Rivalidad internacional por encauzar el rumbo de la revolución nicaragüense

Nicaragua, a los pocos días de concluida la guerra civil, se ha convertido en el terreno de enfrentamiento pacífico de diferentes corrientes políticas, desde la Internacional Socialista hasta los socialcristianos venezolanos, sin olvidar la Administración norteamericana, que intentan con su ayuda política y económica evitar una radicalización de un país que estableció el viernes pasado relaciones diplomáticas con Cuba.

Felipe González, portavoz del Grupo parlamentario Socialista y ex secretario general del PSOE llegó ayer a Nicaragua respondiendo a una invitación formal del nuevo Gobierno de Reconstrucción Nacional. El político español procedía de Panamá y se trasladó a Managua en el avión oficial de Omar Torrijos, comandante en jefe de la Guardia Nacional panameña, acompañado por el diputado de su partido Miguel Angel Martínez. El programa de la visita de Felipe González incluye entrevistas con miembros de la Junta de Reconstrucción Nacional, del Gobierno y de la dirección del Frente Sandinista de Liberación Nacional.La presencia de González en Nicaragua en estas primeras horas de triunfo sobre la dictadura somocista y el anuncio de la llegada el 4 de agosto de la delegación oficial de la Internacional Socialista han sido muy bien recibidas en medios políticos nicaragüenses y se las considera como un apoyo de las democracias europeas y de las fuerzas socialistas hacia este país. Hay un interés muy claro por ganarse a las nuevas autoridades nicaragüenses y conseguir así que el rumbo de la revolución sandinista se encamine por derroteros de libertad democrática.

La misma interpretación se da a la petición formal hecha por el comandante Tomás Borge, ministro del Interior, al embajador norteamericano en Managua, Lawrence Pezzullo, para que Estados Unidos ayude al Ejército nicaragüense a completar su dotación de armamento. Si Estados Unidos accede a dicha petición tendrá en sus manos la posibilidad de controlar, aunque sea indirectamente, al Ejército de Nicaragua, que es lo que equivaldría a controlar al Gobierno.

Borge acudió al aeropuerto Augusto César Sandino a recibir a Pezzullo, embajador estadounidense, que se reintegraba a sus funciones después de la caída de Somoza. Estados Unidos ordenó la retirada de su representante diplomático a raíz del discurso de Francisco Urcuyo, sucesor de Somoza, en el que el pintoresco político daba a entender que seguiría en la presidencia sin entregar el poder a la Junta de Reconstrucción Nacional.

También Venezuela tiene la firme intención de ayudar a Nicaragua. Su ministro de Asuntos Exteriores, José Alfredo Zambrano, que estuvo en Managua el domingo pasado,anunció el envío inmediato de veinte millones de dólares, cantidad que podría ser duplicada en breve. A este propósito, el secretario de Estado adjunto estadounidense, Vyron Vaky, se entrevistó en Caracas con el presidente Campins.

Entre tanto, la dirección del Frente Sandinista de Liberación Nacional anunció la creación del Ejército nacional y dio a conocer los mandos de dicha fuerza armada. Habrá una comandancia general conjunta integrada por Luis Carrión, Tomás Borge y Humberto Ortega.

Edén Pastora, el Comandante Cero y uno de los más singulares representantes de la fracción «tercerista» del FSLN, ha sido nombrado viceministro del Interior y trabajará junto a Tomás Borge.

Entrega de la embajada en Madrid

Alrededor de las cinco de la tarde de ayer, el ex embajador de Managua en España, Armando Luna, ha entregado el inventario de la embajada de Nicaragua en Madrid a Eduardo Kuehl, representante del Gobierno de Reconstrucción nicaragüense. La embajada quedará interinamente en manos de Orlando Guerrero Mayorga.

Kuehl se había entrevistado ayer por la mañana con el ex embajador, así como con altos cargos del Ministerio de Asuntos Exteriores español.