El desertor soviético pide dinero y seguridad
A cambio de dimitir de su puesto de subsecretario general para Asuntos Políticos de las Naciones Unidas, Arkady Shevcheriko quiere una cantidad de dinero de la ONU y protección policiaca de las autoridades norteamericanas, según informó ayer un portavoz de la organización internacional.Shevchenko, el funcionario soviético de mayor rango en las Naciones Unidas, continúa en paradero desconocido y espera entrevistarse con el secretario general, Kurt Waldheim, cuando éste regrese de su actual gira por Europa y Oriente Próximo. El abogado de Shevchenko, Ernest Gross, insistió ayer en que su cliente no es un desertor y que quiere seguir manteniendo la ciudadanía soviética, aunque no piensa regresar a su país.
El alto cargo de Shevchenko en la ONU ha sido tradicionalmente ocupado por un soviético y el Gobierno de Moscú parece estar presionando para que el diplomático rebelde sea despedido. El abogado de Shevchenko alega que el contrato de su cliente dura dos años más y que Waldheim no puede cesarle sin violar un contrato.
Consciente de ello, Arkady Shevehenko habría ofrecido dimitir de su puesto siempre que se le devuelva el dinero que pagó para la pensión de vejez de la ONU, así como una suma de dinero para compensar los dos años que le restaban de contrato. Diversas especulaciones coinciden en apuntar la cifra de 100.000 dólares (unos ocho millones de pesetas) que tendrían que pagar las Naciones Unidas al funcionario soviético rebelde.
El portavoz oficial del Departamento de Estado, tras negar las, acusaciones de la misión soviética en la ONU de que Shevchenko estaba detenido por los servicios secretos norteamericanos, dijo que Shevchenko es libre de permanecer en Estados Unidos, regresar a la URSS o trasladarse a otro país. De momento, el diplomático soviético, con fama de «duro» en su línea política y experto en cuestiones de desarme, no ha solicitado asilo político ni, según su abogado, tiene intención de hacerlo.
Sin embargo, Shevchenko querría garantías de seguridad de las autoridades norteamericanas, así como permiso para permanecer en Estados Unidos. Esta petición podría dañar las relaciones entre Moscú y Washington en un momento como el actual, de delicadas negociaciones.
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