Arriesgadamente turbia
Este ‘thriller’ juega a la posibilidad de ver ambos bandos en su conflicto interno y en su personaje masculino protagonista, interpretado por Russell Crowe
Un conductor cabreado que la toma con otro automovilista hasta llegar al delirio violento por un incidente sin importancia puede tener un doble origen: nuestras vidas son tan complicadas que un mal día lo tiene cualquiera, se salta en el lugar menos oportuno y con la persona equivocada, y el trauma o la tragedia personales de la pesada mochila de la cotidianidad son los que provocan en verdad el incidente; o simplemente ese tipo airado al volante es un loco peligroso con el que es mejor no cruzarse. El thriller estadounidense Salvaje, dirigido por Derrick Borte y escrito por Carl Ellsworth, juega a la posibilidad de ambas bandas en su conflicto y en su personaje masculino protagonista, interpretado por un carismático Russell Crowe, pero solo estamos ante la segunda de las vertientes.
He ahí la peligrosa ambigüedad de una película singular por su incorrección social, muy bien rodada y que se ve como un suspiro nervioso, pero que en su visión apocalíptica de una sociedad sin apenas fuerzas de orden público y con gentes alejadas de la decencia, presenta una tesitura donde el culpable principal está en la esquina criminal del cuadrilátero de la vida en la carretera, pero donde también parece, si no echar culpas, sí soltar una pizca de yerro en la (supuesta) falta de sentido común de la mujer y el hijo que se ven abocados a una jornada de terror tras haber pitado al primero en un semáforo. Así lo demuestra al menos el aciago epílogo escrito por Ellsworth, especialista en thrillers con libretos como Vuelo nocturno y Disturbia. Una última secuencia que redondea dramáticamente el relato pero que descarrila por su falta de consideración ética.
Es Salvaje una intriga psicológica con una aureola muy típica de los años noventa, la de los psicópatas como vecinos, compañeros o parejas, la del miedo a un paso de lo ordinario, y no sería difícil definirla como una mezcla entre Un día de furia y El diablo sobre ruedas. Sin embargo, el título con el que mejor entronca es con el minusvalorado Al límite de la verdad (2002), magnífica película de Roger Michell en la que Ben Affleck y Samuel L. Jackson iban también a la guerra tras un percance en un atasco de tráfico. Aunque con una clara diferencia: pese al gran trabajo de Crowe, que parece cómodo en su reciente deriva hacia personajes deleznables, Salvaje carece de la complejidad de la obra de Michell, y solo es equívoca y arriesgadamente turbia.
SALVAJE
Dirección: Derrick Borte.
Intérpretes: Russell Crowe, Caren Pistorius, Jimmi Simpson, Gabriel Bateman.
Género: thriller. EE UU, 2020.
Duración: 91 minutos.
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