Malos tiempos para la literatura gallega
Ayer se concedieron los premios de la crítica
«Este ha sido un año malo para las letras gallegas», dice Ernesto S. Pombo en la información que publicamos hoy sobre el estado actual de la mencionada literatura. Sin embargo, el Día das Letras Galegas, celebrado ayer, ha servido para que los escritores y los editores vuelvan a reflexionar sobre las causas de esa crisis. En el Día das Letras Galegas, además, se concedieron los premios de la crítica, que recayeron en Os outros feirantes, narración de Alvaro Cunqueiro; A outra economia galega, estudio de Albino Prada y Abel López; el investigador Manuel Núñez, por su trabajo acerca de la arquitectura prerrománica; el músico Rogelio Groba; el Instituto de Estudios Galegos, por sus iniciativas culturales, y el grupo Troula, por su representación de la obra O velorio
La del 17 de mayo es una fecha importante e histórica para Galicia. Ese día, Rosalía de Castro firmaba en Santiago de Compostela la dedicatoria de sus Cantares Gallegos a Cecilia Böhl de Faber, más conocida como Fernán Caballero, «por haberse apartado algún tanto -escribió- en las cortas páginas en que se ocupó de Galicia de las vulgares preocupaciones con que se pretende manchar mi país». Era el año 1863. Rosalía de Castro tenía veintiséis años; su marido, Manuel Murguía, primer presidente de la Real Academia Gallega, treinta. Con los Cantares Gallegos reaparecía la literatura gallega que despertaba de un largo letargo.La Real Academia Gallega, con ocasión del centenario de este libro (1963), acordó celebrar todos los 17 de mayo el Dia das Letras Galegas, dedicándolo cada año al recuerdo de uno de los ilustres escritores de esta tierra. Fueron homenajeados en esta fecha, Rosalía de Castro, Castelao, Eduardo Pondal, Francisco Añón, Curros Enríquez, López Cuevillas, Noriega Varela, López Abente, Marcial Valladares, Lamas Carvajal, Lago González, Xohán V. Viqueira, Ramón Cabanillas, Antón Vilar Ponte, López Ferreiro y, en la presente edición, el poeta de Rianxo Manuel Antonio, que, aunque resulta un tanto desconocido para gran parte de los gallegos, cuenta con obras de gran relieve entre las que destaca un apasionado Manifiesto contra don Ramón del Valle-Inclán.
Para Dominto García Sabell, actual presidente de la Real Academia, la celebración de este día es una forma de resaltar con insistencia la cultura gallega y su vigencia. «El hecho de que se venga celebrando desde su institución, ininterrumpidamente, demuestra que tenemos una cultura auténtica y viva. »
El escritor Ramón Piñeiro, por su parte, asegura que «en 1963, cuando se instituyó, dedicar un día a nuestras letras tenía un difícil significado de afirmación. Hubo problemas con los días dedicados a Castelao y Curros, pero era una forma de confirmación de la cultura gallega y de confirmación, de la personalidad cultural de Galicia.
Había que restablecer el contacto en el ambiente cultural».
« Ha sido una iniciativa feliz de Sebastián Martínez Risco -indica el narrador lucense Anxel Fole- que renovó el ambiente sacando a la luz a literatos de gran interés pero que estaban olvidados. Una de las finalidades de esta celebración fue sacar a flote personajes de importancia injustamente olvidados.»
Las editoriales gallegas aprovechan la conmemoración para sacar al mercado nuevos títulos o reeditar obras de siempre. «Para nosotros tiene una gran importancia porque hay movimiento. Es un día para festejar la cultura gallega y las ventas se cuadruplican», dijeron algunos editores.
Pero este año el conflicto del sector de artes gráficas ha afectado notablemente a las nuevas publicaciones. Bieito Ledo Cabido, de Editorial Galaxia, sostiene que «hemos tenido serios problemas para poder editar Correspondencia, de Manuel Antonio». Por su parte, Ediciós do Castro ha padecido también este conflicto en la publicación de dos volúmenes de poesía de Lorenzo Varela. Igual que Akal Editor con la impresión de dos de los cuatro volúmenes de que se compone la Obra completa, de Ramón Cabanillas.
