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La conferencia de Viena, bloqueada por la falta de diálogo entre pobres y ricos

, El diálogo está siendo muy difícil en esta Conferencia Mundial de las Naciones Unidas sobre «Ciencia y tecnología para el desarrollo» tal vez porque quienes no tienen piden demasiado, o porque los que tienen ofrecen demasiado poco. Lo cierto es que a la convocatoria efectuada por la ONU a los países ricos en ciencia y tecnología y a ese Tercer Mundo del subdesarrollo y la pobreza generalizados para que lleguen a algún tipo de acuerdo, la respuesta está haciéndose llegar y el acuerdo final se presenta muy conflictivo.

Hoy domingo, habrá contactos informales entre los dos bloques en litigio: el «grupo de los 77», las naciones pobres de la Tierra, que en realidad son 120, y el grupo formado por los pueblos industrializados. Las negociaciones parecían ayer prácticamente rotas, al negarse los representantes de los países poseedores del saber a darlo sin reserva ni control, como parecen pedir los que quieren salir del subdesarrollo como sea. El bloque de estos últimos exige la transferencia mundial gratuita de ciencia y tecnología. Pero ¿acaso no circulan libremente las ideas y las revista de ciencia? ¿Tiene secretos la técnica?, se preguntarán algunos. ¿Quién posee la ciencia?La ciencia, efectivamente, parece estar ahí, al alcance de todas las fortunas y de todas las mentes que quieran estudiarla. Pero las cosas no son tan sencillas. Sobre esta cuestión, el especialista francés Jean Masini afirma que «la. información científica circula casi libremente en el mundo. Pero se plantea el problema de hacer funcional la disponibilidad efectiva de esta. información. Para empezar, es preciso considerar que un número muy alto de documentos no se publican. Pueden tener una circulación restringida (documentos de trabajo de seminario, canales no formales de circulación de la información ... )».

Información mundial y transferencia de patentes

En el mundo hay unas 76.000 revistas científicas que divulgan, según Masini, «una información científica cuya abundancia hace difícil y costosa la selección necesaria para su utilización eficaz. La distribución de estas publicaciones llega mucho más a los conjuntos industrializados. Lo mismo sucede, naturalmente, con los libros científicos. En este primer nivel aparece la relación del tema de la información con su complemento indispensable: la formación. El límite principal a la utilización de la formación se encuentra sin duda en la esfera científica. La dificultad reside en la organización de estructuras que incluyan hombres cuya formación les haga altos para utilizar una información. científica; hombres que sepan elegir, probar, clasificar, almacenar y usar con buen criterio esta información».Falta, pues, ciencia en el Tercer Mundo, lo que equivale a decir que faltan estructuras y personas con formación científica porque, además, los que hay se van, al Norte. Pero no es sólo eso. La riqueza tecnológica, que constantemente está siendo creada en los países avanzados, también revierte al Norte en los costes de las tasas y patentes que se les cobra a los países más necesitados cuando éstos necesitan crear allí sus propios productos.

El vengativo encarecimiento de materias primas, como el petróleo, parece ser el chantaje con el que los pobres quieren obligar a los ricos a acortar, en palabras de un delegado tercermundista, «la excesiva diferencia de precio. existente entre las materias primas que Occidente se lleva y los productos acabados que nos devuelven». Parece así explicable que una propuesta presentada por Afganistán exija que «las patentes deben ponerse a disposición de los países en desarrollo, para su uso interno sin coste alguno para ellos».

Aquí parece estar el núcleo de desacuerdo en esta semibloqueada conferencia de Viena, desacuerdo producido, en parte, por el hecho de que las propuestas tercermundistas de libre intercambio de tecnología y la exigencia de un compromiso económico de ayuda al Tercer Mundo bajo el control de la ONU no es aceptado tal como se presenta por los Gobiernos de los países industrializados.

El grupo de los 77 se muestra compacto y sin fisuras y no va a dejarse asimismo escindirse en bloques, según su acuerdo o desacuerdo parcial con las propuestas del Norte.

A este respecto, el coordinador del Pacto Andino en esta conferencia, Pedro. Carmona Estanga, que expuso la posicion conjunta de los cinco países que integran el grupo (Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela), recalcó que esta conferencia de Viena «debe responder a las expectativas creadas a nivel mundial» y que por ello sostuvo que «el plan de acción resultante de las deliberaciones deberá fundamentarse en los puntos esenciales planteados en la posición que contiene el documento del grupo de los 77».

La ONU no se desanima en su loable convocatoria, que tan alto coste económico está suponiendo.

En palabras de Davidson Nicole, director ejecutivo del Instituto de las Naciones Unidas para la Investigación y la Formación, «la tensión y el conflicto son algo, habitual, en otras conferencias patrocinadas por la ONU sobre recursos, petróleo, etcétera. Según él, si en ellas se llega a acuerdos, aunque sean parciales, ¿por qué no aquí?

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