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Las paradojas que exigen respuestas

Leopoldo Martínez Nucete reflexiona en un libro sobre la crisis de la democracia y otras tendencias del siglo XXI

Miquel Alberola
Leopoldo Martínez Nucete (derecha), en la presentación del libro junto al periodista Gustau Alegret.
Leopoldo Martínez Nucete (derecha), en la presentación del libro junto al periodista Gustau Alegret.

La paradoja no es solo una figura literaria para embellecer relatos con expresiones cargadas de contradicción. Es, sobre todo, la sensación de incertidumbre que produce la colisión de los hechos con la lógica. El estudioso de las tendencias globales y fundador del Centro para la Democracia y el Desarrollo para las Américas Leopoldo Martínez Nucete (55 años), ha recurrido a ella como fórmula para reagrupar en un libro sus artículos publicados en medios de América Latina y Estados Unidos, bajo el título 94 paradojas para pensar el siglo XXI, publicado por Dahbar y presentado este miércoles en el Espacio Bertelsmann, en Madrid.

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Martínez Nucete, que ha sido diputado en la Asamblea Nacional de Venezuela y es miembro de la dirección nacional del Partido Demócrata de los Estados Unidos, inició a finales de 2016 la publicación de una serie de artículos en El Nacional de Venezuela y el blog IQLatino, de la entidad que fundó y preside en los Estados Unidos, sobre su “preocupación por el estado de cosas” de la vida. El punto de partida de esas reflexiones, que agrupó bajo el epígrafe de Tendencias, es la percepción de vivir “un momento de confluencias decisivas”, como apunta el autor en la introducción. "Vivimos un tiempo de paradojas. Hay cosas que pensábamos superadas y han regresado", justificó al principio del acto en la entrevista que le realizó el periodista Gustau Alegret ante un numeroso y entregado público.

En el corto recorrido que lleva, el siglo XXI ha alterado el escenario de representación de la vida que conocíamos en un movimiento de transformación que no parece tener fin y que, a su vez, transfigura la propia obra que se representa. Sobre esa inestabilidad, “han estallado conflictos étnicos y religiosos, el terrorismo se ha expandido, los populismos han mutado y adquirido un nuevo auge, las dictaduras se han reinventado, las problemáticas medioambientales se han intensificado, la brecha entre ricos y pobres se ha acentuado”, apunta Martínez Nucete. Todo ello, caldeado por la Cuarta Revolución Industrial, con la robotización y la digitalización de la realidad.

El libro, anota su autor, “no es más que un acopio de anotaciones sobre los asuntos en juego”, aunque con la convicción de que ese lapso de tiempo en el que se está decidiendo el futuro de la humanidad y del mundo es una fase en la que es “urgente vital” la labor de “informar, intercambiar, debatir y concienciar”. En ese sentido, propone 94 paradojas para pensar el siglo XXI como una revisión de tendencias que exigen respuestas para una sociedad más justa y equitativa, para asumir los desafíos socioeconómicos y para fortalecer los derechos humanos y las democracias.

Martínez Nuete es sensible a la crisis de la democracia en su doble condición de venezolano y norteamericano. No ciñe las dificultades que afronta la democracia a los países subyugados por Gobiernos autoritarios y populistas, sino que también las extiende a su país de adopción. “La democracia estadounidense está en crisis”, afirma rotundo, bajo la presidencia de Donald Trump. Cuando Trump llegó a la Casa Blanca, el autor, que se exilió de forma preventiva de Venezuela, llevaba varios años viviendo en los Estados Unidos. Había trabajado en la campaña para la reelección de Barack Obama y formaba parte de los cuadros de liderazgo hispano de la campaña de Hilary Clinton. Entre las condiciones que encumbraron a Trump, señala la creciente influencia de las mayores fortunas y corporaciones en los asuntos públicos y la supresión de electores para debilitar a las minorías, inmigrantes y progresistas. Y añade un tercer factor: el impacto polarizante de las burbujas informativas (la posverdad o mentira emotiva) favorecidas por la capacidad desarrollada por Rusia para interferir e intervenir en procesos electorales. Esa crisis, incide, tiene implicaciones gravísimas por el liderazgo del país y su capacidad de influencia.

Como hispano, el autor advierte en el libro de la necesidad de afrontar “el ataque contra la hispanidad, que encabeza Trump”. Considera que los “intolerables atropellos” que la Administración Trump lleva a cabo contra los denominados dreamers y los inmigrantes que cruzan la frontera sur norteamericana han degradado moral y políticamente al Gobierno de los Estados Unidos y han puesto “en grave riesgo su reputación como nación decana en la protección de los derechos humanos”. "Trump", señaló en la presentación, "ha convertido la hispanidad en un saco de boxeo". En ese sentido, ha denuncia su "populismo de extrema derecha" durante la pasada campaña electoral, en la que culpó a los latinos de estar quitando el trabajo a los parados del Estado de Michigan. El fundador del Centro para la Democracia y el Desarrollo para las Américas también consigna en el libro la pujanza de los hispanos en los Estados Unidos, que ahora suponen unos 60 millones y en 2045 alcanzarán, según varios estudios, el 24% de la población, constituyendo la primera minoría del país.

Para la publicación en libro, el autor ha actualizado los artículos recopilados con nuevos datos, criterios y argumentos bajo la exigencia de analizar los cambios que se están produciendo en un momento en el que considera todavía como “el punto de inflexión” y, en consecuencia, con posibilidades de ser encauzado en beneficio de la humanidad y sus principales valores. "Las mismas herramientas que producen paradojas ofrecen soluciones", esperanzó. Pero para ello, advirtió, se requieren acuerdos, entendimiento, reducir la desigualdad y abordar los problemas desde la multilateralidad. Y, sobre todo, el compromiso de los partidos de no recurrir al populismo para enfrentar en beneficio propio.

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Sobre la firma

Miquel Alberola
Forma parte de la redacción de EL PAÍS desde 1995, en la que, entre otros cometidos, ha sido corresponsal en el Congreso de los Diputados, el Senado y la Casa del Rey en los años de congestión institucional y moción de censura. Fue delegado del periódico en la Comunidad Valenciana y, antes, subdirector del semanario El Temps.

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