“Estoy satisfecha de mi carrera, pero más de toda la gente que me quiere”
Carmelilla Montoya, bailaora y cantaora de Triana, se despide de los escenarios con un homenaje del flamenco en el que han participado unos 60 artistas
"Estoy satisfecha de mi carrera, de todo lo que he hecho, pero más de toda la gente que me quiere". Carmelilla Montoya, bailaora y cantaora trianera, dio muchas veces las gracias con palabras en el homenaje que el mundo del flamenco le rindió la noche de este jueves en el teatro de Fibes, en Sevilla, pero más aún lo agradeció con sus gestos, tan amables y sinceros como en las fotografías de niña en las que apareció casi al final del espectáculo, siempre cantando y bailando. Carmelilla Montoya, de 57 años, se retira de los escenarios por problemas de salud y más de medio centenar de sus colegas quisieron despedirla regalándole su arte en una gala de casi tres horas y media en la que participaron unos 60 artistas con la dirección escénica de Rubén Olmo, director del Ballet Nacional de España.
Por el escenario del Palacio de Congresos y Exposiciones de Sevilla y ante unas 1.500 personas pasaron grandes del baile como La Farruca, Antonio Canales, Eva Yerbabuena, Pastora Galván, Amador Rojas, Adela y Rafael Campallo, Rosario Toledo, Mercedes Ruiz, Hiniesta Cortés y hasta Milagros Mengíbar, que se prodiga poco, cerró el bloque de baile con una cantiña que puso en pie al público. Lo recaudado en taquilla es para la artista homenajeada.
"No tengo palabras para todo esto. De verdad, gracias, gracias. Soy rica en gente que me quiere", acertó a decir Carmelilla Montoya cuando salió a saludar, junto a todos los artistas, tras un homenaje que, a pesar del numeroso cartel, se desarrolló sin esperas en los cambios. La noche comenzó con el productor y compositor Ricardo Pachón, director del Instituto Andaluz del Flamenco, quien recibió a Carmelilla en el escenario y recordó sus inicios: "Yo la conocí cuando tenía nueve años, en las Tres Mil Viviendas, que cantaba y bailaba en las reuniones con su padre, El Morito, gitano extremeño que era todo bondad. Entró en el grupo La Familia Montoya, con su tía Antonia La Negra y su prima Lole, y con 10 años ya se hizo figura. La llevamos al tablao La Trocha con toda la familia y cuando salía ella y hacía su baile, ponía en pie a la gente".
La gala, organizada por la Fundación Cristina Heeren de Arte Flamenco —en la que Carmelilla Montoya ha sido profesora los últimos dos años— y por el productor Jesús Molina, comenzó con Rubén Olmo bailando, casi en puntas, Ave Fénix, una coreografía de su obra Tranquilo alboroto, acompañado a la guitarra por Rafael Riqueni. "Cuando le comenté a Rafael que iba a bailar Ave Fénix me dijo: 'Pues te voy a envolver entre rosas', y así lo ha hecho con un tema de su disco Parque de María Luisa", comentó Olmo tras el espectáculo. El renacimiento del bailaor, envuelto en un magnífico mantón de Manila, fue uno de los momentos más bellos de la noche.
En el bloque del baile destacaron también Amador Rojas, quien hizo una espectacular aparición todo de blanco, con capa hasta los pies, y bailó un híbrido entre zambra y farruca arrullado por un violín en el que al final se despojó de casi todo, incluido un collar de perlas que esparció sobre el escenario. También conmovió al público el cuplé Se nos rompió el amor que José Valencia le cantó a Eva Yerbabuena, la única que lució bata de cola; la soleá por bulerías que interpretaron los hermanos Campallo y las seguiriyas de Antonio Canales.
Y aunque el baile fue el fuerte de la noche, Carmelilla Montoya recibió con solo 15 años el Premio Nacional de Baile de la Cátedra de Flamencología de Jerez, también tuvieron protagonismo el cante y el toque. Seis cantaores, entre ellos El Pele, Pansequito, José Valencia, Segundo Falcón y José de la Tomasa, interpretaron tonás, martinetes y soleás. A las guitarras estuvieron, además del maestro Riqueni, Manolo Franco, Paco Jarana, Juan Habichuela nieto... El cante femenino tuvo capítulo aparte con Aurora Vargas, Remedios Amaya, María Terremoto, Alba Molina, Encarna Anillo y La Susi. No faltó a la cita Esperanza Fernández, pero como estaba totalmente afónica, cambió el cante por una pataita. Por trianeros y por el cariño que les une a su vecina Carmelilla, no por flamencos, acudieron también a la cita Los Morancos, el dúo humorístico hizo uno de sus números de Omaíta y Antonia, aunque sin caracterizar.
La vida de Carmelilla Montoya, que ha trabajado junto a grandes del género como Camarón o Paco de Lucía, pasó ante los espectadores en un vídeo realizado por La Zanfoña Producciones. Desde que apareció en el programa de televisión de 1973 Rito y geografía del cante, dedicado a los niños en el flamenco, hasta sus intervenciones en montajes recientes, como Fedra, siempre con el mismo ímpetu.
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