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James Holland, historiador militar: “El tanque Tiger está sobrevalorado”

El estudioso publica ‘Hermanos de armas’, la campaña de un regimiento blindado británico a lo largo de la Segunda Guerra Mundial

Jacinto Antón

Considerado uno de los más populares historiadores militares británicos que han recogido la antorcha de la generación anterior, la de Antony Beevor o Max Hastings, James Holland (Salisbury, 55 años) te mira con los mismos ojos azules con que oteaba el campo de batalla Brad Pitt desde lo alto de la torreta de su tanque Sherman Fury en Corazones de acero (una película que por cierto el historiador detesta). Ayuda a la comparación el que Holland luzca una chaqueta militar de la Segunda Guerra Mundial, conflicto al que ha dedicado libros sensacionales y sobre el que ahora publica Hermanos de armas (Ático de los libros, 2025), la historia de un regimiento blindado británico, los Sherwood Rangers, a lo largo de la contienda, un poco a la manera de lo que hizo Stephen Ambrose con la compañía Easy en Hermanos de sangre.

Pregunta. ¿Cómo era la lucha en un tanque de la Segunda Guerra Mundial?

Respuesta. Brutal y descarnada. Y peligrosísima. Los números de los Sherwood Rangers son tremendos: estadísticamente, la posibilidad de cualquiera de los carristas del regimiento de salir indemne de la guerra era cero. Ni una sola tripulación de los tanques de la unidad que desembarcaron en Normandía el Día D había evitado recibir un impacto en su carro al final de la guerra. La suerte determinaba si te incinerabas dentro, quedabas hecho pedazos, perdías un miembro o solo sufrías una herida leve; pero algo te tocaba seguro. El cuerpo humano es muy vulnerable.

P. A Beevor le parecía peor ser paracaidista

R. El tanque da una falsa sensación de protección, pero cuando te alcanzan se convierte en un lugar infernal. La gente vomitaba al recuperar los restos de los camaradas calcinados dentro. También es verdad que si te pasa un blindado por encima… las imágenes de soldados aplastados en los caminos son recurrentes en los testimonios del regimiento.

P. Curiosamente, murieron más tanquistas de los Sherwood Rangers fuera del tanque que dentro. En parte por culpa del té.

R. Sí, salir del tanque era muy arriesgado, el 75% de las bajas —como la del poeta Keith Douglas— se produjeron fuera del blindado, no pocas mientras las tripulaciones preparaban el té: es lo que tiene ser británico. Y murieron muchos comandantes por estar con medio cuerpo fuera de la torreta, lo que era imprescindible para observar, claro. Era básico ver al enemigo antes de que te viera él. La guerra en un tanque requería mucho valor y concentración.

P. ¿Cómo nos sentiríamos dentro de un tanque de aquellos?

R. Un tanque es un lugar en el que puedes pasar mucho calor y mucho frío, oscuro, húmedo, sucio, claustrofóbico y en campaña estás en riesgo continuo. No te puedes esconder. Te pueden alcanzar de muchas maneras, de hecho, la lucha carro contra carro representa solo el 10 % de la experiencia de combate en tanques.

P. Dice que no le gustó Corazones de acero.

R. Me parece horrible. Tres Shermans (precisamente los tanques estadounidenses que llevaban los Sherwood) atacando en línea, casi pegados y completamente expuestos. Cuando su ventaja era la movilidad y la gran cadencia de tiro. Es una película, claro, pero todo lo de la batalla con el Tiger es ridículo. Y el diálogo: los tanquistas no hablaban así, tenemos grabaciones. En el filme parecen jugadores de juegos de ordenador… Y la escena final es ridícula: en la realidad, la tripulación hubiera avisado a la fuerza aérea.

P. Opina usted que el tanque Tiger, ese icono de los Panzer y del III Reich, está sobrevalorado.

R. Sí. Sé que tiene muchos fans y si fuera soldado en la Segunda Guerra Mundial preferiría enfrentarme a un Sherman que a un Tiger. Era un tanque enorme y feo e impresionaba mucho. Pero se fabricaron muy pocos, eran caros y complicados. Conducir un Sherman es sencillo, yo lo he hecho, si sabes llevar un coche puedes. Pero el Tiger era muy complejo. Se perdieron casi más por fallos mecánicos que por acción del enemigo.

P. ¿Cree que la gente joven se está desinteresando de la Segunda Guerra Mundial?

R. No, sigue siendo un tema muy habitual en las películas, series, documentales y juegos, los museos dedicados a ella son muy populares y en mi podcast, por ejemplo, el promedio de los seguidores es de 35 años. Todavía aporta muchas lecciones.

P. Está escribiendo un libro sobre la Batalla del Atlántico.

R. Sí, sobre la primera parte, hay increíbles acciones navales como los hundimientos del Hood y del Bismarck, valor, horror… En el fondo fue el teatro más importante de la guerra.

P. ¿Tanque o submarino?

R. Uh, con todo prefiero un tanque, no soy ningún lobo de mar, y hundirte en un submarino ha de ser espantoso, aunque en Hermanos de armas explico la espeluznante experiencia de los Sherman anfibios que se hundieron en el desembarco de Normandía…

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Sobre la firma

Jacinto Antón
Redactor de Cultura, colabora con la Cadena Ser y es autor de dos libros que reúnen sus crónicas. Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona y en Interpretación por el Institut del Teatre, trabajó en el Teatre Lliure. Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural, protagonizó la serie de documentales de TVE 'El reportero de la historia'.
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