_
_
_
_

‘El bosque animado’, la película donde Cuerda descubrió el surrealismo

El cineasta ganó el Goya a la mejor película con este filme, escrito por Rafael Azcona, que mezcla lo cotidiano y lo fantástico en un bosque gallego

En vídeo, análisis de la película de José Luis Cuerda, ‘El bosque animado’.Vídeo: EPV
Guillermo Altares

Con El bosque animado (1987), José Luis Cuerda, el cineasta fallecido este martes a los 72 años, no solo ganó un puñado de premios Goya, sino que ensayó por primera vez el surrealismo cotidiano, cercano y fantástico que marcaría su película más célebre, Amanece que no es poco. Escrito por Rafael Azcona, el gran guionista del cine español, el filme es una adaptación de la novela de Wenceslao Fernández-Flórez que transcurre en una fraga (un bosque gallego), donde se mezclan lo mágico con un retrato implacable, pero a la vez cariñoso, de una España de desheredados y de señoritos. Alfredo Landa ganó el Goya con su interpretación del bandido Fendetescas, al que nadie se toma muy en serio, cuyo mayor problema es la presencia de un alma en pena en el bosque (Miguel Rellán), que le quita toda la clientela. Su objetivo es convencer al fantasma de que vaya a América con la santa compaña porque además ni siquiera tiene que pagar el pasaje.

Más información
Muere José Luis Cuerda
La magia de 'El bosque animado'

Fernando Rey, en cambio, interpreta al representante de la pequeña nobleza local en un pueblo del que tienen que irse aquellos que aspiran a una vida mejor. El filme ha envejecido extraordinariamente bien con sus historias en las que lo mágico se mezcla con lo cotidiano en un bosque que tiene vida propia. Uno de los problemas del rodaje del filme fue ese: que, ante el protagonismo de los árboles, tuvieron que buscar un bosque no invadido por los eucaliptos que no existían a principios del siglo XX, cuando está ambientada la película.

Sobre este filme escribió Ángel Fernández-Santos en este diario cuando se estrenó: "La llave maestra de la facilidad con que se ve esta, sobre el papel, difícil película hay que buscarla en la perfección del guion. Su autor, Rafael Azcona, ha logrado una sola y sólida narración, ordenada con precisión y ligereza insuperables a partir del vasto y variadísimo conjunto de relatos que, con aromas de leyenda, trenza Fernández-Flórez entre las luces y las sombras del bosquecillo de Cecebre. Sólo un escritor de cine con extraordinaria capacidad para la síntesis puede hacer tal proeza. Pero hay bajo ésta otra proeza más profunda. Azcona ha sacrificado en su versión de El bosque animado las pronunciadas singularidades de su sentido del humor, que tienen características muy diferentes al de Wenceslao Fernández Flórez, para poner su propio ingenio al servicio del ingenio ajeno, lo que demuestra una vez más que la humildad es la primera herramienta de trabajo en los grandes de su oficio".

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Guillermo Altares
Es redactor jefe de Cultura en EL PAÍS. Ha pasado por las secciones de Internacional, Reportajes e Ideas, viajado como enviado especial a numerosos países –entre ellos Afganistán, Irak y Líbano– y formado parte del equipo de editorialistas. Es autor de ‘Una lección olvidada’, que recibió el premio al mejor ensayo de las librerías de Madrid.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_