional, burgués, payés y materialista». Extraña y hasíta explosiva mezcla, que ha provocado polémicas sin cuento. En la misma Cataluña, que le acaba de honrar con el Premio Ciudad de Barcelona, se le ha regateado año tras año el Premio de Honor de las Letras Catalanas, del que disfrutan escritores con menos merecimientos. Entre conformista y anarquista, atrabiliario, reiterativo, rabiosamente personalista, Josep Pla es un personaje incómodo. Pero, conforme pasa el tiempo, la figura del solitario de Palafrugell se engrandece cuanto más se le discute.En Notes del capvesprol, la obra galardonada, Pla ha colocado el contrapunto de su magistral Quadern gris. Aquel dietari de 1917 y 1918 recogía las impresiones del aprendiz de escritor que comenzaba su carrera, pero sólo fue publicado, como primer volumen de las obras completas, en 1966 y, posteriormente,

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traducido al castellano por Dionisio Ridruejo y Gloria de Ros. Y las notas crepusculares datan de 1976, y son el volumen 35 de la serie; en ellas encontramos lo mejor y lo peor de Pla, su estilo inconfundible, sus incomparables descripciones y sus discutibles opiniones. José María Guelbenzu dijo de él que es mejor

cuando siente que cuando opina. El propio Pla pudo responderle: «El hombre no es un animal racional; es un animal sensual. »

Josep María Castellet -Josep Pla o la raó narrativa- subraya la sensualidad de Pla, basada en la descripción. «Su capacidad de descripción logra una visión universal por encima de las propias ideas del escritor.» El hombre Pla capta el mundo por los sentidos, todos los sentidos: la vista, el oído, el olfato, el gusto y el tacto. De ahí su prosa inigualable, pastosa, eficaz, aparentemente sencilla. Reaccionó contra la retórica del noucentismo -calificaba aquel estilo de frigorificado, preciosista y sin microbios- y de ahí su sentido revolucionario en las letras catalanas. En las españolas, la operación la hizo anteriormente el 98. Para Aranguren, fuera del contexto catalán, Pla es un escritor muy estimable, de segundo-orden. Para Ridruejo, «el mejor paisajista literario que han dado nuestras literaturas» y «nadie vivo puede comparársele en amplitud y vitalidad ».Polémico, pues, en Cataluña y en España, por mor de su bilingüismo. Narrador sin novelas -salvo El carrer estret y pocas más- por su fragmentarismo al enfrentarse con lo real, tiene obras maestras como el citado Cuaderno gris, A igua de mar o A lbum de Fonclara. Viajero, cronista subjetivo, biógrafo de las tierras y hombres catalanes y europeos, un secreto orden traspasa su obra aparentemente caótica. Es un escéptico, irónico y antisentimental: «El sentimiento es algo pornográfico.» En sus notas crepusculares señala que le han faltado la ambición y la vanidad. «He cultivado esos defectos por comodidad, para vivir bien; para hacer una vida oscura, modesta, tranquila y silenciosa. Eso es lo que me ha permitido trabajar con cierta calma, con un poco de orden. »

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