La Alta República: así será la nueva era de ‘Star Wars’
Los escritores Claudia Gray y Michael Siglain narran el proceso por el que decenas de creativos de Disney han puesto los cimientos para la próxima etapa de la saga galáctica
“Por más de mil generaciones, los caballeros jedi fueron los guardianes de la paz y la justicia en la Vieja República. Antes de estos tenebrosos tiempos. Antes del Imperio”. En esas 29 palabras se condensaba la promesa de un tiempo mítico, la edad de oro de Hesíodo, donde los jedis no eran una estirpe casi extinta, sino los flamantes guardianes del orden y la justicia. Esta promesa ha sido vista como “una silueta, un contraluz”, según la autora Claudia Gray, durante las más de cuatro décadas de mito que La guerra de las galaxias ha legado. Y ahora, de su mano, y de decenas de escritores y artistas, la promesa se vuelve realidad. La Alta República es la nueva era en el universo Star Wars, disparando, desde ya, novelas y tebeos como primera fase de avanzadilla de lo que (se supone) acabarán siendo también películas para las salas y series para la plataforma Disney+.
Todo parte, como subraya Gray, de esa cita pronunciada por Obi-Wan, a quien dio vida Alec Guinness, en Una nueva esperanza (1977). “Es esa chispa de curiosidad la que intentamos capturar durante el proceso, lo que sugiere ahí Obi-Wan. Millones de fans en el mundo, yo entre ellos, se han preguntado sobre cómo podemos cumplir esa promesa”, asegura la autora en una entrevista con EL PAÍS junto a Michael Siglain, el director creativo de la franquicia en Lucasfilm, o lo que es lo mismo, el archivero al cargo de “volúmenes y volúmenes de cientos de páginas de arte e historia que se actualizan diariamente”. Las biblias que definen, en fin, el credo de los jedi y los sith.
Para concebir la nueva república, Disney realizó un esfuerzo con un llamativo punto de partida. Durante dos viajes de tres días al mítico Rancho Skywalker —un macrocomplejo donde George Lucas ha gestionado durante décadas las empresas más punteras de su imperio, una propiedad a 40 minutos de San Francisco de casi 2.000 hectáreas y que ahora solo acoge permanentemente la división de sonido, Skywalker Sound— casi una veintena de creativos se juntaron para definir los pilares de este mundo.
Palimpsestos y meditación
Gray recuerda esa fase del proceso con una sonrisa, porque el rancho, según dice, es “un lugar diseñado, en toda la amplitud del término, para disparar la imaginación”. Los palimpsestos, manuscritos con anotaciones, acotaciones y correcciones aportadas por diferentes autores, son de las cosas que más la marcaron. “Tienen esta biblioteca, alucinante, llena de libros para que te estimules. Tratados de mitología comparada, fotografía submarina… De todo. Y en ellos, de tanto en tanto, encontrabas notas escritas a mano y te dabas cuenta de que allí, en esa misma página, había estado tal artista de tal película inspirándose en lo mismo que tú. Sus huellas eran visibles”. Los largos paseos en la naturaleza, según Gray, fueron fundamentales para asentar las ideas del equipo de narradores. “Hay que caminar de sitio a sitio, en este paisaje precioso, natural, y eso te daba tiempo para meditar sobre lo que estábamos haciendo”.
Lo que estaban haciendo era plantar su propia bandera en Star Wars. Una con unos objetivos distintos y en cierto modo algo irreverentes con algunos puntos centrales de la mitología jedi. Especialmente en las precuelas dirigidas por Lucas, los jedi manifestaban (Yoda incluido) una burocracia rígida y un Estado marcial ocasionados por las gigantescas guerras en las que se embarcaban por la República, que dejaban poco espacio para libertades de credo. “Es triste ver a Yoda convertido en un burócrata, ¿verdad? En las precuelas, hay una rigidez en la orden que en la Alta República no existe. Cada jedi puede expresar su relación espiritual con la Fuerza. Incluso tenemos un tipo de jedi, los caminantes de la senda (wayseeker en el original), que emprenden ese camino espiritual a su manera, como nómadas.”
En el caso individual de Gray, su jedi de la novela En la oscuridad (Planeta) no podría ser más atípico. La autora compara a su personaje Reath Silas con Hermione Granger, la inteligente compañera de Harry Potter. “Es alguien que se siente más cómodo con un libro entre manos. Alguien que si le dices: ‘Te tienes que ir a un planeta lleno de peligros’, contesta: ‘¿Quién, yo?”. Gray argumenta que en la nueva etapa que han creado de Star Wars, al descargarla de las guerras monumentales (“de miles de millones de contendientes”), se abre el abanico para crear personajes que cumplen papeles muy atípicos en la orden jedi. “Y tenemos un montón de combates también, porque es divertido escribirlos. Pero podemos permitirnos un personaje que puede definirse sin necesidad de sacar a la primera el sable de luz”. Curiosamente, estos personajes literarios no se quedaban en lo evocado. Los artistas de Lucasfilm y de Disney, los mismos que diseñaron al icónico Darth Maul o a la reina Amidala, plasmaban en ilustraciones lo que los escritores iban proponiendo en sus palabras.
La diversidad del reparto es uno de los puntos en los que más énfasis hace esta nueva era de Star Wars. Keeve Trenis, la protagonista principal de la línea de tebeos de Marvel centrados en la Alta República, es negra y mujer, con un peinado muy contemporáneo (mitad del cráneo afeitado, mitad melena). Y en la penúltima página del primer número del tebeo se ve cómo jedis muy diversos y jóvenes juran su adscripción a la orden entre sonrisas y lágrimas, sables de luz en ristre. Pero lo que permanece, según el director creativo de LucasArts Michael Siglain, es “el escapismo”: “Especialmente en estos tiempos, si conseguimos que la gente se evada, habremos hecho bien nuestro trabajo”.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.