‘Vieja loca’: la violenta ternura de Carmen Maura no sostiene un ‘thriller’ de terror senil
Qué excelente cortometraje ha compuesto Martín Mauregui en los diez primeros minutos de su filme. Y qué largometraje tan deficiente en los 85 restantes

Qué excelente cortometraje ha compuesto Martín Mauregui en los diez primeros minutos de Vieja loca. Y qué largometraje tan deficiente en los 85 restantes. Pero así son las creaciones a veces: se tiene una buena idea, se vuelca el ímpetu en el inicio, se ponen las bases para inquietar, entretener y hasta reflexionar con un thriller psicológico tintado de terror y de pornografía de la tortura, y después de haber pergeñado un prometedor relato, que incluso podría funcionar como pieza desgajada del conjunto con un buen remate, se estropea todo lo anterior con un desarrollo incluso más allá de lo convencional: torpe, reiterativo, sin la menor imaginación ni en la forma ni en el fondo. Y el problema mayor es que, puestos en la balanza —si es que las obras de arte o del espectáculo pueden llegar a equilibrarse entre sus tiempos, algo bastante discutible—, son diez minutos de brío, emoción y ofrendas contra 85 de hartura.
El argentino Mauregui, que formó parte del equipo de guionistas de tres estimables películas dirigidas por su compatriota Pablo Trapero, Leonera (2008), Carancho (2010) y Elefante blanco (2012), debuta como director en solitario con este ejercicio de cámara —apenas tres personajes y un único escenario en la mayoría de su relato—, de tensión acerca de la vejez y de la demencia. Una coproducción entre Argentina y España, con participación de Juan Antonio Bayona y Belén Atienza, que arranca en un coche donde una mujer en la treintena, con su pequeña hija recostada en al asiento de atrás intentando dormir, habla repetidamente por el móvil con su anciana madre. El crescendo en esos primeros minutos es estupendo gracias a un texto que acude a la continua insistencia en una misma situación para ir revelando que el estado mental de la abuela es grave, que puede no haberse tomado la medicación, que está sola en casa, que su cuidadora ha desaparecido, y que la hija conduce su coche a infinitos kilómetros de distancia de la desasistida madre.

Con una situación semejante a la del magnífico cortometraje Madre, dirigido por Rodrigo Sorogoyen en 2017 y que llegó a ser candidato al Oscar de la categoría, Mauregui muestra recursos de puesta en escena en un lugar pequeño y único, el montaje y la fotografía (con tonos amarillentos y negros) ayudan a conformar la incertidumbre, la interpretación de Olivia Nuss es angustiosa, y Carmen Maura, desde el otro lado del teléfono, comienza a desplegar esa suficiencia ya mostrada en Volver para representar a una mujer mayor que a ratos resulta la ternura personificada, y por momentos parece estar como un cencerro al borde de la peligrosidad física.
Sin embargo, tras ese gran comienzo, la acción se dirige hacia la casa de la vieja, donde el exmarido de la hija, interpretado por Daniel Hendler, acude en su ayuda. A partir de ahí, el derrumbe. El texto es deficiente (da incluso grima ver a Hendler gritar “¡Alicia, Alicia, Alicia!”, una y otra vez y hasta el hartazgo, sin poder tener un diálogo que defender). La dirección artística es convencional, encuadrada en un gótico de saldo que parece sello de las producciones de Bayona. La reflexión sobre la ancianidad, la demencia, la violencia de género, la memoria y hasta el sadismo es inexistente. Hay un par de toques de extravagancia que bordean el ridículo (el baile). Los matices de torture porn son de una ligereza indolora. Y en su carácter de grand guignol, de juego macabro, progresa sin personalidad y con infinito aburrimiento.
La muestra de terror senil de Mauregui, con subtextos semejantes a los de La abuela, de Paco Plaza, se extiende sin apenas energía, y las presencias de nuevos invitados en la función están completamente desaprovechadas. Si quieren pasarlo verdaderamente mal con unos ancianos locos, descubran (o vuelvan a) la fantástica La visita, de M. Night Shyamalan.
Vieja loca
Dirección: Martín Mauregui.
Intérpretes: Carmen Maura, Daniel Hendler, Olivia Nuss.
Género: terror. España, Argentina, 2025.
Duración: 94 minutos.
Estreno: 10 de octubre.
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