‘Miss Marx’: guitarrazos punk de lucha obrera y feminismo
Para la directora, la hija pequeña de Karl Marx fue una ‘punkie’ de la política y del feminismo, y lo hace explícito a través de su banda sonora
En 2019, el australiano Justin Kurzel insufló con el espíritu y la energía de la música punk las andanzas de uno de los más famosos proscritos de su tierra en la película La verdadera historia de la banda de Kelly. Con su decisión, el director venía a establecer un aguerrido paralelismo entre la sustancia contestataria del mítico bandolero del siglo XIX, en contra del dominio colonial británico, y la mugre y la furia sociales de los temas y las actuaciones de bandas como los Sex Pistols.
Un año después, en el pasado festival de Venecia, la italiana Susanna Nicchiarelli daba un paso más al establecer una técnica formal semejante, aunque aplicada a otro personaje histórico bien distinto a Ned Kelly: Eleanor Marx, hija menor del filósofo y economista Karl Marx y de la pensadora y escritora Johanna Bertha Julie von Westphalen, activista política, defensora de los derechos de los trabajadores y de las mujeres. Para Nicchiarelli, que lo hace explícito a través de su banda sonora, la pequeña de los Marx fue una punkie de la política y del feminismo, y lo narra en Miss Marx, interesante biografía sobre su lucha social pública, y también sobre su vida privada, que abarca desde 1883, cuando se dedicó principalmente a representar obras de Henrik Ibsen y a promover la idea de que a través de las representaciones se fomentaba el rechazo a las formas más convencionales del amor y del matrimonio, además de a la lucha sindical, hasta la hora de su muerte, en 1898.
El anacronismo musical, por tanto, domina Miss Marx. Guitarrazos de historia contemporánea, solidaridad, lucha obrera y reivindicación de los derechos de las mujeres, que incluyen una versión punk de La Internacional interpretada por la banda estadounidense Downtown Boys. Percusión sonora que se acompaña con jugosos juegos metateatrales, parlamentos a cámara al estilo de François Truffaut, e imágenes documentales fílmicas y fotográficas (de la época y, de nuevo como anacronismo, del Reino Unido de Margaret Thatcher), que la autora italiana compagina con largos pasajes de biopic algo más ordinario, en los que la batalladora Eleanor se topa siempre con el patriarcado, expuesto en una doble vertiente: la del padre insigne que nunca vio a su hija como una igual en la lucha, precisamente por ser mujer; y la de un amante con doble y hasta triple vida, que la engañó de principio a fin.
Y es justo aquí donde Miss Marx resulta más interesante, por su complejidad, y a la vez menos consecuente: en las contradicciones de la mujer, que son al mismo tiempo las de la película de Nicchiarelli. Abogada de la independencia y la autosuficiencia femenina, luchadora contra su opresión y degradación, Eleanor estaba convencida de que el amor se interponía en cualquier ideal: el comunista y el feminista. Y, sin embargo, murió por lo que murió. Quizá por ello el baile final mirando a cámara, a ritmo de concierto punk, sea al mismo tiempo inspirador en su teoría y contraproducente en su práctica.
MISS MARX
Dirección: Susanna Nicchiarelli.
Intérpretes: Romola Garai, Patrick Kennedy, Felicity Montagu, Karina Fernandez.
Género: drama. Italia, 2020.
Duración: 107 minutos.
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