El alcalde de Sevilla cambiará el nombre del premio Almudena Grandes porque la escritora “no era sevillana”
El Ayuntamiento del PP pospone la entrega del galardón, prevista durante la Feria del Libro, una decisión que aviva el malestar por la gestión cultural del nuevo equipo de gobierno
“Lo han dejado morir”. Así de rotunda se manifiesta Mercedes de Pablos, la secretaria del Premio de Novela Almudena Grandes, sobre la decisión del nuevo alcalde de Sevilla, el popular José Luis Sanz, de cambiar de nombre al galardón, creado por el Ayuntamiento en julio del año pasado, porque la escritora, fallecida en noviembre de 2021, “no era sevillana”. La reflexión del regidor se suma a la decisión de su equipo de gobierno de aplazar su entrega, que en la anterior y hasta ahora única edición se había convocado coincidiendo con la inauguración de la Feria del Libro de Sevilla, que se celebrará del 26 de octubre al 5 de noviembre, un evento al que la autora estaba especialmente vinculada porque solía clausurarlo todos los años atrayendo a miles de lectores de la capital.
El premio fue instituido el año pasado por el Ayuntamiento hispalense, entonces gobernado por el socialista Antonio Muñoz, para distinguir novelas publicadas en español e inscritas en el género de narrativa social con la intención de darles una segunda vida. La primera ganadora fue Leña menuda, de Marta Barrio. “El argumento de que no es una autora sevillana no puede ser más miope desde el punto de vista cultural”, señala Muñoz a este diario. “Primero porque los escritores y la literatura son universales. Almudena Grandes es una novelista contemporánea universal y los sevillanos tenemos derecho a identificarnos con sus novelas. El teatro de referencia de esta ciudad se llama Lope de Vega, que tampoco era sevillano, y hay muchísimas calles dedicadas a escritores que tampoco lo son, precisamente porque son universales”, subraya el exalcalde.
La decisión de aplazar, sin una fecha concreta, la convocatoria del premio y de cambiarle el nombre es el último ejemplo de la enmienda a la totalidad del nuevo gobierno municipal a la agenda cultural heredada del equipo anterior, después de los bandazos con el Festival Internacional de Cine de Sevilla, cuya estructura disgustaba a Sanz, del que primero se comunicó que se cancelaba la edición de 2023 prevista en noviembre, para casi de inmediato rectificar y anunciar que sí se va a celebrar pero en una versión reducida de apenas una semana; o con la programación del teatro Lope de Vega, referente cultural del otoño hispalense, cuya presentación se aplazó para después informar de que se trasladaría a los escenarios del Fibes y del Cartuja Center porque el coliseo iba a cerrarse por obras.
“El desmantelamiento de una agenda cultural muy consolidada es un despropósito y un desaguisado”, opina Muñoz. “El Festival de Cine o el Premio Almudena Grandes no son patrimonio de un Gobierno, son patrimonio de los sevillanos y detrás de estas decisiones subyace la idea de patrimonializar la cultura de la ciudad. Hay muchas cosas que mejorar desde el punto de vista cultural, pero desmontar lo que funciona es un caso sin precedentes en la democracia sevillana”, asegura el exalcalde.
Versiones contradictorias
Tanto en el caso del Festival Internacional de Cine como en el del Lope de Vega, las versiones para justificar aplazamientos o cambios en su formato y escenario han ido variando por parte de los responsables de la Concejalía de Cultura, algo que también ha sucedido con el Premio Almudena Grandes. Su responsable, Minerva Salas, aseguró en agosto que el galardón se mantendría “si así lo establece la fundación que organiza la Feria del Libro”. La Feria del Libro (FIL) depende de la asociación del mismo nombre, integrada por organizaciones del sector ―libreros y editoriales― pero que, tal como indicó entonces su director, Rafael Rodríguez, no organiza el premio, que depende exclusivamente del Ayuntamiento. “Decidimos entregarlo y vincularlo con la feria como uno de sus actos centrales por la relación de la escritora con ella”, explica Mercedes de Pablos.
Las bases de la segunda edición ya estaban aprobadas, además de la dotación económica de 10.000 euros y los gastos para el jurado, señala De Pablos. “En junio ya presentí que no estaría vinculado a la feria, porque nadie se puso en contacto conmigo ni se convocó al jurado, algo que debería haberse hecho entonces para poder seleccionar las novelas y que los integrantes del jurado pudieran leerlas durante el verano para anunciarlo en septiembre”, explica. Las bases estipulaban el mantenimiento del jurado de la primera edición, que estuvo compuesto por el poeta y viudo de Grandes, Luis García Montero, los escritores Felipe Benítez Reyes, Sara Mesa ―la única que había manifestado que no podría formar parte en la segunda edición―, Eduardo Mendicutti y la directora de EL PAÍS, Pepa Bueno.
