La OMS dejará al criterio de país la adopción del método abortivo descubierto por Japón

Consultado ayer por EL PAIS un portavoz de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre las investigaciones que se están llevando a cabo en Japón en relación a un supositorio vaginal denominado Ono 802, que «abriría el camino a la práctica del autoaborto» confirmó el hecho, indicando que investigaciones similares se están realizando además desde hace algunos meses en Cuba, en dos centros científicos de Suecia, en Noruega, en dos laboratorios en Gran Bretaña, en tres centros científicos diferentes en la India, Yugoslavia, y en Estados Unidos, que fue el país donde comenzaron estas investigaciones.Desde el punto de vista estricta mente científico, la OMS considera que aún habrá que esperar un tiempo para poder evaluar los resultados de estas investigaciones. Primero será necesario estudiar a fondo las contraindicaciones, como asimismo los fenómenos biológicos calificados de secundarios. Hasta ahora, en los países en donde se ha llevado a la práctica como experimento este supositorio ha provocado, en un plazo de cinco o más horas, abundantes vómitos y diarreas agudas. Por otra parte, la OMS considera que el resultado positivo obtenido en Japón (86 % de mujeres autosometidas a este sistema abortaron) debe ser superado con un mayor porcentaje de éxitos, es decir, ser útil en un mayor porcentaje de casos.

El supositorio vaginal, que en efecto provoca el aborto de las mujeres sin intervención médico-quirúrgica, podrá llegar a ser utilizado sólo en las doce primeras semanas de embarazo, y su introducción en la vagina provoca en pocas horas una hemorragia sanguínea que en volumen es similar a la que se produce naturalmente en las menstruaciones.

El producto contiene principalmente proslaglandina, sustancia que se obtiene en la actualidad químicamente en los laboratorios, pero su origen fue identificado en la próstata.

La OMS advierte que su papel en el caso de un nuevo producto no es el decir «hágase de tal o cual manera», sino el de reunir la información, coordinarla y propagarla de la forma más imparcialmente posible a los países que se muestren interesados. En todo caso, la Organización Mundial de la Salud, que advierte que su utilización dependerá de factores sociológicos, culturales, como también legislativos al interior de cada país, estima que el supositorio vaginal podría convertirse en un método de aborto muchísimo menos costoso desde el punto de vista económico que el actual, consistente en intervenciones quirúrgicas.

¿Llegará el momento en que el supositorio vaginal se venda en las farmacias como las aspirinas o los anticonceptivos, sin prescripción médica? La OMS no adelanta criterios a esta interrogante, pero desde ya puede preverse que si en un solo país de los siete donde se está experimentando con este supositorio vaginal, llegan a lograrse los rendimientos óptimos, el contrabando mundial de este producto pasará a constituirse en la orden del día.

Finalmente puede decirse que a las polémicas que desatará este supositorio vaginal se sumará en forma permanente la duda sobre, su innocuidad, tal cual subsiste hoy en torno a las píldoras anticonceptivas, de libre circulación, en una gran mayoría de países del mundo desde hace muchos años.