Rodríguez Uribes toma posesión como ministro de Cultura
El nuevo ministro defiende los “valores de la ética pública” como nuevo titular del departamento
El acto de traspaso de la cartera de ministro de Cultura y Deporte entre José Guirao y José Manuel Rodríguez Uribes ha sido este lunes uno de los más concurridos que se recuerdan en la sede de la plaza del Rey de Madrid. Por un lado, estaban los “amigos y compañeros” de una prolongada carrera en diferentes instituciones del nuevo ministro, que quiso agradecer su presencia en la sala abarrotada. Por otro, acudieron al acto dos ministras (Teresa Ribera, vicepresidenta de Transición Ecológica y Reto Demográfico y María Jesús Montero, de Hacienda) y numerosas personalidades del mundo de la cultura española (productores, directores y presidentes de patronato de museos, bibliotecas o filmotecas, representantes de entidades de gestión bailarines, actores…), deseosas de establecer un primer contacto con el recién llegado, sin trayectoria en eso que llaman “el sector”.
Guirao, que ha estado un año y medio en el cargo, “del cual, la mitad ha sido en funciones”, se lamentó, aconsejó al nuevo ministro, entre dubitativo y cauteloso, en qué lugar ponerse para las cámaras y dónde no dejar la flamante cartera (“¡en el suelo, no!”). Rodríguez Uribes recogió el testigo con una defensa de la cultura como algo “no cerrado”. “La cultura es cine, teatro, libros, museos, música… pero también son valores”, dijo, ampliando el eco de un tuit con el que este fin de semana agradeció su nombramiento, y que, según recordó, había cosechado reproches por haberse olvidado de algunas de las artes. “A mí me gustaría ampliar la visión de la cultura, con valores que nos sirven vivir en libertad y en paz, y que forman parte de la ética pública”, añadió, dejando clara su formación en filosofía del derecho.
El nuevo ministro, que pidió “paciencia al principio a los medios de comunicación”, y que irá perfilando en las próximas semana su nuevo equipo (presumiblemente, en el Consejo de Ministros de mañana se acordará el nombramiento de su jefa de gabinete, Mónica Serrano), quiso también recordar a cuatro “referentes”: su “maestro Gregorio Peces Barba”, que este lunes había cumplido 82 años, Alfredo Pérez Rubalcaba, con quien trabajó en sus tiempos como director general de Apoyo a Víctimas del Terrorismo (2006-2011), el filósofo Emilio Lledó (y su “teoría de la semilla”) y Antonio Machado, de quien rescató un proverbio: “El ojo que ves no es / ojo porque tú lo veas; / es ojo porque te ve".
La cita respondía a una alusión de Guirao, que recomendó a su sucesor que, “de todos los sentidos”, emplease “sobre todo el oído”. “Son los creadores y los ciudadanos los que hacen la cultura”, explicó. “Nosotros les acompañamos en un discreto segundo plano. Si algún mérito hemos tenido en nuestro equipo ha sido el de ejercer de interlocutores con todos los sectores. Escucha a todo el mundo, lo que quieren y desean, porque la cultura es un asunto de consenso y encuentro”. Guirao también recordó que a Rodríguez Uribes le dejaba mucho “material legislativo por desarrollar”, como la ley del deporte. El nuevo titular, por su parte, hizo una breve referencia a una atribución, la deportiva, de la que también es ministro: “Cuando Pedro Sánchez me ofreció el cargo, le dije que lo aceptaba, pero que debía saber que yo era madridista. Obviamente, ahora dejaré de serlo, porque toca ser neutral”.
Entre los asistentes, también había varios miembros del equipo de Guirao, interesados en mantener su trabajo al frente de estas áreas para desarrollar sus programas abocetados en la anterior legislatura. Tanto Adriana Moscoso (directora general de Industrias Culturales), como Beatriz Navas (directora del Instituto de Ciencias y Artes Audiovisuales), Amaya de Miguel (INAEM) y Román Fernández-Baca (director de Bellas Artes) se han puesto a disposición del nuevo ministro con su deseo de continuar. Javier Rivera (director del Instituto de Patrimonio Cultural) prefiere regresar a sus clases a la Universidad. También están pendientes los nombramientos de la Dirección del Libro y el Fomento de la Lectura, al frente de la que estuvo brevemente la poeta Olvido García Valdés, y la Subsecretaría.
