Los consagrados y las promesas coinciden en unos Grammy latinos llenos de polémica

Una pelea de gallos calentó este año el escenario de los Grammy Latinos. El cruce de golpes entre dos pesos pesados, el colombiano J Balvin y el puertorriqueño Residente, fue la mejor forma de preparar el terreno a la vuelta de la gala de la música en español a Las Vegas, la ciudad donde los boxeadores se convierten leyenda. Balvin llamó al boicot a los premios por no darle un justo lugar al reguetón. El exintegrante de Calle 13 le respondió llamándolo hipócrita. Un intercambio que ha acaparado la atención, pero que ha cubierto de bruma la entrega número 22 (la madrugada del jueves 18 al viernes 19 en España) de la industria latina de la música, una edición que mezcla nombres consagrados con promesas en pleno ascenso.

Balvin envenenó en septiembre la conversación, por utilizar una referencia a su enorme éxito Tu veneno, nominado a mejor interpretación de reguetón, pocos días después de que se dieran a conocer los aspirantes. Los premios en las 53 categorías serán entregados este jueves en una gala presencial en el casino MGM, después de que la pandemia obligara el año pasado a una ceremonia virtual en Miami.

No es la primera vez que el colombiano Balvin encabeza una rebelión. También lo hizo en 2019 cuando los grandes nombres del género (Maluma, Ozuna, Bad Bunny, Daddy Yankee y él mismo) fueron excluidos de los premios estelares en una noche conquistada por Rosalía. Aquel boicot parecía repetir los argumentos que llevaron al hiphopero Donald Glover, conocido como Childish Gambino, a desairar a los Grammy y no acudir a una noche en la que sin embargo el rap hizo historia conquistando los galardones más codiciados.

El reguetón sigue, si es que eso es posible, consolidándose en Latinoamérica, una región que factura éxitos en muchos de sus países, además de Estados Unidos. Entre las disputas de los dos reguetoneros se ha colado sin querer un madrileño conocido por pocos como Antón Álvarez Alfaro y por muchos como C. Tangana. El Madrileño está nominado en cinco categorías, entre ellas grabación y álbum del año. Está llamado a ser uno de los que den la campanada. La sorpresa sería poca a juzgar por las excelentes reseñas que ha tenido el disco y el consumo viral de su concierto casero para la National Public Radio, que tiene tantas visitas en YouTube como su polémico vídeo Ateo, filmado junto a Nathy Peluso en la catedral de Toledo.

A la cabeza de las nominaciones está el colombiano de 27 años Camilo, quien ha logrado 10 nominaciones con su segundo álbum, Mis manos. El cantante originario de Medellín, y yerno del exitoso intérprete Ricardo Montaner (que también aspira al premio de grabación del año), será uno de los que actuarán en la gala en el casino MGM. También cantarán la mexicana Gloria Trevi, la chilena Mon Laferte, los cubanos de Gente de Zona, Jon Secada, el brasileño Nando Reis y Tangana, entre otros. Los siete premios de habla portuguesa serán entregados en una ceremonia previa. Entre las nominadas se encuentra Marília Mendonça, la conocida intérprete de sertanejo, género muy popular en Brasil, con más de 100 millones de reproducciones, quien falleció recientemente a los 26 años en un accidente aéreo.

Juan Luis Guerra es candidato a seis premios. El dominicano es otro de los grandes favoritos en una noche en la que mostrará su versatilidad. Está nominado junto a Montaner por una canción cristiana, Dios así lo quiso. También en la categoría de álbum por Privé, un desenchufado mínimo de cinco temas de su extenso repertorio que apenas alcanza los 17 minutos de duración. Además, presta su icónica voz junto a la venezolana Nella a Mi guitarra, del músico y productor español Javier Limón, quien ganó varios reconocimientos de la industria latina en 2004 y 2015, además de un Grammy en 2009 por Juntos para siempre, de Bebo y Chucho Valdés.

Guerra no es el único gigante nominado. La más reciente producción de Rubén Blades, Salswing, aspira a convertirse en disco del año con una mezcla de clásicos de la salsa y de estándares de jazz interpretados por una orquesta encabezada por Roberto Delgado. Aunque los panameños se vayan con las manos vacías en la categoría, no saldrán del MGM sin un reconocimiento de sus pares. La industria ha nombrado a Blades persona del año, un premio que ha sido reservado desde 2000 a un puñado de grandes figuras como Joan Manuel Serrat, Vicente Fernández, Roberto Carlos y Shakira. El padre de Pedro Navajas, de 73 años, ha ganado nueve Grammy y otros ocho gramófonos otorgados por la organización latina por temas como Plástico y El cantante.

Blades estudió leyes en su país y un posgrado en Harvard. Fue candidato a la presidencia de Panamá y ministro de Turismo. Ha sido nominado al Emmy y cuenta con medio centenar de interpretaciones en cine y televisión. Es fundamental para entender el arraigo y expansión de la música en español en Estados Unidos. Llegó en 1974 a Miami, pero poco después puso rumbo al noreste, a Nueva York. En 1978 publicó Siembra junto a Willie Colón, que se convirtió durante años en un éxito de ventas y en una obra maestra de la salsa.

Las dos figuras trabajaron en siete producciones a lo largo de 20 años, pero se distanciaron con el tiempo. “Cuando la gente empezó a distinguirme no solo como vocalista sino también como escritor, eso causó fricciones, y la relación cambió. Es una verdadera lástima que se haya interrumpido nuestra conexión”, dijo Blades, cuya opinión es valorada como la de un intelectual en América Latina, al crítico Ernesto Lechner. Como previa a la gala de este jueves se organizó el miércoles una velada homenaje con la orquesta de Delgado interpretando los grandes éxitos del repertorio de Blades.