Euzkadi sus canciones
De los primeros intentos a la difusión general
La canción vasca, mejor dicho, la canción cantada en euskera, es, sin duda, la gran desconocida de entre las actuantes en el Estado español. Los nombres de sus numerosos cantantes, las manifestaciones discográficas de éstos y su importancia y significación resultan prácticamente desconocidas fuera de Euzkadi.
Las razones para ello han sido múltiples, en unos momentos en que la burguesía nacional catalana apoyaba los inicios balbuceantes de la nova canço, los cantantes vascos no contaban con una infraestructura predispuesta para dar a conocer más ampliamente su obra. Por otro lado, el idioma cuya estructura y origen se aparta por completo de las raíces latinas que informan tanto el catalán como el castellano o el gallego, hacía muy dificil su aceptación por parte del resto de los pueblos. Finalmente, la postura ultranacionalista mantenida por la mayor parte de los cantantes, unida a las complejas circunstancias político-sociales en las cuales tienen que desarrollar su accion, les ha impelido, por lo general, a rechazar posibles contratos discográficos con empresas radicadas en Madrid o de corte multinacional, únicas capaces de extender su, trabajo.
Los primeros intentos
Una de las características de la canción vasca ha sido la recuperación de temas tradicionales. Al conttario que en Castilla, donde los cancioneros son numerosos, en Euzkadi hubo prácticamente que esperar a 1922 para que se editara una Obra de extensión e importancia considerables. Se trata del Canccionero Popular del País Vasco, del padre Resurrección María Azkue, en el cual se recogen 1.001 de esas canciones. Durante los años de la República, el interés hacia lo vasco se acentúa, produciéndose una gran cantidad de estudios lingüísticos, culturales, etnológicos y geográficos que facilitaron la conformación territorial y cualitativa de eulskal-herria (pueblo vasco). Algúnos cantantes o grupos, como Antxon Valverde u Oskarbi se dedican por completo a lo tradicional, Mientras otros compaginan este aspecto con la creación personal. El resto de influencias musicales es más inespecífico, figurando entre ellas la canción folklórica norteamericana y francesa, únicas que por otra parte mantenian una presencia activa, fruto de largos años de trabajo. Basada en este bagaje, tanto cultural como artístico, se desarrolla la canción, apoyada además en la literatura y la poesía vasa , tan desconocida y circunscrita a Euzkadi como aquélla.
Ez,Dok Amairu; No hay trece
Ez Dok Amairu es a Euzkadi lo que Els Setze Jutges, Canción del Pueblo, Voces Ceibes o el Manifiesto de la canción del Sur, fueron al resto del Estado. Significaba un inteno de dar coherencia a unas posturas dispersas hasta entonces y al rnismo tíempo de procurar una espetlie de «ayuda mutua» entre los pertenecientes al movimiento. Ez Dok Amairu nace en 1966 y en 1970 presenta Baga, Biga, Higa (Un, Dos, Tres), título de un poema fonético tradicional cuyos últimos fonemas darían lugar, más adelante, al Ikimilikiklik, de Mikel Laboa. Baga, Biga, Higa, es un espectáculo global en el cual participan poetas y lingüístas como J. A. Arze y cantantes corno Lourdes Iriondo, Benito Lertxundi, Xabier Lete, Julen Lekuoria y Mikel Laboa. El año pasado apareció un LP que pretendía ser antológico de estos primeros pasos de la canción vasca, aunque tanto este como Bertso ZahaIrrak no dan una imagen completa de dichos comienzos.
Consolidación
Esta se produce a partir de la edición regular de LPs por parte de los principales intérpretes, de una liberalización (en los dos últimos años, sobre todo) en cuanto a la concesión de permisos para los recitales y del auge de grandes festivales que como el de Mairuelegorreia han llegado a congregar más de 25.000 asistentes. Dentro de la canción vasca destacan varios nombres: Mikel Laboa, ha sido de los pocos que han pasado por Madrid, trayendo su obra. Ikimilikiliklik asombró a un público que esperaba apenas un recital más, y se encontró con un espectáculo total donde lo visual, a través de proyecciones, se complementaba a la perfección con partes recitadas, captadas o ejecutadas a la txalaparta (bastidor de troncos golpeados rítmicamente por dos o más ejecutantes). Xabier Lete (que al igual que los demás, excepto Urko, Unsaín, Gorka Knorr y Oskorri, graba para empresas discográficas vascas) es en lo musical menos brillante que Mikel Laboa, pero sus textos poseen una gran fuerza lírica, y han sido cantados por un gran número de intérpretes. Benito Lertxundi es junto a los anteriores uno de los infatigables luchadores de esta manifestación musical y en ello reside su mayor mérito, ya que musicalmente tiene momentos de gran opacidad. Gorka Knorr, es, sin embargo, de los más jóvenes, y ha logrado con un trabajo ininterrumpido y brillante entrar con fuerza entre los viejos. Por otra parte, ha firmado contrato con- una casa radicada en Madrid lo cual, sin duda, facilitará su mejor, conocimiento en el resto del Estado.
Finalmente, Oskoffi, capitaneados por Natxo de Felipe, son uno de los elementos de discordia dentro de este contexto. No habiendo per-' ienecido a Ez Dok Amairu y renunciando asimismo a su palpable aunque nunca concretado programa, mantienen una clara postura de clase y han firmado por una poderosa multinacional, lo que si bien les está procurando una rápida popularidad, permite también que alguno de sus temas esté siendo groseramente manipulado desde el punto de vista comercial. Existen, por supuesto, otros cantantes de valor, como- Lourdes Iriondo o Imanoll el Paco Ibáñez de la canción vasca, pero habrá que esperar un poco para comprobar su definitiva proyección, ya que muchos de ellos han venido compaginando la canción con otros trabajos, lo que en una época de mayor cantidad de actuaciones puede hacerles aban donar la canción.
Conclusiones provisionales
El panorama de la canción vasca aparece, ahora, más despejado. Dependiendo de sucesos políticos, este tipo de manifestación autóctona tendrá ocasión de madurar, y un mayor contacto entre los pueblos del Estado procurará su dimensión relativa. Por ahora cuenta con elementos de una gran valía, que habrán de clarificar algo sus respectivas, posturas políticas, aue en estos momentos aparecen kurninadas por su nacionalismo. Este, tal vez, sea uno de los puntos que, al ser despejados, facilitará un mejor conocimiento y aceptación de esta canción por parte de amplias masas que no comprenden el euskera y que junto a una calidad musical elevada exigen, al menos, intuir lo que se les pretende comunicar.
Babelia
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