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Carmen Linares, cuarenta años de jondura en el Festival del Cante de las Minas

La cantaora repasa en el veterano certamen de La Unión su larga trayectoria en los escenarios en una noche completada por Polito

Carmen Linares Flamenco
La cantaora Carmen Linares, en el Festival del Cante de las Minas de La Unión.Fundación Cante de las Minas

La tercera gala del 62 Festival Internacional del Cante de las Minas de La Unión nos trajo, en una larguísima velada este domingo, una doble actuación, la del bailaor Polito y la de la veterana cantaora Carmen Linares (72 años), que recibió la Placa de Oro, un nuevo galardón creado por el certamen murciano. El espectáculo llegaba tras un gran recital, la noche anterior, de la granadina Marina Heredia.

La cantaora andaluza presentaba su recital Cuarenta años de flamenco, que ya son más, porque el proyecto fue paralizado por la pandemia. “El tiempo no pasa en vano”. Ya lo sabemos, ay. “Los años pesan”, evidentemente. Pero una vez enumerados estos u otros lugares comunes, nos preguntamos: ¿y qué? Es cierto que buena parte de su admirable voz se ha ido quedando por el camino, pero en la garganta de Carmen Linares hay todavía mucho cante del bueno.

La cantaora de Linares siempre ha tenido una voz “rozada” que le ha dado una especial belleza a su timbre; ahora esa leve rozadura característica en ella es voz quebrada, rota. Pero un solo quejido de esta mujer tiene más jondura que la de veinte tenores huecos, por decirlo evocando a Machado. Y cuando dentro de muchos años, espero, su voz se apague por completo, su sola respiración tendrá flamencura por los cuatro costados.

La cantaora Carmen Linares durante su interpretación.
La cantaora Carmen Linares durante su interpretación.FUNDACIÓN CANTE DE LAS MINAS

Pues todo eso ofreció la de Jaén en el festival de La Unión. Su recital consistió en un apretado resumen de su ya larguísima carrera y de sus múltiples grabaciones, en las que ha abordado los más diversos estilos y temas. Su homenaje a las cantaoras antiguas o a los poetas, especialmente a García Lorca, Juan Ramón Jiménez o Miguel Hernández.

Comenzó, puesta en pie en el centro del escenario, con tangos de Granada y con el primer acercamiento a García Lorca y el Zorongo: “Lo que valen son tus brazos cuando de noche me abrazan”. El recital fue de menos a más. Cantó una variedad de estilos mineros que dedicó a Encarnación Fernández, la gran cantaora unionense, presente en la sala.

Y hacia el final del recital cantó una escalofriante seguiriya con una voz redonda, a veces a empujones, lo que daba mayor dramatismo a este cante. Lástima que no cantara los terribles versos del gran José Ángel Valente tras la muerte de su hijo: “Yo araño las heladas paredes de tu ausencia”, que Carmen también tiene grabados. Cantó La leyenda del tiempo en la versión de Enrique Morente como homenaje a su gran compañero de generación ya desaparecido. Ojalá que siga muchos años en los escenarios.

Polito

La noche acabó bien. Fue una pena que la organización no prescindiera de la primera parte con el bailaor Antonio Moreno, Polito. Nos hubiésemos ahorrado hora y media de saltos sin ton ni son, entre gimnásticos y circenses. Polito no baila, brinca, taconea hasta decir basta. No se mueve por el escenario, no se coloca, corretea como buscando algo desesperadamente. Los brazos y las manos le servirán para muchas cosas en su vida cotidiana, pero en el escenario no sabe qué hacer con ellos.

Polito en el Festival del Cante de las Minas de La Unión.
Polito en el Festival del Cante de las Minas de La Unión.FUNDACIÓN CANTE DE LAS MINAS

A este estilo de baile lo llamé yo hace muchos años baile epiléptico. El baile frenético de pies lo trajeron grandes bailaores como Antonio Canales o Ramírez, pero eran otra cosa. Lo moderno y sus locuras, de las que habla el propio bailaor sevillano, emparentado nada menos que con la estirpe de los Farruco, debe ser la mezcla de música enlatada con música en directo, y con un ruido infernal durante todo el tiempo.

La sombra de Farruquito es alargada, pero las comparaciones son odiosas. Farruquito taconea, pero baila con todo el cuerpo y con sentido. Polito se excedía con desplantes facilones que parte del público le compraba con entusiasmo. Un tiempo insufrible y largo el que estuvo sobre el escenario. ¿Por qué?

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