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Tribuna:TRIBUNA LIBRE
Tribuna
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Capital financiero y poder político

SERGIO VILAREn las etapas de crisis económica, cuando la conflictividad social aumenta, quienes tienen en sus manos el mayor poder financiero suelen caer en la tentación grávísima de pretender concentrar asimismo el poder político en su esfera.Esos fenómenos se han producido en la Italia de los años 1920-1922 y en la Alemania de los años 1930-1933. La industria pesada y la gran banca apoyan el fascismo hasta que conquista el Estado, y por supuesto mientras el nuevo régimen hace la política que a ellos les conviene. Como se sabe, todo ello acabó en la más espantosa catástrofe que ha conocido el mundo hasta hoy.

En España sucedió algo parecido: las clases económicamente dominantes, caracterizadas por un peso agrario más acentuado que en esos otros países, fueron provocando la sublevación militar, al menos desde 1932 en adelánte, hasta que lo consiguieron en 1936 y en estrecha relación ideológica y material con los hitlerianos y los mussolinianos.

Profesor de la Sorbona

Guión escrito por Jorge Semprún y Costa Gavras, según la obra del mismo título de Hervé Villère. Dirección: Costa Gavras, Intérpretes: Jacques Perrin, Michael Lonsdale, Jacques Spisse. Estreno, en V. O., Palace.

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La guerra fue también una catástrofe para España. Catástrofe desde todos los puntos de vista, y no sólo para los demócratas, los, en principio, vencidos. Económicamente, España tardó veinte años en recuperarse, con el agravante de que, a causa de su sistema político dictatorial, quedó marginada de los principales procesos de coordinación e internacionalización de la producción y del comercio en la zona del Mercado Común. Política mente, el franquismo, después de haber continuado produciendo desastres, también ha fracasado: el «alzamiento» se hizo, al decir de los propios rebeldes, para aplastar el liberalismo, la francmasonería. el comunismo y el «separatismo». Pero, a pesar de que, tras la guerra civil, la represión física y cultural contra todas esas tendencias siguió siendo sistemática durante casi cuarenta años, hoy podemos contemplar que los partidos democráticos vuelven a ser fuertes. Las corrientes socialistas, en general, proliferan más que durante los años treinta, hasta tal punto que hoy son millares los católicos que a la vez se proclaman marxistas. El PCE, que era minoritario durante la Segunda República, constituye ahora la principal fuerza de la izquierda. Los autonomistas (mal llamados «separatistas» por los franquistas) desarrollan sus. tendencias por todas partes. La mayor burla histórica es que, en la actualidad, hasta los propios franquistas tienen que disfrazarse de liberales y demócratas.

Pero nos encontramos de nuevo en una situación de crisis económica. Y esta es más grave que aquélla: porque mientras la crisis de los años 1920-1930 era coyuntural (entre otras razones: un efecto de la reorganización del capitalismo de «libre concurrencia» y su transición al capitalismo monopolista), la crisis que hemos empezado a atravesar tiene elementos estructurales. Cabe, pues, volver a plantearse la importante pregunta: ¿qué proyectos políticos tiene hoy el capital financiero en España? En el espacio de un solo artículo resulta imposible dar una respuesta que abarque todo el abanico de la situación, tanto más por cuanto el problema es muy complejo. En efecto, por la información que poseo, el capital financiero no ha concentrado su opción en una sola tendencia política. El gran capital anda brujuleando, juega a diversas cartas, evidentemente todas de derecha, aunque alguna de ellas se vista de centro (como en aquella historia en la que la mona se vestía de seda ... ). El capita bancario llega incluso a mostrar alguna coquetería respecto a la izquierda...

Esa dinámica de diferenciación política interna del capital financiero, crea facilidades para una auténtica transición a la democracia y para su consolidación. Ahora bien, tal división (momentánea) produce «facilidades», a condición, también, de que las fuerzas progresistas sepan aprovecharlas, sepan utilizarlas. En este sentido, mucha -en todo caso demasiada- gente de la izquierda debería superar rápidamente sus simplismos, su primaria e inculta proclividad a observar la clase económicamente dominante como un bloque monolítico. No: existen fisuras; la prueba está en que una parte de capital financiero anda hoy dispuesta a participar en un sistem democrático (claro, un «sistema en el que ellos no van a perder n un ápice de su poder económico)

No obstante, existen otros hechos inquietantes: otra parte de capital financiero se muestra decidido a dar su.apoyo a la reproducción simple del franquismo Desde hace meses se viene ha blando de las ayudas financiera que recibe una determinada alianza de derechas. Este partido se caracteriza por un conjunto de dirigentes ideológica y sicológicamente ultra-autoritarios, que no ocultan sus planes de restablecer un sistema más o menos dictatorial. Si esta opción acabar prevaleciendo, podría resultar de nuevo catastrófica.

Porque, señores financieros los trabajadores en su conjunto, con ellos numerosos sectores de la pequeña y de la mediana burguesía, han vuelto a paladear e excitante gusto de la libertad. No admitirán retroceso alguno. La democracia pide más democracia. Y en la democracia, los trabajadores negociarán con ustedes, estén seguros de ello, plantearán pacíficamente sus reivindicaciones, pero de ningún modo, o muy difícilmente, aceptará renovadas imposiciones dictatoriales.

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