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Buenas palabras, sin garantías concretas, para el presidente Suárez en La Haya

El presidente del Gobierno español, Adolfo Suárez, recibió ayer en Holanda buenas palabras de su homólogo, el primer ministro dimisionario de Holanda, Joop den Uyl, quien prometió el apoyo político de su país para «el ingreso de España en las Comunidades Europeas a su debido tiempo». Suárez ha sido bien acogido en la capital holandesa, aunque sin excesivo protocolo o formalismos. Las frías relaciones Madrid-La Haya de tiempos pasados han entrado en una nueva etapa, por la fuerza de los acontecimientos políticos españoles

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Ello constituye la clave del sí político que Suárez arrancó ayer en la capital holandesa, entre sonrisas y declaraciones de buena intención, carentes, por otra parte, de garantías concretas o de un programa detallado del posible acercamiento político español a la Comunidad, tal y como lo ve España, o como lo vería Holanda.

"Un país por día"

La primera etapa de la gira europea de Suárez se inició en la noche del domingo. Una veintena de periodistas españoles esperaban a Suárez en el aeropuerto de Rotterdam (siete eran de RTVE, que hizo todo un despliegue), donde fue recibido por el ministro de Asuntos Exteriores de Holanda, Van der Stoel. Más tarde, en la residencia del embajador de España, Ramón Sedo, Suárez mantuvo un primer contacto con los informadores: «Vengo a insistir en el deseo español de participar en la construcción europea», dijo el presidente, y todos nos, fuimos con la misma interrogante con la que llegamos a los Países Bajos: ¿A qué viene Suárez a Europa, a un país por día?

La respuesta más sencilla la dieron en Bruselas funcionarios de la CEE: España se saltó a la torera la tradicional gira de capitales que hicieron las naciones candidatas al ingreso (Grecia y Portugal, entre ellas) y ahora, candidatura en ristre, Suárez cumple con el protocolo «a posteriori» y con prisas, con el fin de que el Consejo de Ministros de la CEE, del 20 de septiembre, no encuentre en la mesa de debates sólo una carta de candidato.

Transición «dentro» de la CEE

Ahora el Consejo tendrá algo más: Suárez explicó a Den Uyl, y lo hará también en Copenhague, París y Roma, el deseo hispano de que los problemas agrícolas, institucionales y de libre circulación de trabajadores que obstaculizan el ingreso en la CEE de nuestro país, se solucionen una vez que España ingrese en el ámbito comunitario.

España pide que el período transitorio discurra «dentro» y no fuera de la Comunidad, y lo pide de viva voz y con prisas. De viva voz, porque el Gobierno no hizo, por el momento, ninguna evaluación económica, comercial y política de lo que supone el ingreso en la CEE, o el estar en la puerta como candidato, lo que también tiene su precio. Además, lo pide con prisas porque ayer en La Haya Suárez expresó el deseo de que en septiembre u octubre, a lo más, la Comisión Europea sea encargada de abrir el dossier España, con vistas a iniciar las negociaciones de adhesión en la primavera o verano próximos.

La pesca

Da la impresión de que España desprecia, las actuales barreras económicas o institucionales para acercarse a la CEE. El primer ministro holandés, Den Uyl, declaró ayer que su país quiere reformar las instituciones antes de ampliar la CEE, y de manera especial el sistema de decisión del Consejo de Ministros. Giscard y Andreotti se encargarán de completar a Suárez, en lo agrícola, la lista de problemas. Pero, por lo visto, éstos no amedrantan al Gobierno, que, por otra parte, intenta, sin muchos éxitos, solucionar temas bilaterales pendientes con la CEE, tales como la pesca, para la que no llegan ofertas generosas por parte de la Comunidad. Suárez habló a Den Uyl de la pesca, y Den Uyl también le habló a Suárez y le recordó el problema que Holanda tiene con los arenques, a los que las nuevas normas de pesca de la CEE incluyó dentro de la lista de capturas limitadas.

En el plano bilateral, tampoco hubo grandes resultados concretos: el deseo de España y de Holanda de establecer un acuerdo cultural entre ambas partes y otro de establecimiento (para personas y firmas con sede en España). Lo normal hubiera sido que el acuerdo lo hubiera, firmado Suárez en esta visita, pero ello no fue posible. Holanda, por motivos políticos, nunca quiso una cooperación cultural o técnica con España, y sí sólo intercambios económicos, que son favorables a los Países Bajos, con un superávit de balanza comercial de unos setecientos millones de pesetas, lo que algunos consideran como no excesivo.

Sin resultados concretos

En definitiva, la visita de Suárez queda como contacto político y sin resultados concretos que aseguren un ritmo de acercamiento de España a la CEE. Eso sí, ya cuenta con el apoyo político de Holanda, lo que algo es algo. Den Uyl, el hombre que encabeza la marcha contra el régimen franquista en Utrecht, hace dos años, para protestar contra las ejecuciones de cinco militantes de ETA y FRAP, estuvo generoso en palabras para el proceso democrático español y para el propio Suárez.

El «premier» socialista, buen amigo de Felipe González, se deshizo en elogios, lo que tiene una cierta lógica: el pasado día 23 de agosto el Parlamento holandés aprobó este apoyo político al ingreso de España en la CEE, como acuerdo de principio pendiente, entre otras cosas, de que España termine su nueva constitución democrática. Den Uyl, sólo ha hecho la transmisión de la decisión del Parlamento, donde los liberales le llegaron incluso a acusar de haber sido muy duro con España en los últimos años. Den Uyl, que busca una coalición gubernamental desde el pasado 23 de marzo, apoya con esta visita las reticencias que encuentra a su derecha a la hora de formar gobierno.

Baste añadir, a esta primera etapa del viaje, que Suárez recibió a emigrantes españoles del PCE, Comisiones Obreras y asociaciones de padres, que pidieron el voto en las municipales para la emigración, trabajo para los que regresan a España y Seguridad Social en Holanda. También los comités vascos fueron recibidos por el presidente. El representante vasco pidió que España retire la solicitud de extradición de Apala y una amnistía total, diciéndole al presidente: «De lo contrario, usted será responsable de lo que ocurra en el País Vasco.» El presidente tomó nota. Asimismo, podemos decir que en los contactos mantenidos en La Haya, Suárez y Den Uyl hablaron, de pasada, de Oriente Próximo, acercamiento de España al Consejo de Europa, situación política de ambos países, relaciones de España con America Latina y, también, sobre la posición hispana en el tema de la energía nuclear y la cuestión de la firma o no por Madrid del tratado de no proliferación de armas nucleares, sobre el que Suárez no se pronunció, diciendo: «Todos nuestros vecinos al Norte y al Sur (refiriéndose a Gibraltar) tienen armas nucleares.»

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