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Crítica | La verdadera historia de la banda de Kelly
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La mugre y la furia

El espíritu del punk parece animar esta biografía del bandido Ned Kelly que no por casualidad culmina junto a sus preciosos títulos de crédito finales con una canción que bien podrían haber firmado los Sex Pistols

Javier Ocaña
George MacKay, en 'La verdadera historia de la banda de Kelly'
George MacKay, en 'La verdadera historia de la banda de Kelly'

Que los forajidos de leyenda, contestatarios al margen del poder establecido, podían llegar a alcanzar matices cercanos a lo que posteriormente supusieron las estrellas del rock & roll lo supo ver bien Arthur Penn en Bonnie and Clyde (1967), estrenada en años de explosión musical y descontento político. Y de un modo aún más explícito Tony Richardson, que en Ned Kelly (1970), su visión sobre las andanzas del más famoso bandolero australiano del siglo XIX, en lucha contra el dominio colonial británico, colocó nada menos que a Mick Jagger como protagonista

Unos paralelismos culturales y sociales, junto al evidente lado criminal de sus correrías, que resurgen en la nueva versión cinematográfica, la tercera, de la existencia del proscrito asesino de policías: La verdadera historia de la banda de Kelly, dirigida por el australiano Justin Kurzel, inspirada por una novela de Peter Carey de 2000, donde es el espíritu del punk el que parece animar una película que no por casualidad culmina junto a sus preciosos títulos de crédito finales con una canción original que bien podrían haber firmado los Sex Pistols. Que el actor protagonista, George MacKay, en excelente momento tras el éxito de 1917, tenga cierto parecido físico con Johnny Rottten solo acrecienta la sensación de estar viviendo una alegoría del caos frente al imperio.

La mugre y la furia se funden así en un relato de fuerte impacto visual y sonoro, donde el director parece recuperar la intensidad dramática de su notable versión de Macbeth (2015) a través de unos textos en off de aliento shakespeariano, mientras la sensacional banda sonora compuesta por su hermano Jed, reiterativa, minimalista y envolvente, le otorga un énfasis apasionante. Muy lejos del vulgar academicismo aventurero de Ned Kelly, comienza la leyenda (2003), olvidable segunda visión del forajido, protagonizada, eso sí, por otro intérprete con halo de estrella del rock, Heath Ledger, la película de Kurzel aporta atrevimiento, travestismo, androginia, un toque incestuoso y un espíritu mesiánico de tintes religiosos: esa madre retratada a veces con porte de Virgen María y un personaje principal con aureola de predicador junto a sus discípulos.

Trabajo de narrativa a borbotones, como el punk, al que a veces da la impresión de que le falta cierta fluidez, La verdadera historia de la banda de Kelly posee, sin embargo, un envidiable concepto visual que encaja a la perfección con dos de sus grandes temas: la violencia y la lujuria.

LA VERDADERA HISTORIA DE LA BANDA DE KELLY

Dirección: Justin Kurzel.

Intérpretes: George MacKay, Nicholas Hoult, Essie Davis, Charlie Hunnam.

Género: drama. Australia, 2019.

Duración: 124 minutos.

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Sobre la firma

Javier Ocaña
Crítico de cine de EL PAÍS desde 2003. Profesor de cine para la Junta de Colegios Mayores de Madrid. Colaborador de 'Hoy por hoy', en la SER y de 'Historia de nuestro cine', en La2 de TVE. Autor de 'De Blancanieves a Kurosawa: La aventura de ver cine con los hijos'. Una vida disfrutando de las películas; media vida intentando desentrañar su arte.

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