Agricultura lamenta las "motivaciones políticas"

El Ministerio español de Agricultura lamentó ayer, en un comunicado público sobre el asunto de las naranjas envenenadas, que «motivaciones políticas hayan llevado a actuaciones que se consideran injustificables, y que atentan tanto a la salud de las personas, como a las rentas de los productores agrarios, cualquiera que sea el país de procedencia de las naranjas».El ministerio español se refiere aparentemente a la supuesta acción de un comando palestino, aunque no lo especifica en su nota.

El comunicado hace hincapié, por otra parte, en que en ningún caso las naranjas españolas han sido tratadas con compuestos derivados del petróleo.

«El ministerio insiste -añade la nota- en que las naranjas españolas son comercializadas en un elevado porcentaje bajo la marca. Spania, que las identifica suficientemente y que garantiza al consumidor su procedencia.»

En este sentido, el Comité de Gestión para la Exportación de Agrios, reunido ayer en Valencia, recomendó a todos los exportadores una completa identificación de la naranja española para que no se produzcan casos como el actual. El comité insistió, de otro lado, negar que cualquier naranja española haya sido objeto de sabotaje por inyección de mercurio.

Para ello se basa en el hecho de que todas las exportaciones españolas de cítricos hacia Europa se realizaron durante las últimas semanas por vía terrestre, mientras las naranjas afectadas parecen proceder en su totalidad del puerto de Rotterdam.

Comercio no se pronuncia

Pese a las declaraciones tajantes del Ministerio de Agricultura y de los exportadores españoles, el Departamento de Comercio no piensa hacer ninguna declaración oficial por el momento, hasta no disponer de más información, informó ayer la agencia Efe.

Un portavoz de este mismo ministerio añadió, sin embargo, que iniciará una serie de medidas que atajen el problema cuando se reciban las informaciones oportunas. El criterio del Ministerio de Comercio, de acuerdo con la misma información, es evitar entretanto una dramatización excesiva e injustificada. Entre las medidas a adoptar se sugiere una más estricta vigilancia de la contramarca Spania, así como una campaña de información al respecto.