_
_
_
_

El "Catálogo de novelas españolas del XIX", base para una investigación literaria

Declaraciones de su autor, Juan Ignacio Ferreras

Juan Ignacio Ferreras ha merecido el premio Rivadeneyra de la Real Academia por su Catálogo de novelas y novelistas españoles del siglo XIX, que ha sido publicado por la Editorial Cátedra. El catálogo, que el profesor Ferreras, actualmente en la Universidad parisiense de la Sorbona, considera la base para un nuevo planteamiento de la historia literaria, es el fruto de doce años de fichaje y trabajo, ceñido a la novelística española del siglo XIX, y pretende «acabar con una historia tradicional, superarla y enriquecerla», según sus propias palabras.«El tener una panorámica amplia y concreta a la vez», dijo Juan Ignacio Ferreras a EL PAIS, «permite abrirse a una nueva y distinta visión de cómo sucede la evolución literaria. Se ve como imposible el entendimiento de la historia de la literatura en función de nombres clave, y se empieza a comprenderla en función de las tendencias en curso. En la novela del XIX, por ejemplo, que hemos catalogado, se ven clarísimas diversas tendencias, algunas olvidadas. Por ejemplo, hay una novela anticlerical, hay una tradición de Episodios Nacionales anteriores a Galdós, hay una corriente realista avant la page, y una novela paracientífica ... » «Para mí», dice, «el estudio de la historia de la literatura sólo es posible con un método que tenga en cuenta la génesis colectiva, la estructura, que sería el aporte individual más importante, y la función de la obra. Dentro de ese método, habría que estudiar desde la ideología hasta el precio, pero ninguno de esos criterios, de esos datos, podía ser considerado determinante.»

El planteamiento, evidentemente, es de una historia social de la literatura que intente bucear el problema de las relaciones entre la creación como fenómeno privado, instransferiblemente individual, y ese hecho colectivo al que está íntimamente relacionada y que el profesor Ferreras constata con la existencia de tendencias. Sobre este tema, dice: «Plantear el problema entre el sujeto colectivo y el sujeto individual ya es, de alguna manera, empezar a resolverlo. Es algo que obliga a tener en cuenta la producción, es decir, las novelas existentes en lo más cerca posible de su totalidad. Y en este sentido es importante el catálogo. A mi modo de ver, en un cierto momento hay un grupo intelectual con una determinada visión del mundo. Una visión de grupo o de clase, visión que se materializa en una determinada forma de la vida social. Y en esos grupos siempre surgirá uno capaz de materializarla al nivel literario. Lo individual no es ni la forma de vida ni la visión del mundo: lo individual es ese momento en que se produce la invención, a veces adelantada, el momento en que se revela de modo imaginario lo que realmente piensa el autor y el grupo. «El caso de Galdós», dice el profesor Ferreras, «es claro: hay un grupo con una determinada visión de la historia, y aparecerá el genio capaz de cristalizar esa visión.»

Naturalmente, la complejidad del tema escapa a esta corta entrevista, más en este momento en que las visiones sociales de la historia de la cultura no están de moda. «Bueno, está demodé en Francia, donde ha sido reprimido el tema a partir de la muerte de Goldmann, pero empieza con fuerza en Estados Unidos, por ejemplo, tras la creación de la cátedra de Sociología de la Literatura, en la Universidad de Minneapolis. Creo que esta falta de moda de la sociología de la literatura es una consecuencia de la represión posterior al mayo 68, aquella crisis que significó, de hecho, el aplastamiento de la universidad francesa. Y se explica porque la sociología es una ciencia peligrosa para cualquier Estado.»

De sus propios criterios, a la hora de ir escribiendo una historia social de la literatura, dice Juan Ignacio Ferreras: «Yo diría que mi posición es hegeliano-marxista, no dualista, y desde luego, no directamente marxista. Debe mucho a la escuela de Francfort y a Max Weber.» En cuanto al catálogo concreto, «se ciñe», según su autor, «a la novela del siglo XIX, que empieza a mi modo de ver a finales del XVIII, que en los primeros años del siglo va surgiendo cierta renovación confirmadora. Curiosamente, toda la novela que fuera de España tiene excelentes frutos, cuenta con una representación española, todos los intentos están aquí, con mejor o peor fortuna. Y a mi modo de ver, la teoría de los modelos no sirve, porque sólo se imita aquello que se está preparado para imitar. Otro de los temas que se ven claros después de hacer un catálogo relativamente exhaustivo es el de la débil frontera entre la literatura y las llamadas subliteraturas.»

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_