Los viejos rockeros del cine de autor no se rinden
Veteranos como Ken Loach, los hermanos Dardenne, Zhang Yimou, Carlos Saura, Jerzy Skolimowski, Roman Polanski o Paolo Taviani ruedan o estrenan películas con brío tras la pandemia
Paolo Taviani, 91 años; Roman Polanski, 89; Marco Bellocchio, 83 años; Carlos Saura, 90; Ken Loach, 86; Jerzy Skolimowski, 84... Al lado de ellos, los hermanos Jean-Pierre y Luc Dardenne (71 y 68 años) o Zhang Yimou (a un puñado de días de cumplir 71) son cineastas jovenzuelos. Todos ellos alimentaron las pantallas de festivales y de cines de autor en los años noventa; todos ellos estrenan película o han rodado en 2022. En Europa habrá colas por ver sus últimos trabajos; en España, país en el que el cine de autor pasa inadvertido en taquilla, sus filmes llegarán a las salas, aunque probablemente no a todo su público potencial.
Este viernes se estrena Tori y Lokita, una explosión sorprendente en la carrera de los hermanos Dardenne. Los belgas nunca han hecho películas malas, pero tras una docena de largometrajes y dos Palmas de Oro, parecía complicado que recobraran su brío del inicio del siglo XXI. El festival de Cannes se rindió esta primavera ante su drama de dos emigrantes subsaharianos (una adolescente y un niño) ninguneados y pisoteados en la Europa actual. “No éramos conscientes de que el filme resumiera los temas de nuestra carrera hasta que la mostramos y nos lo dijeron”, reconocían en septiembre en el festival de San Sebastián, donde la película se proyectó en la sección Perlas. “Son dos niños sin padre a la búsqueda de amor y justicia. Y esa ansia siempre ha marcado nuestro cine”, cuentan, aunque advierten: “Nunca unos inmigrantes habían sido nuestros protagonistas, pero la situación actual así nos lo requería”. Lo que les lleva a una reflexión ulterior: “No hacemos películas por el mensaje. Pero está claro que seguiremos en activo, porque esta sociedad actual es la más despiadada menas que hemos conocido. Los menas [menores extranjeros no acompañados] desaparecen en Europa, y a nadie parece importarle. Este continente es cruel, esa crueldad provoca historias, y ahí estaremos nosotros”.
Si los cineastas mantienen esta línea, apuntan, es porque hay gente que resiste. “En un pase en nuestro país, un hombre se puso en pie y nos contó que hace décadas había sido un mena, y que la situación es hoy mucho peor. Sin embargo, crece la solidaridad individual”. El concepto de mena, que es una mera definición de una situación, “conlleva en 2022 la etiqueta de delincuencia”. Y, asombrados, los Dardenne se enteran del escándalo que el año pasado provocaron los anuncios de Vox en el metro madrileño con el mensaje: “Un mena, 4.700 euros al mes. Tu abuela, 426 euros de pensión al mes. Protege Madrid”. Su reflexión: “Es indignante. Por eso, creemos en poner nombres, en hablar de Tori, de Lokita, en que el público entienda que son dos seres humanos”. ¿Tienen las nuevas generaciones de cineastas la misma sensibilidad que ellos ante los temas sociales? “Sí, nunca hemos estado solos ni entre nuestros coetáneos ni entre las siguientes quintas”.
Uno de los cineastas que se han movido en sensibilidades similares a las de los Dardenne es el británico Ken Loach. A sus 86 años, remata el rodaje, que empezó en verano en el noreste de Inglaterra, de The Old Oak, en la que cuenta la llegada de inmigrantes sirios a un pueblo minero en decadencia donde solo queda un lugar donde reunirse: el pub The Old Oak. Durante el confinamiento, Loach se confesaba algo desolado. Pero su guionista Paul Laverty estaba con una nueva historia, y a pesar de su cuerpo delicado, a Loach, según asegura ahora desde el rodaje, le queda energía “para este y otros títulos”. Otro cineasta con película lista para participar en el festival de Cannes de 2023 es el francopolaco Roman Polanski, enfangado en la posproducción de The Palace, que ha rodado en Gstaad, la localidad suiza en la que reside. The Palace es el nombre de un hotel de lujo donde se encuentran en la Nochevieja de 1999 los personajes protagonistas, a los que dan vida Mickey Rourke, John Cleese, Joaquim de Almeida o Fanny Ardant.
