Castilla, Franco y el Plan
Estados Unidos nunca ofrecieron a España la ayuda del Plan Marshall, y menos aún en 1950, en contra de las informaciones de prensa publicadas ayer, martes, ha hecho constar Europa Press, que cita "círculos bien informados».Las informaciones se basan en un memorándum del secretario de Estado, Dean Acheson, al presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, hecho público oficialmente ahora por el Departamento de Estado. La precisión de la agencia Europa Press indica que el memorándum se refería a la oferta norteamericana de acceso español a los créditos del Import-Export Bank, y no a la aplicación a nuestro país de la ayuda del Plan.
Esta precisión debe contrastarse con un testimonio de Fernando María Castiella a este redactor en 1974, referente a los obstáculos puestos por Franco a la aplicación del Plan Marshall a España. En efecto, en aquella conversación, de la que hoy facilito este detalle porque Castiella pertenece ya a la historia de España, el presidente Truman había propuesto a Franco la aplicación de algunos de los beneficios del Plan Marshall, y que la condición mínima que ponía era el cese de la. persecución a los protestantes españoles. Truman, dijo Castiella, de religión baptista, no podía facilitar a España ayuda norteamericana sin incurrir en grave pérdida de prestigio ante su electorado y los seguidores de su fe. Franco no accedió a esta condición y los protestantes siguieron siendo perseguidos por las autoridades españolas. Castiella, que comentó este testimonio con un profundo disgusto ético, atribuía estos hechos a la presión sofocante de la jerarquía católica, no dispuesta a ceder ni una sola de sus prerrogativas, y acusaba como principal apoyo de esta política sectaria al almirante Carrero Blanco.
Que estos comentarios fuesen hechos por Castiella en el curso de una exposición sobre su política religiosa, puede hacernos conceder que en aquel momento él quisiera poner énfasis preferente en el componente religioso de¡ problema, de modo que otros aspectos (políticos, económicos, sociales) no fueron puestos de relieve de modo suficiente en nuestra conversación. Los papeles y notas de memoria de Castiella, si ven la luz, pueden aclarar aún más este problema.
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