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La URSS perfecciona a marchas forzadas sus misiles intercontinentales

La URSS está perfeccionando aceleradamente sus proyectiles autopropulsados, aptos para llevar cargas y ojivas nucleares, de una forma más rápida de lo que esperaba el contraespionaje norteamericano, según trascendió en medios del Departamento de Defensa de Estados Unidos.Los últimos modelos de los proyectiles teleguiados intercontinentales SS- 18 y SS- 19 son conocidos por haber sido más perfeccionados que los prototipos anteriores de la misma serie. Se trata de armas capaces de alcanzar y hacer impacto dentro de un radio de seiscientos metros del blanco, como mayor posibilidad de error en el tiro. No obstante, tales misiles pueden estar aún más perfeccionados de lo que en principio se creía.

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El semanario especializado Aviation Week y ciertos informes de tecnología artillera y espacial que se han difundido dicen que seis recientes pruebas de esos proyectiles intercontinentales de largo alcance han demostrado que tales ingenios bélicos pueden estar tan perfeccionados como los misiles en poder del arsenal militar de Estados Unidos.

El balance de armas nucleares -o susceptibles de serlo- entre Estados Unidos y la URSS se consiguió, en parte, con el equilibrio logrado por los menos potentes, pero más perfectos, proyectiles norteamericanos y las más poderosas, pero menos sofisticadas, armas rusas en esta especialidad.

«Los soviéticos pueden alcanzar una alta perfección en un par de años, antes de lo que se esperaba en un principio: para 1983, en lugar de para 1985», se ha dicho en los aludidos círculos de la defensa estadounidense.

El proyectil autopropulsado americano Minuteman III es un arma formidable por su precisión. El modelo actual está guardado por un riguroso secreto, pero expertos observadores aseguran que estas enormes granadas teledirigidas norteamericanas tienen más de un 50 % de probabilidades de hacer impacto a menos de trescientos metros del objetivo, como máxima probabilidad de error en cada disparo.

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Los artilleros de esta delicada versión de su arma en la Unión Soviética han procurado compensar la escasa precisión de sus prototipos de proyectiles autopropulsados de gran alcance mediante el montaje de bombas atómicas en sus ojivas. No obstante, hasta hace muy poco los misiles soviéticos no podían hacer impacto en un objetivo sin más de una desviación de una milla náutica -1.800 metros-del objetivo señalado.

Las cargas nucleares de las ojivas de sus proyectiles se miden en la URSS por la equivalencia en millones de toneladas de trilita (TNT), mientras que los militares norteamericanos hacen esa equivalencia por millares de toneladas del mismo explosivo.

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