En torno al Festival Internacional de Cine de San Sebastián

Dentro de un mes el comité rector del Festival Internacional de Cine de San Sebastián y más concretamente su director. Miguel de Echarri, comenzará a trabajar para la próxima edición del certamen que coincide con sus bodas de plata.La veinticuatroava muestra acaba de finalizar. Televisión Española llegó a afirmar que lo hizo «con más pena que gloria». lo cual es un dato a valorar en función- del medio que lo comenta, pero en cualquier caso no creemos que sea éste lugar indicado para hacer un recuento de la «calidad» de las películas seleccionadas por el mencionado Miguel de Echarri. Pedro Crespo. crítico cinematográfico de ABC: Luis Gasca, experto en cine Y comics: Juan José Porto. subdirector de Pyresa y Juan Antonio Porto, guionista cinematográfico, miembros todos ellos del comité de selección Y por lo tanto. responsables de los filmes proyectados a concurso.

En la rueda de prensa que mantuvo con los informadores el director del Festival señaló que a su juicio las películas presentadas eran las más interesantes de cuantas habían visto que fueron más de 170. Sin embargo, cabe el hacer una serie de consideraciones pensando no sólo en el XXV Festival sino en los posteriores.

El cine es arte medio de comunicación de masas, componente cultural e industria y a todo ello deberá responder el festival internacional de cine. salvo el que pretenda, desde un principio, analizar con más rigor uno de los componentes de lo cinematográfico.

En este sentido el festival de Venecia es un claro ejemplo de especialización cultural o los de Figueira da Foz (Portugal) y Pésaro (Italia). Si fuéramos excesivamente escrupulosos habría que afirmar rotundamente que el único festival realmente útil, desde cualquiera de las perspectivas señaladas. es el de Cannes. -

Administración

En el panorama festivalero español el de San Sebastián ocupa sin lugar a dudas el primer puesto. Ello conlleva una importante aportación económica del Ministerio de Información y Turismo, a través de su Dirección General de Cinematografía, lo que también supone que Rogelio Diez. director general, y Marciano de la Fuente, subdirector general, ocupen la presidencia y una de las vicepresidencias del Comité Rector del tan mencionado festival donostiarra.

La vinculación con la Administración tiene. evidentemente, ventajas y desventajas. En el aspecto positivo habrá que Incluir la sustanciosa cantidad de dinero que aporta. En el saldo negativo habrá que incluir la excesiva dependencia oficialista que, en el caso del cine. conlleva dependencia comercial. Películas como Die omen (La profecía) que ha recaudado hasta la fecha en Estados Unidos cincuenta millones de dólares, resulta una incongruencia que se proyecte a concurso en ningún festival del mundo, puesto que el hacerlo supone entre otras cosas, una ventaja para la distribuidora, que se ahorra un jugoso canon de importación y prácticamente nada para el espectador, que podrá verla semanas después en cualquiera de las numerosas salas previstas para tal fin.

Un festival de cine debe, conjugar al menos así pensamos, el interés comercial de la industria, es decir, las transacciones comerciales de compra-venta, y a la vez facilitar al aficionado la posibilidad de contemplar películas de difícil comercialización, bien por problemas de censura o por excesivo vanguardismo, a tenor de los criterios de los exhibidores. Lo que en ningún caso debería ser es la reunión de una serie de películas que adelantan en unas semanas su estreno comercial.

En el caso concreto del festival de San Sebastián debería potenciarse la cinematografía autóctona -que ya existe aunque a pequeños niveles-, y para ello nada más apropiado que crear una sección especial de cine vasco.

El carácter competitivo del certamen supone para hablar claramente potenciar los cambalaches y presiones de los distintos intereses nacionales o privados. El jurado guarda una hipotética independencia fácilmente manipulable desde distintas perspectivas. entre las que cabc mencionar la simple elección de sus miembros.

La oblilgatoriedad de la etiqueta de gala en los pases del teatro Victoria Eugenia permite, en el mejor de los casos el que se desempolven los smokings y los trejes con zorros y flor de telela, algo desfasado y desde luego superfluo.

Las asociaciones de vecinos de San Sebastián y la recaudación de las taquillas demuestran que en la ciudad existe un claro interés por la continuidad de la muestra. Quizá fuese conveniente reestructurarla. Más y mejor cine, más independencia de criterios, mayor desvinculación de "la autoridad competente» (en de, el presupuesto del Ministerio y del Ayuntamiento, sale del bolsillo de todos los españoles y guipuzcoanos, respectivamente) y menos trapichondeos ahorrativos de cánones de importación.