Sin embargo, una obra importante y esperada acaba de aparecer, casi al mismo tiempo que la celebración del Día das Letras Galegas. Se trata del primer fascículo de la Historia de Galicia, de Benito Vicetto, editada por Gersán y que no va a alcanzar el éxito previsto entre los gallegos, debido a su elevado costo.
Existen ciertas contradicciones respecto a la rentabilidad de publicar o no en gallego, frente al auge obtenido por este tipo de publicaciones en los últimos anos. Akal asegura que «es rentable, relativamente. Lo es publicar a Castelao o Cabanillas, no a los noveles. Editar en gallego se hace más por ideología».
Isaac Díaz Pardo, de Ediciós do Castro, coincide con lo anterior, señalando que «desde luego no es un negocio; puede sostenerse aunque no se puede hablar de rentabilidad. No se puede pensar en ganancias. La nuestra no es una editorial comercial, sino de expansión, por eso estamos interesados en publicar lo que realmente es interesante y necesario».
La literatura gallega no está atravesando un buen momento. Son escasos los títulos editados últimamente -el pasado año la producción pasó de 102 a 129- y los autores jóvenes no gozan de la atención de los lectores que inclinan sus preferencias hacia los clásicos. La nueva generación de literatos no logra atraer con fuerza a los gallegos.
Nuevas generaciones
Pese a esto, Díaz Pardo opina que el momento literario «es bueno», aunque «en el futuro el hecho de que se lea en gallego va a depender de la enseñanza en la escuela. Si se enseña a escribir en gallego, se va a leer en gallego. Hasta ahora el niño hablaba en gallego con sus padres. También pensaba en gallego, pero escribía en castellano. Un drama que da lugar a que nuestras gentes piensen en gallego y escriban en castellano».Para Anxel Fole, que se inclina por la narrativa breve («la novela es muy problemática») y que asegura que el principio de la literatura es siempre el canto y el cuento, «la literatura Irrumpió en la política. Existe mucha literatura política y falta de calidad». Por su parte, Ramón Piñeiro insiste en que en general la cultura de Galicia «es la vanguardia del despertar de Galicia y de la personalidad colectiva de nuestra tierra. La literatura, pues, es la vanguardia de la vanguardia. Pienso que el momento es bueno. Hay gente nueva, continuidad y renovación que dan vitalidad a la literatura».
En la actualidad el promedio de tirada que alcanzan las obras editadas en Galicia se acerca a los tres mil ejemplares. «En las primeras ediciones hacemos dos mil; luego va en relación con la demanda.» Pero, en casi ningún caso -excepto los autores de siempre- se logra alcanzar la cifra de Memorias dun neno labrego, de Xosé Neira Vilas, que en su séptima edición ha llegado a los cincuenta mil ejemplares. « Es el best seller» de la literatura gallega», comentó su editor.
Neira Vilas, con Memorias... y Cartas a Lelo es, pues, el autor más vendido en este momento. Tras él se pueden enumerar la totalidad de los considerados clásicos, como Rosalía de Castro, Castelao, Curros Enríquez, Eduardo Pondal, Ramón Cabanillas, Vicente Risco, Otero Pedrayo y Blanco Amor.
Entre los títulos expuestos figuran varios escritos en castellano, a pesar de que «hay obras que solamente se pueden escribir en gallego -explica Anxel Fole- Si a mis cuentos les sacase el sentimiento gallego, tendría que volverlos a escribir, y ya no serían los mismos. Yo comencé a escribir en gallego por necesidad».
Pocas obras han sido traducidas a este ictioma que lograsen alcanzar cierta resonancia. Incluyamos entre ellas O Principiño, traducción de El pequeño Príncipe, las historietas de Asterix y Trintenove poemas de Nicolás Guillén. Fole insiste en que «muchas traducciones se hicieron con un criterio poco acertado. A nadie se le ha ocurrido traducir libros medievalesque serían utilísimos para la formación de los idiomas».
Tres poetas componen preferentemente el panorama de la lírica gallega, que camina muy por debajo de la narrativa en cuanto a ventas. Luis Pimentel, Celso Emilio Ferreiro y Novoneira. Arcadio López Casanova consiguió el último premio Adonais con una obra en castellano.
La literatura infantil se encuentra en pleno auge, pese al inconveniente expuesto por Ramón Píñeiro, quien afirma que la literatura gallega «no se enseña en los centros escolares».
Babelia
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