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Jugosos bonos, mejores sueldos y un límite a la inteligencia artificial: estos son los beneficios de los guionistas tras el fin de la huelga

Los líderes del sindicato de escritores han ratificado el acuerdo alcanzado el domingo con los estudios y podrán volver a trabajar desde el miércoles, mientras que los actores mantienen los paros

El piquete de los actores a las afueras del estudio Paramount de Los Ángeles, el martes.Foto: MARIO ANZUONI (REUTERS) | Vídeo: Juan Christen
Luis Pablo Beauregard

Desde el primer minuto de este miércoles, la huelga de guionistas ha pasado a formar parte de la historia de Hollywood. Los líderes del sindicato Writers Guild of America (WGA) han ratificado el acuerdo alcanzado con los estudios el domingo. La cúpula de la organización avaló el texto final del contrato en la tarde del martes (madrugada del miércoles en España), lo que ha puesto punto final a los 148 días en los que los escritores apagaron sus ordenadores, dejando en pausa a la industria del entretenimiento. Los guionistas obtienen así unos 233 millones de dólares en beneficios de los grandes estudios, una cifra mucho más elevada que los 83 millones que pusieron sobre la mesa los ejecutivos en la primera ronda de negociaciones. Hollywood, sin embargo, está todavía a un par de semanas de distancia de volver a la normalidad. Los actores siguen en huelga.

Los 11.500 integrantes del WGA votarán entre el 2 y el 9 de octubre el convenio colectivo que está sobre la mesa. El comité negociador no escatimó el domingo palabras de júbilo cuando calificó el acuerdo de “excepcional”. Los líderes de la organización han comenzado a explicar los beneficios que les dejará el nuevo texto, de 94 páginas, que estará vigente tres años. Entre ellos, una mejora en las condiciones salariales a un ritmo de un incremento del 5% en el primer año, 4% en el segundo y 3,5% en el último; el cobro de bonos en función de la audiencia que logren sus obras en plataformas de streaming, y un freno al uso de la inteligencia artificial en los procesos creativos.

La ratificación del texto supone el fin del paro y la vuelta al trabajo. Los primeros en ponerse en marcha serán seguramente los guionistas de los talk shows, cuyo parón fue también el primero en notarse porque son espacios diarios y en directo, a los que siguieron después programas, series y películas congelados por la huelga. Las emisiones en directo, por tanto, volverán a la televisión los primeros días de octubre.

Como pedían los guionistas, el nuevo contrato colectivo funcionará como un dique ante la irrupción de la inteligencia artificial en la industria. La herramienta tecnológica no podrá ser usada para escribir un guion o reescribir versiones, ni tampoco para intentar reducir la relevancia de la firma de un autor humano o sus derechos. Las compañías no podrán obligar a un guionista a utilizar programas como el ChatGPT. El WGA tendrá la última palabra, en nombre de sus miembros, sobre qué materiales creativos pueden ser empleados para entrenar o desarrollar software de inteligencia artificial.

Los estudios también aceptaron un nuevo reparto de los beneficios residuales, es decir, el pago que corresponde a todos los miembros de una producción cuando esta se emite en un nuevo mercado o plataforma. A más visualizaciones, mayores pagos. Este fue uno de los puntos que estancaron las negociaciones durante semanas ante la negativa de las compañías a revelar sus cifras de audiencia. En el nuevo texto, sin embargo, los estudios se comprometen a compartir con el sindicato, mediante un acuerdo de confidencialidad, el total de horas de reproducción local e internacional de las producciones.

El nuevo contrato promete compensar a los guionistas desde el 1 de enero de 2024 por el éxito que alcance cualquier producción que sea vista al menos por el 20% de los abonados locales a un servicio como Amazon Prime, Netflix o Max en los 90 días después de su lanzamiento. Los títulos que lo logren generarán bonos para sus escritores. Se calcularán con una fórmula que toma en consideración el presupuesto de la producción, la extensión de una serie o el metraje de una película y el número de visualizaciones. Esto significa, por ejemplo, que los escritores de una serie de televisión muy vista se embolsarán unos 9.000 dólares por cada capítulo de media hora. Los de una hora dejarán una ganancia de 16.400 dólares. Y así hasta alcanzar los 40.500 dólares para un largometraje que haya costado más de 30 millones de dólares.

El nuevo contrato también impone a los estudios un mínimo de guionistas para desarrollar los proyectos de una temporada televisiva. Serán necesarios al menos tres para un programa de al menos seis episodios que reciba la luz verde de un estudio. Seis guionistas es el mínimo para las series de 13 capítulos por temporada. Tres de estos pueden tener el cargo de escritor y productor.

Huelga de actores Hollywood
Las actrices Jane Fonda (centro) y Lily Tomlin (derecha), en una protesta en Hollywood este verano.Jay L. Clendenin (Getty Images)

Los logros obtenidos por los escritores han inyectado optimismo a los actores. Por el momento, no hay negociaciones en curso entre SAG-AFTRA, el sindicato de intérpretes, y la Alianza de Películas y Productores de Televisión (AMPTP, por las siglas en inglés), que representa a Paramount, Sony, Universal, Walt Disney, Warner Bros., las grandes cadenas televisivas y compañías de streaming como Netflix y Apple TV, entre otras.

Los actores mantienen las convocatorias de piquetes a las puertas de los estudios. El WGA no ha llamado a los guionistas a manifestarse en contra de las empresas desde el domingo, pero los responsables del sindicato permiten que los escritores se solidaricen con sus compañeros intérpretes mientras se mantenga el conflicto laboral. Este martes, el creador de Mad Men, Matthew Weiner, un escritor, acompañó a su amigo el actor Noah Wyle en una de las manifestaciones. “Creo que no lo habríamos logrado si no hubiésemos tenido el apoyo de los actores. Fueron muy valientes”, dijo el guionista a la agencia AP.

Este lunes, SAG-AFTRA puso más presión sobre la industria. Los actores involucrados en los videojuegos, un sector que este año ha tenido ganancias cercanas a los 35.000 millones de dólares, aprobaron el lunes ir a huelga si no se llega a una mejora de las condiciones en la negociación del contrato. La amenaza promete alargar el extendido verano de conflictos laborales que ha vivido Estados Unidos. Las compañías que deben responder al envite son los gigantes Activision, Electronic Arts, Epic Games, Take 2, además de las divisiones de Disney y Warner Bros. “Es hora de que las compañías dejen de jugar y se pongan serias para llegar a un acuerdo”, aseguró la presidenta del sindicato, la actriz Fran Drescher. Los estudios deben sentarse a la mesa de negociación para que Hollywood vea la luz al final del túnel.

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Sobre la firma

Luis Pablo Beauregard
Es uno de los corresponsales de EL PAÍS en EE UU, donde cubre migración, cambio climático, cultura y política. Antes se desempeñó como redactor jefe del diario en la redacción de Ciudad de México, de donde es originario. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana y el Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Los Ángeles, California.

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