“No solo no se sienten cómodos con Almudena Grandes, tampoco con el carácter social y de denuncia que se acordó que debían tener las novelas que concurrieran al premio”, sostiene Muñoz. La decisión de conceder este galardón, además de rotular una calle con el nombre de la escritora, fue aprobada en un pleno con los votos en contra de PP y Vox y la abstención de Ciudadanos. El exalcalde tiene la intención de recuperar el galardón con su nombre y su esencia con el apoyo de la Diputación de Sevilla, que gobierna el PSOE, o con patrocinio privado. “Pero quiero hablar con Luis [García Montero] antes”, explica Muñoz. García Montero ha preferido no hacer declaraciones sobre la decisión del nuevo gobierno municipal.
Malestar en el sector cultural
La errática gestión cultural del Gobierno del PP ha generado malestar en el sector. La Feria del Libro también ha centrado las críticas del actual alcalde, que llegó a afirmar que “los sevillanos no se merecían una feria de tercera división”. “Al sector eso le molestó”, explica Rafael Rodríguez a este diario. El director de la FIL está centrado en la nueva edición, que arranca el 26 de este mes, pero es consciente de que este certamen concitará no solo el interés cultural, sino el político. “Las polémicas siempre afectan y es más obvio en el ámbito local”, reconoce, para defender la independencia en la gestación del programa de esta edición, al margen de la integración por parte del Ayuntamiento este año de un miembro del equipo de Sanz, de cuando el regidor era alcalde de Tomares. “Mantenemos el modelo de la feria, una de las más importantes a nivel nacional, y agradecemos que se ponga a una persona en el ICAS [Instituto de la Cultura y las Artes de Sevilla] para la coordinación con la feria, pero nosotros trabajamos en nuestra parcela y ellos en la contratación de infraestructuras, que es a lo que se circunscribe la labor municipal”, señala.
La edición de este año cuenta con 67 expositores y la presencia, entre otros autores, de Fernando Aramburu. También se homenajeará al periodista Manuel Chaves Nogales y al poeta Luis Cernuda, cuando se cumplen 60 años de su muerte. Sin embargo, entre sus actos centrales no estará la entrega del premio Almudena Grandes. “Nos pareció muy interesante el año pasado incluirlo en la programación, pero en esta dimos por hecho que no se incluiría porque no tuvimos ninguna comunicación por parte del Ayuntamiento”, señala Rodríguez.
Además de la oposición política, los ciudadanos también han empezado a movilizarse para que se mantenga el galardón con el nombre de Almudena Grandes. La asociación sociocultural Dhakira (memoria, en árabe), que realiza rutas literarias, encuentros con escritores y sobre la memoria y la cultura y que impulsa la revista Liquindoi, ha promovido una recogida de firmas en change.org. “Cuando nos enteramos de que no se había convocado el premio ni al jurado ni aparecía en la programación de la Feria del Libro, nos pusimos en marcha. Eliminar el nombre de un premio porque no haya nacido en Sevilla no es un argumento válido”, sostiene su presidente, Raúl Febrer. “Exigimos también transparencia sobre las razones, porque primero se dijo que había que dotarlo de mayor entidad, luego que es porque Almudena Grandes no es de Sevilla… Esto es claramente un tema ideológico”, concluye.
“Admiro a Almudena Grandes y me causó una grata impresión cuando vino a la Feria del Libro de Tomares”, ha dicho Sanz, que antes de ser alcalde de Sevilla estuvo al frente de ese municipio sevillano durante 14 años. “Aquí gobierna el PP solo, no es Vox quien le está imponiendo lo que deba hacer”, subraya Muñoz. El pasado mes de agosto, el nuevo Gobierno de la Comunidad de La Rioja, dirigido por el PP, retiró el nombre de Almudena Grandes a la biblioteca más grande de Logroño, establecido en 2021 por el anterior Ejecutivo socialista. Aquí también gobierna el PP solo, sin necesidad de Vox. En el Ayuntamiento de Madrid, pocos días después de la muerte de Almudena Grandes, el PP votó en contra de nombrar a la escritora hija predilecta de la ciudad, una iniciativa que finalmente salió adelante en enero de 2022 como parte de un pacto del alcalde, José Luis Martínez-Almeida, con los grupos de la oposición para sacar adelante sus presupuestos.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.