Curiosamente, los coguionistas de The Palace son los viejos compañeros de batallas cinematográficas de Polanski en los años sesenta Jerzy Skolimowski y su esposa, Ewa Piaskowska. Hace menos de tres semanas, Skolimowski presentaba en la Seminci EO, su nuevo filme, que se estrena en salas españolas el 16 de diciembre. El polaco no quería hablar de su amigo, aunque sobre sí mismo aseguraba que cada día le cuesta más rodar —”aunque ya tuve un hiato de 17 años en el cambio de siglo”— y que prefiere la pintura, algo que no parece pasarle a Polanski. El italiano Bellocchio también está con la posproducción de La conversione, la historia real de un niño judío que fue raptado y convertido al catolicismo en 1858, y la ha compaginado con el lanzamiento de su serie Esterno notte, sobre el secuestro y asesinato del ex primer ministro Aldo Moro en 1978.
El chino Zhang Yimou es otro veterano que estrena en España, el 18 de Noviembre, gracias a Cliff Walkers, un thriller elegante hasta el cansancio que tiene lugar en 1930, en el Estado títere de Manchukuo, creado por Japón en Manchuria. Zhang ha pertenecido desde hace décadas al grupo de cineastas privilegiados y mimados por su Gobierno, aunque las cosas parecieron torcerse en 2019, cuando a horas de proyectarse en la Berlinale su película Un segundo, fue retirada del certamen. Adujeron motivos técnicos para la desaparición de un filme que relataba un hecho oscuro durante la Revolución Cultural. Después se supo que se volvió a rodar casi íntegramente, y ahora Zhang ha encontrado en el thriller bélico (ha estrenado en su país uno nuevo, Ju ji shou, y prepara la segunda parte de Cliff Walkers) un género más transitable que su habitual drama social. Eso sí, el cineasta no sale de China, cuando antes viajaba sin cesar por los festivales europeos.
Ahora bien, en veteranía les ganan Paolo Taviani y Carlos Saura. El italiano comenzó en el cine en 1954, y dirigió siempre junto a su hermano mayor, Vittorio, fallecido en 2018. En febrero presentó en la Berlinale su primer trabajo en solitario, el drama histórico Leonora addio, sobre el funeral de Pirandello, que tendrá estreno en España. “Era un proyecto que encaramos en 1984 Vittorio y yo, pero el productor se quedó sin dinero. Hace dos años lo retomé acompañado por el aliento de Vittorio, que todavía sigue a mi lado”, contaba en la capital alemana. “Mientras hacía la película, sentía placer y sufrimiento”, confesaba. Saura, que ya filmaba en 1956, estrenará en febrero, antes de recoger el Goya de Honor, Las paredes hablan, un documental sobre pintura que está ahora en pleno recorrido festivalero de lanzamiento.
El benjamín de este grupo de cineastas autores amados por las salas de cine indie, el danés Lars von Trier, estrena a sus 66 años la tercera y última temporada de su serie The Kingdom en la plataforma Filmin, y acaba así con una saga que se quedó colgando hace 25 años. Habrá que ver cuánto le deja trabajar el párkinson que padece. Más difícil parece que vuelvan a dirigir un largometraje, aunque ellos mismos se consideran en activo, Costa-Gavras (89 años) y Claude Lelouch (85 años). En cambio, a sus 92 años, Frederick Wiseman —aunque nacido en Estados Unidos vive desde hace tiempo en París— estrenó en el pasado festival de Venecia una nueva película, Un couple, una ficción sobre el matrimonio Tolstói que le aleja de su formato favorito, el documental.
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